Su hija desapareció a los 5 años y nunca dejaron de buscarla; 15 años más tarde la encuentran… NUNCA imaginarás quién la había secuestrado
La peor pesadilla de cualquier padre o madre.
Viviana Domínguez
Cuando sólo tenía 5 años
Un divorcio siempre es difícil para ambas partes, pero si llegas a un arreglo pacífico, puedes hacer una diferencia en la vida de los hijos. Esta es la historia de una pareja que expuso a su hija pequeña en medio de sus diferencias, causando un daño irreparable a todos.
De acuerdo a lo publicado por los medios, Dana y Greg se divorciaron durante el año 2002, y juntos tenían una hija de apenas 5 años de edad, Sabrina Allen.
En los términos del divorcio, la custodia de Sabrina, quedó para el papá ya que la madre pasaba por unos problemas económicos, que impedían que ella se quedara con la niña,como pasa normalmente.
Dos semanas después del cumpleaños de Sabrina, la madre fue a buscarla para llevarla al parque por unas horas, pero Sabrina nunca regresó.
Desde ese día, Greg comenzó una larga búsqueda que duró 15 años.
Una operación para recuperarla
Para lograr ubicar a la madre y a su hija, Greg pasó por varios detectives, policía y hasta llegó a pagar recompensas por información; todo esto durante 15 largos años.
MIentras tanto, Sabrina, desconocía los detalles de su situación con su madre, pues ella residía en México con su madre, lugar en que permaneció durante todos esos años.
Una vez que el padre junto con la policía, localizaron a las dos, se desplegó una operación a fin de rescatar a Sabrina. La madre en esos momentos, había planeado realizarse una cirugía plástica con el objetivo de cambiar su apariencia y no ser reconocida, por lo que la policía decidió dar lugar a la operación de rescate, justo en el momento en que la madre se dirigía a la clínica.
Actualmente, Sabrina, está de regreso en Huston, Texas, donde es sometida a tratamientos psicológicos para comprender todo lo que está pasando con su vida, y tener una gradual reintegración con su padre.
Por su parte Dana enfrenta cargos y un juicio por secuestro e incumplimiento de la palabra.
Los hijos durante un divorcio
Si bien el primer cuestionamiento de toda pareja que no está bien en su relación es qué es mejor para los hijos, ¿quedarse juntos y que ellos sean testigos de las discusiones o las consecuencias de un divorcio?, nada de eso es peor que después del divorcio las peleas continuen por la tenencia de los niños o visitas.
En cuanto a lo primero, según un artículo de la terapeuta y consejera familiar Ruth Beetleim, concluye en que “los estudios conducidos en los pasados 20 años han demostrado que dentro de las estadísticas significativas de éxito social, económico, intelectual y psicológico, la mayoría de hijos adultos provenientes de familias divorciadas no son peores que las de sus similares cuyos padres permanecieron casados”.
Cuando las peleas por la tenencia se extienden después del divorcio
Ruth Beetleim menciona a la vez que en un divorcio, el problema no es la separación en sí, sino cómo los padres proceden durante el proceso, y sugiere que la mejor forma para proteger a los hijos de un mayor sufrimiento es lejos de litigios, enojos o deseo de venganza utilizando a los niños de por medio, en simple palabras, lo que los niños necesitan es un proceso en paz, y no una guerra campal.
Por lo que separados, juntos o divorciados, la verdad, es que nuestros hijos necesitan que los padres tengan una relación pacífica, adulta, honesta y siempre colocándolos a ellos como una prioridad.
La paz y la guerra
Obviamente no estaría escribiendo sobre el tema si casi en la mayoría de los casos de divorcios, los padres salen tan heridos, que después de vivir las instancias inmediatas del aspecto legal, queda un espacio amplio y libre para librar cualquier batalla, y así sacar el enojo, culpas y dolor.
Cuando esto sucede es muy difícil aislar a los hijos de la situación, pues en verdad, ellos serán los blancos más adecuados para contraatacar lamentablemente. Los padres en esta situación suelen usar a sus hijos como:
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Mensajeros. Como no desean hablar directamente el uno con el otro, utilizan a los hijos para transmitir mensajes, sentimientos o situaciones.
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Como informante. Muchas veces utilizan a los hijos para saber de la vida del otro.
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Como aliados. Los padres buscan que los hijos tomen posiciones frente a uno u el otro.
Conclusión
Todas estas situaciones causan en los hijos un nivel alto de ansiedad, provocando poca concentración en la escuela o sus actividades, sentimientos de culpabilidad, baja autoestima, nivel bajo de resolución de conflictos entre sus pares y somatizaciones.
Como madre divorciada, donde me ha tocado pasar muchas veces por situaciones contradictorias con el padre de mis hijos, puedo decir que nunca es fácil hacer lo correcto, pero cuando veo a mis hijo felices, independientes y seguros de ellos mismos, me alegro de haber elegido a ellos antes que a mi propio orgullo.