Tiene 108 años y el secreto de su longevidad es uno solo
Llevar a la ancianidad en forma óptima es una tarea cotidiana. Pero este hombre tiene un secreto
Fernanda Gonzalez Casafús
Mucho se habla acerca del secreto de la longevidad. Comer saludable, llevar una vida activa, tener alguna actividad cotidiana. Pero además, el amor, y rodearse de los afectos, es otro de los ingredientes necesarios para una vida centenaria, y eso Esmond lo sabe.
Esmond Allcock es un canadiense que tiene 108 años y una fuerza de vida inquebrantable. Inside Edition recoge su historia para que el mundo conozca el verdadero secreto de llegar a la tercera edad con una sonrisa en el rostro. Cuando se le preguntó el secreto de su larga vida, el hombre respondió: “Tuve una esposa realmente buena“.
El amor que todo lo salva
Esmond lo tiene bien claro: fue el amor de su mujer y la relación con ella lo que permitió que su vida se prolongara de una manera feliz. Helen,su esposa, murió hace siete años. A pesar de que era siete años más joven que su marido, su mente se deslizaba cada vez más hacia la demencia, pero él la cuidó durante dos años hasta que ya no pudo, y la trasladó a un hogar de un ancianos.
Hace unos días Esmond cumplió 108 años y lo celebró con una gran fiesta a la que acudieron sus seres queridos y se hicieron presentes reporteros de algunos medios. Su nieto contó que el amor que su abuelo sentía por su abuela era digno de admirar y que para él, ella era su “todo”. Cuando Helen murió, Esmond mandó a escribir en su lápida “Ella era un 10“. Sin dudas, el amor que él sentía por ella lo mantuvo vivo y lleno de alegría en el corazón.
Una vida inspiradora
Cuando se conocen los detalles de la vida de Esmond, se puede vislumbrar uno de los motivos de su longevidad: vivió la vida al máximo y poniendo su corazón en cada cosa que hacía. Su nieto Lehne cuenta que cuando su abuelo tenía 100 años compró un pequeño Ford, y aunque nunca llegó a la carretera, su fuerza y perseverancia estaban a la vista. Y un año más tarde se fue a vivir a un hogar de ancianos donde hoy lo miman con mucho cariño.
Su mente despierta lo mantiene en actividad, pues le gusta leer las noticias, tiene una página de Facebook y usa su iPad para hablar diariamente con sus hijos y nietos. Tener objetivos y personas a quienes amar definitivamente conservan su templanza y buena salud para ser un centenario lúcido.
“Lo más importante para él era llegar a tiempo y ser honesto. Realmente tenía muy buenos valores“, dijo su nieto. Incluso antes de perder al amor de su vida, Esmond y su esposa perdieron a un hijo de 25 años a causa de cáncer. Y además, perdieron a otro hijo en un accidente aéreo a la edad de 53 años. Él y Helen tenían seis hijos en total, y Esmond tiene hoy 12 bisnietos.
Lehen contó la historia que seguramente su abuelo le habrá contado una y otra vez: Cuando esmond conoció a Helen en un baile dijo “me voy a casar con esa mujer”, yasí lo hizo, cuando él tenía 29 y ella 22 años. Llevaron 72 años de casados y un amor digno de imitar.
El amor es la clave
El amor es el motor del mundo, y no estoy siendo exagerada. No es casualidad que este anciano haya vivido tantos años si su corazón estaba “lleno de amor”. Claro que, además, es un aliciente llevar una vida sana y equilibrada, pues si tienes amor en tu vida pero llevas una vida de excesos físicos como fumar, beber y comer alimentos poco sanos, no creo que puedas llegar a cumplir 108 años como Esmond.
El amor es la esencia de la felicidad. Hace unos días compartí en esta página un artículo acerca de los secretos para llegar a ser centenario. Y algunos de los consejos además de una vida sana, comer saludable, hacer ejercicios y tener alguna actividad cotidiana, es mantener una unión familiar basada en el amor y el cuidado.
Los ancianos que mantienen una familia unida y sienten el amor de sus seres queridos, logran atravesar la vejez de una forma más placentera. Un corazón feliz es un corazón sano. Las personas que cuidan de sus afectos ven el impacto positivo que ello produce en el sistema cardiovascular. Es por ello que se recomienda una vida sin estrés y llena de afecto y relaciones sociales si se quiere llegar a la anciandidad de forma plena.
La soledad es una gran epidemia entre los ancianos. Por ello, si tienes algún abuelo en la familia, no lo dejes solo. Intenta verlo lo más posible, conversa con él y disfruta de su compañía. No sólo será placentero para tí, sino para él (y su corazón)
Comparte esta historia para dar a conocer la importancia del verdadero amor en la vida de una persona y cómo puede ayudarnos a llegar a la vejez en paz y plenitud.