¿Tienes nativos digitales en casa? Identifícalos y hazlos tus aliados con estas 5 pistas
Reconocer su existencia en nuestro hogar es el principio para poder entenderlos, ayudarlos y cuidarlos. ¿Tienes tú uno o varios de ellos en casa?
Emma E. Sánchez
En 2001, Marc Prensky comenzó a hablar de una nueva brecha entre seres humanos, no generacional como se había venido identificando en las familias, sino que ahora se manifestaba en las aulas, primeramente y luego, repercutía en los hogares.
¿Cuál era esta nueva separación? Prensky la llamó “la brecha digital”, que no sólo trataba a dos distintas generaciones por edad, sino por el uso de la tecnología en sus procesos de aprendizaje y de vida: esta nueva generación de niños y adolescentes que desde su nacimiento han tenido acceso a equipos, tecnología e internet y que ahora no comprenden el mundo sin ellos y la anterior, adultos que aprendieron con libros, maestros y bajo educación tradicional.
A la nueva generación se le denominó “Nativos digitales”, pues hablan el idioma de la tecnología de manera natural. No comprenden del todo a los profesores tradicionales, todo es muy rápido para ellos, casi no usan papel, ni lápices, plumas o colores y constantemente mueven su atención a diferentes temas o actividades desde sus equipos.
A la generación que les precedió la denominaron “Inmigrantes digitales” y la personificamos todos aquellos que fuimos educados de una manera tradicionalista, que recurrimos a libros para buscar respuestas o por mera lectura de placer, porque leer en la computadora es difícil, nos cansa o inclusive preferimos imprimir lo que debemos revisar “porque somos más visuales o debemos subrayar, hacer anotaciones”, cuando hoy todo eso se puede hacer de manera electrónica.
Y bueno, cuando las dos generaciones se encuentran en la escuela y en la casa sobreviene un choque tremendo que puede, primero: afectar los procesos de aprendizaje del menor, y segundo: dañar las relaciones familiares al generar resentimientos y rupturas; y claro que tú no quieres nada de eso con tus hijos, ¿verdad?
Con la intención de que entiendas y conduzcas a los nativos digitales que viven en tu hogar sin morir en el intento, aquí tienes cinco buenas recomendaciones a poner en práctica lo más pronto posible:
1. Debes incorporarte pronto a la nueva cultura…
…En este caso, digital. Como inmigrante digital, tú misma no te resistas al cambio, coopera. No vuelvas a decir: “No me gusta la tecnología”, “No le entiendo”, “Eso es malo”, o frases parecidas. Mi madre, por ejemplo, a sus casi 70 años tiene cuenta activa en dos redes sociales, “chatea” desde su tableta y adora adjuntar fotos en sus correos electrónicos. ¿Quién le enseñó? Sus nietas. Si no te subes pronto a este tren, te perderás de muchas cosas buenas y no podrás seguir el paso de las nuevas tecnologías que tus hijos ya están usando, “para bien o para mal”; de modo que urge tu presencia en este nuevo mundo.
2. Conoce al enemigo y hazlo tu aliado
Todas las mujeres somos expertas en medir la fuerza de nuestro reto a vencer, así que piensa bien y actúa en consecuencia. Debes conocer las cosas que tus hijos ven y cómo interactúan con otros en las redes o en línea. El internet y la tecnología, en general, ofrecen un mundo maravilloso pero no perfecto. Ahí, en medio de tanto conocimiento y nuevas formas de comunicación y acercamiento entre personas, se esconden depredadores, estafadores o simplemente, gente mal intencionada.
Conocer la naturaleza del desafío te ayudará a estar más atenta para cuidar a tus hijos, respaldarlos y disfrutar con seguridad de los beneficios de vivir en esta época.
3. El orden, la disciplina y los límites no son opcionales
Negociables, sí, pero los valores y las formas de vida correctas no cambian, son inamovibles. Si son niños que cursan la educación básica, la computadora debe de estar a la vista de todos. Para los adolescentes, la privacidad es un derecho que se gana (recuérdame contarte la historia de un adolescente que perdió la puerta de su recámara por conductas inapropiadas) con base en los hechos del día a día. Por lo tanto, tener un equipo para usar diariamente deberá estar sujeto al cumplimiento de horarios, actitudes y otros requisitos que papá o mamá crean necesarios imponer. El uso de contraseñas será de conocimiento general de la familia y los padres son los administradores de las cuentas, de los equipos y hasta de la clave del internet. En cuanto al módem, te recomiendo que esté en tu recámara o donde tú, de ser necesario, lo puedas desconectar. Cuando mis hijas quisieron abrir cuentas en una red social fue requisito que tuvieran entre sus contactos a su abuela, ella tiene mucho tiempo para leer y comentar TODAS sus publicaciones.
4. Seguridad, más seguridad, y más seguridad
¿No te ha pasado que cuando ves algo muy bueno dudas que sea real y de inmediato te preguntas dónde estará el truco? Bueno, pues lo mismo sucede con la tecnología y el internet. Debemos estar atentos para ver “de dónde saltará la liebre”, y no sólo por cuestiones de fraude o robo, sino también por toda la violencia, pornografía, corrupción, fanatismos que ahí fácilmente se pueden encontrar. Se trata también de poner atención a las nuevas “modas”, “retos absurdos” que ahí se divulgan, y a toda transmisión de ideas nocivas para el ser humano.
Haz algo, no te quedes viendo y diciendo “A mí, eso ni me gusta”. El mundo virtual necesita de gente que haga circular cosas buenas y edificantes.
5. Comunicación de ida y vuelta con la escuela, más aún con los nativos
Nunca me dejará de sorprender la estupidez humana, la ignorancia e ingenuidad parental; más aún, la manipulación que muchos hijos usan con sus padres es algo de no creerse. Frases como, “Me lo dejaron de tarea” el papá la cree y permite que su hijo emplee de cuatro a seis horas frente a una pantalla, o “Porque el niño lo va a necesitar” compran equipos carísimos que el muchacho ni necesita ni sabe cuidar; incluso permiten que el internet corra libremente por la casa a toda hora, sin filtros parentales, porque así lo piden en la escuela. ¡No es cierto! ¡No creas todo! ¡Verifica! Ve a la escuela, habla con el maestro, con el director y hasta con otros muchachos.
El nativo nos lleva ventaja, es cierto, pero los inmigrantes tenemos algo que ellos no tienen: experiencia y un infinito amor por su vida. Ellos nos necesitan, somos su ancla segura en este mar digital inmenso y desconocido para ambos.