Sólo para quien ama la feminidad sin estridencias
¿Cuándo la moda te va bien? ¿Cómo saber si una, por seguir la moda, está perdiendo el buen gusto?
Elizabeth González Torres
“Yo amo la feminidad sin estridencias, con un estilo elegante que se fija en los detalles importantes” (Carolina Herrera)
Lo vintage: Un regreso a lo antiguo
¿Te has percatado que vivimos en un mundo en el que día tras día las tendencias en el vestir cambian a tal grado que cada vez se vuelven más efímeras e intrascendentes? Lo que hasta ayer parecía ser lo último en el mundo de la moda, hoy ha quedado rebasado en un abrir y cerrar de ojos por una preferencia que mañana tampoco trascenderá.
Curiosamente, estamos presenciando una época que, de manera afanosa, busca regresar a lo antiguo, a lo clásico, a lo que ha permanecido aún con el paso del tiempo. La moda del vestir es un claro ejemplo de este fenómeno al que tanto hemos denominado como “lo retro”, o lo que hoy en la industria del vestido se le llama “lo vintage”. Estilos que fueron utilizados de las décadas de los 20 a los 80 parecen tener un retorno insistente no solo en las pasarelas montadas en Nueva York o París, sino en las millones de calles transitadas por hombres y mujeres que buscan estar a la moda, de lo que, según los expertos, es lo más actual. Vestir a la moda es vestir con modestia. O de la moda lo que no te acomoda.
Una moda que no pasa de moda
Es interesante ver que más allá del tiempo y de la misma moda existe una tendencia que nunca ha sido rebasada y difícilmente podrá ser superada: la tendencia de la modestia en el vestir. Quizás algunos podrían pensar que vestir modestamente en este tiempo es un reto imposible, porque al mirar en los aparadores de cualquier tienda de ropa encontramos diseños estrafalarios y ostentosos, que cada vez parecen más inaccesibles en todos los sentidos.
Particularmente las mujeres somos quienes más nos hemos visto persuadidas a correr esta carrera interminable de la moda, que la industria, la sociedad, los medios de comunicación e incluso nosotras hemos venido fomentando de generación en generación. La feminidad de las mujeres es una cualidad que, de manera inherente o no, nos requiere la satisfacción de vernos bien ante el espejo y los que nos rodean.
Una gran mayoría de mujeres jóvenes, y algunas no tanto, parecen haber olvidado que la feminidad de una mujer no depende de lo costoso de su ropa, ni de lo corta que sea su falda, ni del escote de su blusa, sino todo lo contrario. La verdadera feminidad nos exige un estilo que inspire respeto y al mismo tiempo admiración de nuestros propios ojos y de quienes nos observan.
La importancia de la modestia en el vestir
Si pudiéramos entender que vestir a la moda es vestir con modestia las calles estarían inundadas de modelos que en la vida real no tienen cuerpos perfectos, que son estudiantes, amas de casa, profesionistas, mujeres reales que visten con estilo, elegancia y alegría. Veríamos más familias proyectando con colores y texturas las pasarelas de los hogares modernos.
Comprender que la moda y la modestia se pueden complementar a la perfección nos permitirá acoger un estilo propio, hermoso, moderno y clásico, que trascenderá sin importar la década que sea. A continuación descubramos algunos consejos para crear un conjunto repleto de moda y modestia a la vez:
Consideremos que lo largo de nuestra falda, lo profundo de nuestro escote y lo ajustado de nuestro pantalón le restan o aumentan puntos a nuestro conjunto.
Por naturaleza el cuerpo de las mujeres es hermoso, por lo que no necesita exhibirse para ser apreciado. Por ejemplo, una falda o un vestido para verse lindo y elegante no requiere ir más arriba de la rodilla. En cuanto a las blusas y las camisas, las de escotes discretos son las que mejor nos hacen lucir. Y si de pantalones se trata, busquemos aquellos que se ajusten mejor a nuestra figura, sin irnos al extremo de que nos entallen demasiado y deformen nuestra estructura.
Seleccionemos con cuidado las prendas que se acoplan a las proporciones de nuestro cuerpo
Uno de los aspectos más difíciles al que nos enfrentamos las mujeres a la hora de vestirnos es reconocer y aceptar cuáles son las verdaderas proporciones de nuestro cuerpo. En la actualidad la ropa parece estar diseñada en exclusiva para mujeres altas y de cuerpos esbeltos; sin embargo, en la vida real pocas son las que cuentan con esas proporciones. Así que si no somos tan altas ni tan esbeltas procuremos aquellas prendas que se ajusten a la parte más pequeña de nuestro cuerpo, que siempre será la cintura, y que se alejen en su parte baja. Tengamos las proporciones que tengamos esto siempre será efectivo.
Un accesorio y un poco de maquillaje pueden dar el toque ideal
Unos bellos aretes, un collar llamativo, un cinturón con detalles, un bolso colorido, etcétera, junto con maquillaje que nos haga ver naturales y al mismo tiempo hermosas, pueden ser lo más sobresaliente de todo el atuendo.
No le tengamos miedo a los colores
Si nos encontramos estancadas en los básicos colores, negro y blanco, es hora de salir de ahí. Para saber cuáles son los que combinan mejor con el tono de nuestra piel, cabello y ojos, necesitamos probárnoslos todos. En ocasiones hay colores que no nos agradan mucho, pero, para sorpresa nuestra, al vestir prendas de ese color ya no queremos dejarlo.
“Menos es más” a la hora de vestir
Coco Chanel decía: “Justo antes de salir de casa me miro en el espejo y me quito algo”. La mayoría de las veces la sencillez de un conjunto depende de no llevar cosas innecesarias y de portar solo las elementales.
Por consiguiente, nunca olvidemos que vestir con decoro no es sinónimo de ser desalineadas y mucho menos, anticuadas. Porque el vestir con modestia siempre será una tendencia que requiera de respeto por la moda y de amor por sí misma.