¿Te dicen mala madre? Esto es lo que debes saber

Te han hecho pensar que eres una mala madre. Luchas a diario para ser la mejor versión de ti misma. ¿Qué tan "mala" madre eres en realidad? Descúbrelo.

Adriana Acosta Bujan

“Eres una mala madre”, me decía el padre de mi hijo en incontables ocasiones, hasta llegar el punto en que mi mente recordaba esta frase todo el tiempo.

Llegué a tener la certeza de que en realidad estaba haciendo las cosas mal, como si todas mis decisiones en cuanto a la crianza fueran tomadas sin pensar en el bienestar de mi hijo.

Poco a poco cambié totalmente, me aterraba el hecho de dañar a mi hijo emocionalmente si es que me equivocaba. Incluso por un tiempo abandoné mi vida por completo como amistades, trabajos, estudios y demás, deje de fijarme metas y construir sueños personales.

Me había hecho creer que lo único importante era estar las 24 horas del día y los 365 días del año con mi hijo, de lo contrario sería una mala madre.

Aunado a esto, no solo me afectaron los comentarios del padre de mi hijo, sino que también las críticas de personas ajenas a mi entorno, los medios de comunicación y los paradigmas sobre cómo debe comportarse una buena madre, entre otras cosas.  

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Dejé pasar el tiempo hasta caer en una profunda tristeza, pero me alegraba el corazón cada vez que mi hijo sonreía y me decía que me amaba.  

Puedo decir que el amor que sentimos por los hijos es incondicional y maravilloso, pero que al escuchar comentarios como “eres una mala madre”, nos orillan a buscar una perfección en cuanto a la crianza, dejando a un lado nuestras propias necesidades y metas.

Mensajes falsos

Tal vez mi historia te sea familiar o puedas sentirte identificada con algunas cosas. Al final de cuentas, los medios de comunicación nos bombardean con mensajes subliminales de cómo son las madres perfectas.

En nuestro interior queremos parecernos a esas mujeres que vemos en la televisión, películas y redes sociales, porque nos venden la idea de que así se debe criar a los hijos para que ellos tengan éxito.

Ahora bien, hay que reconocer que todos estos mensajes son más que puras ideologías falsas, que solo buscan sacar provecho de algo o reprimir a las mujeres.

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Nadie nos dice cómo es ser buena madre, porque solo actuamos conforme lo aprendido en la infancia, mejorando las cosas que creemos que no funcionaron en nuestra propia crianza con nuestros padres.

No te sientas devastada, haces un gran trabajo y eres una excelente madre, con sus defectos y virtudes. Es por ello que te comparto algunos momentos, situaciones y hechos por los que nos han hecho creer que somos malas mamás.

1. Trabajar

En la actualidad muchas mujeres se ven en la necesidad de conseguir un empleo para apoyar a su pareja con las finanzas del hogar. Esto puede ser una meta personal o tal vez impuesta para mejorar el bienestar familiar; sin embargo, las mujeres que tienen hijos pequeños se sienten malas madres al tener que dejarlos al cuidado de otros.

Ahora recuerda que no debes sentirte culpable, al contrario, ten presente que tu trabajo y esfuerzo es recompensado con el amor de tus hijos; ellos no van a dejar de amarte por ausentarte unas cuantas horas al día.

Tal vez si son pequeños no lograrán madurar tan rápido esa idea, sin embargo, poco a poco conforme vayan creciendo sabrán que todo lo que haces es por su felicidad y bienestar.

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Trabajar no te convierte en una mala madre, sino en una mujer emprendedora, valiente, luchadora e independiente.

2. Salir con tus amigas

Ser madre no significa que tienes que abandonar tus relaciones sociales, recuerda que tener amistades es indispensable para el desarrollo humano, es parte de la vida.

No deberías sentirte como una mala madre cuando salgas con tus amigas o vayas a alguna reunión o fiesta. No te juzgues, porque la realidad es que necesitas tener tu espacio de distracción y diversión para sentirte bien.

Como dice Franklin Covey, creador del programa “Líder en mí”, para que una persona sea altamente efectiva y exitosa debe aprender a balancear su vida, es decir, dar tiempo de nuestro día a día para cosas relacionadas con el cerebro, con el corazón, cuerpo y alma.

Él se refiere a que debemos tener tiempo para trabajar estas cuatro áreas para sentirnos bien.

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3.  A los hijos les pasa todo

“Si hubiera estado ahí, tal vez mi hijo estaría bien”, “Si hubiera prevenido el desastre, mi hijo no habría sufrido”. Estas frases son ejemplos que ponen a algunas madres a pensar que son malas.

Recuerda que el “hubiera” no existe y si los hijos se equivocan, fracasan o sufren, no es por tu culpa, es parte de crecer, aprender y de la vida.

Las madres queremos que nuestros hijos no sufran o por lo menos que las consecuencias de sus acciones no los perjudiquen tanto; queremos ser las salvadoras y heroínas en la vida de ellos para que sean felices.

Pero lamentablemente no es posible, por lo que no deberías sentirte mala madre cuando ellos se sientan mal.

4. Realización personal

Pensar en ti no te convertirá en una mala madre, también eres una persona que necesita realizarse en cualquier aspecto de la vida; no es malo tener tus sueños, metas e ideales.

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Evita pensar que eres egoísta, al contrario, si tú estás bien, tus hijos lo estarán, es como una cadena de bienestar; piénsalo de esta manera, si tú te sientes feliz, proyectarás a tus hijos esa felicidad.

En conclusión, no eres mala madre, todo lo que te han hecho pensar deberías eliminarlo de tu mente, concéntrate en ti y ten en mente que lo que haces para tus hijos siempre es lo mejor.

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Adriana Acosta Bujan

Adriana Acosta estudió comunicación, es madre y abuela, y actualmente se dedica a la enseñanza e investigación a nivel universitario en Puerto Vallarta. Publica sus escritos esperando que ayuden a las personas que leen sus útiles vivencias.