Tíos y sobrinos: la clave para una relación inquebrantable

Los tíos son un regalo del cielo para los niños. ¿Qué tipo de tío o tía estás siendo con tus sobrinos?

Erika Patricia Otero

No tengo la fortuna de tener hijos; en cambio, cuento en mi vida con un sobrino al que adoro como si fuera mi hijo.

Por cosas de la vida yo fui quien lo cuidó en sus primeras semanas de vida. Él sacó en mi ese instinto materno que no sabía que tenía. Lo bañaba, cambiaba, estimulaba, dormía y sacaba a pasear.

Incluso, cuando empezó a hablar llegó a llamarme “mamá”. No puedo decir más fuerte o más claro la emoción que sentí cuando lo hizo, pero inmediatamente lo corregí.

Siempre he estado en la vida de mi sobrino y él en la mía. Tengo claro que soy sostén emocional y guía para este adolescente; sin embargo, también es mucho lo que aprendo de él día a día.

Él es un adolescente de 14 años muy diferente a los chicos de su edad. Es diferente no solo porque tiene Asperger, sino porque -no sé cómo- se hace querer con una facilidad increíble de todos los que lo conocen.

Mi sobrino es inteligente y hábil con las palabras. Tiene además una gran memoria y una bondad que jamás conocí en otra persona. Su escala de valores y principios es tan elevada que sorprende. Y su lealtad es un valor que jamás conocí en ningún adulto.

El papel de los tíos en la vida de los sobrinos

Los tíos no son padres, y desde luego, no tienen la misma autoridad sobre sus sobrinos que sus hermanos. Sin embargo, ser tío tiene sus privilegios. Se puede guiar y educar a la vez que se es cómplice de muchas travesuras.

Ser tíos es como ser un guía con quien el niño se puede divertir a la vez que aprende. Como tal, tienes deberes, obligaciones y derechos. Pese a eso, el rol de autoridad es más “relajado”.

Por ejemplo, cuando mi sobrino se hace “el loco” con algún pedido de mi hermana, lo que hago es recordárselo. Lo hago sin malas caras y sin alterarme; él sabe que debe obedecerme, o de otra manera perderá privilegios.

A veces, lo llevo conmigo a hacer diligencias y nos ponemos a comer helado. Cada vez que puedo le doy cosas que sé que quiere, pero que en su momento no se le puede dar. Otras veces intervengo para que no lo reprendan tan fuerte. Él es un buen chico y ha sido muy fácil criarlo, pero igual tiene sus retos.

Claves para ser un excelente tío o tía

Todos queremos tener una buena relación con nuestros sobrinos. Lo deseamos porque son una extensión nuestra. Deseamos que aprendan y se diviertan. Eso se puede conseguir de la siguiente manera:

Comparte tiempo con ellos

Es tentador relacionarse con otros adultos. Es obvio, vas a entenderte mejor con alguien de tu edad, pero tus sobrinos también quieren un poco de atención del adulto divertido.

Saca un poco de tu tiempo para jugar con ellos, para ir a dar un paseo o ayudarle a hacer las tareas escolares. Como tío o tía eres ese adulto que puede llevarle a ser aventurero y a conocer los límites entre lo que es y no es tan bueno.

Conversa

Muchas veces los niños van a recurrir a ti a preguntarte cosas que quizás no se atrevan a hablar con sus padres. Pues bien, ese es un buen momento para darles información correcta y crear lazos de confianza.

Habla con ellos de todo un poco; de cómo le fue en la escuela, con sus amigos, de lo que le gusta y de sus sueños. Impúlsalo para que crea en sí mismo, para que luche y se esfuerce. Incluso, consuélalo en los momentos más difíciles. Pero tal vez lo más importante, sé el puente que une a ese niño con sus padres .

Cuídalos cuando son pequeños

Esta quizás es la manera más certera de sentar las bases de una relación que va a durar toda la vida.

Recuerdo que mi sobrino cuando deseaba tomar tetero (biberón) a mí era a quien recurría para que se lo preparara. Muchas veces se sentaba en mis piernas a tomarse ese biberón. Ambos nos poníamos a ver caricaturas en la tele. Fueron y son muchas las actividades que hacemos juntos. Puedo decir con felicidad que eso es lo mejor que se puede dejar a un niño; las experiencias y los recuerdos son invaluables para un ser humano.

Crea recuerdos

Cada vez que dedicas tiempo a jugar, hablar y enseñar a tu sobrino, creas recuerdos y enseñanzas que más tarde aplicará con sus hijos y sus propios sobrinos.

Eres un adulto que dejará un buen ejemplo y recuerdos de amor y diversión en otro ser humano. Aprovecha cada segundo que puedas pasar con tu sobrino para disfrutar de la niñez nuevamente.

Solo me queda decir que ser tía es lo mejor que me pudo pasar. Pude ver crecer un niño y ayudarlo a criar dentro de fuertes valores y principios. Hoy veo a un adolescente bueno, noble y feliz que es el fruto del esfuerzo mancomunado de una familia.

Erika Patricia Otero

Psicóloga con experiencia en trabajo con comunidades, niños y adolescentes en riesgo.