Soy una madrastra, ¡pero te juro que no soy una bruja!

Pocas veces nos ponemos a pensar en los celos, o la profunda depresión que la madrastra de Blanca Nieves sufría ante el rechazo de ella. O quizás el rey no ayudaba mucho a fomentar la armonía en el castillo.

Myrna del Carmen Flores

Blanca Nieves era hermosa, esa era la razón principal por la cual su malvada madrastra la odiaba. Pero existían otras: estaba el hecho de que tanto ella, como sus propias hijas, tuvieran que compartir el amor del rey con la hija de otra mujer. No le gustaba ver un abrazo entre padre e hija, o que compartieran un baile juntos. “No debería bailar con otra mujer que no fuera yo”, pensaba la malvada bruja, al verlos en la pista. “Por eso yo deseaba un hombre que no tuviera hijos”. No dudaba en proferir toda clase de calumnias en contra de su hijastra. “¡Blanca Nieves se la pasa en la calle con los muchachos y no me ayuda en la casa!”, increpaba la mujer. “¡Deberías hacer algo!”. ¡Era una bruja malvada!

¿Un cuento de hadas? Tal vez, aunque algunas veces es real. Pero hoy no deseo hablar de ese tipo de madrastra, que sin duda las hay, sino de las otras: aquellas que aman a un hombre y están dispuestas a amarle con todo lo que es parte de él, incluidos sus hijos. Las madrastras que le dan un nuevo significado a esa palabra tan dura de expresar o escuchar. Si eres una de ellas, aquí están algunas ideas que pueden ayudarte en esa tarea:

1. El cariño se da con el tiempo

Si cuando conociste al hijo de tu pareja, no sentiste que despertaba tu instinto maternal, ni lo adoraste desde ese momento, créeme, eres una mujer normal. En este tipo de relaciones, el tiempo es el mejor aliado. Con la convivencia, podrás conocerlo y el cariño se fortalecerá.

2. Evita sentir celos

Puede ser que al observar a tu esposo y a su hijo, sientas celos. Celos del pasado con su “ex” y celos del niño, en el presente. Quizás no puedes evitar verla a ella reflejada en el niño. Es normal, sin embargo, tienes que aprender a dejar el pasado en donde pertenece, comprender que tú también eres el presente. El amor de tu esposo por su hijo es diferente al que siente por ti, por lo cual no son sentimientos que se interpongan.

3. No tomes el rechazo como algo personal

De la misma manera que tú, el niño podría sentir celos o miedo ante el cambio en su vida. No lo tomes personal, puede existir cierta lealtad hacia su madre, o sentirse inseguro sobre la posición que ocupa en la vida de su padre. También lo superará con el tiempo, pero para ello no debes tomar las cosas de manera personal. Evita la confrontación, el niño debe aprender a respetarte, pero no en base a imposiciones, sino con paciencia y, sobre todo, con la ayuda de su padre; él es el indicado para dejar claro el lugar que le corresponde a cada uno. Él sigue siendo su hijo, como siempre, y tú eres su pareja.

Advertisement

4. La disciplina le corresponde al padre

Por supuesto, el niño debe respetar las reglas de tu casa de la misma manera que lo hacen tus hijos. Sin embargo, la manera de educarlo les corresponde en exclusiva a sus padres; es mejor que tú te mantengas al margen, a menos que pidan tu opinión. Cualquier problema que surgiera debes tratarlo con tu esposo, y él debe estar comprometido a apoyarte para lograr una mejor convivencia. Cuando él no está presente, debe dejar claro que tú estás a cargo; de existir alguna desobediencia, solo debes advertir que la mala conducta le será reportada.

5. Fomenta la convivencia entre todos los hijos

Es importante que las reglas y privilegios de los hijos -los tuyos, los suyos y los de ambos-, se den por igual para todos, sin favoritismos. Esto de alguna manera ayuda a fomentar el cariño entre los hermanos (medios hermanos o hermanastros). No obstante, todos deben entender que aunque todo padre ama a cada uno de sus hijos con la misma intensidad, la relación que tenga con uno u otro, no puede ser la misma. Todo depende de la personalidad de cada uno de ellos.

6. Cada quien debe tener su espacio

Es necesario que tu esposo pase tiempo a solas con sus hijos, al igual que contigo. Ellos también desean sentirse unidos a él o tener conversaciones de padre e hijo. De la misma manera, debes crear momentos de intimidad con tu pareja, para que tu relación salga adelante.

El período de transición durante el proceso de adopción

7. Su madre siempre será su madre

Puedes querer a sus hijos y de la misma forma ellos pueden sentir un gran cariño por ti, la relación es excelente y existe gran confianza entre ustedes. Sin embargo, ellos aman a su madre de una manera muy especial. No te sientas mal por ello. Aunque a ti también te vean como una figura materna, existe un lazo que es muy fuerte y siempre va a e existir entre ellos y su madre biológica. Comprenderlo y aceptarlo te va a ahorrar muchos dolores de cabeza.

Advertisement

Padres separados y nuevas parejas. Cómo y cuándo involucrar a tus hijos

8. Acepta que te casaste con un hombre con hijos

Al aceptar a un hombre divorciado o viudo que tiene hijos, debes estar consciente de lo que ello implica. No es válido que, después de saberlo, te quejes porque tú querías a un hombre sin hijos. Tienes que sopesar cada una de las ventajas y desventajas que esto conlleve y tomar una decisión, sabiendo que no será fácil.

Hijos de padres separados: qué sumar y restar en una familia

Si estás por tomar la decisión o ya eres una madrastra, puedes darle un nuevo significado a esta palabra. Tal vez poco a poco se convierta en un sinónimo de amistad o de cariño materno, sobre todo en estos tiempos donde las familias compuestas son muy comunes. Lo que necesitas es paciencia, seguridad y mucha madurez. Así que ¡suerte en tu tarea!

Toma un momento para compartir ...

Myrna del Carmen Flores

Myrna del Carmen Flores es maestra de inglés y madre de dos jóvenes. Puedes contactarla en