Trabaja las emociones de tus hijos con estos 9 ejercicios
Las emociones se aprenden a manejar desde la infancia; esto hará que la vida adulta sea más estable y las relaciones más equilibradas y sanas.
Erika Patricia Otero
Las emociones son una parte de la vida diaria; además, hoy en día tienen mucha relevancia en cuanto a la salud mental.
Hay que tener en cuenta que una adecuada expresión de las emociones se debe construir desde la infancia. Es por esto que es importante que los padres ayuden a los niños a aprender a manejarlas
¿Cómo se pueden trabajar las emociones en los niños?
A los niños se les puede enseñar a manejar las emociones desde el ejemplo. Sin embargo, si los padres no tienen un buen control sobre sus emociones, los niños prolongarán un mal ejemplo.
Para evitar que esto suceda, lo mejor que se puede hacer es enseñarles por la vía sencilla; es decir, de manera simple y utilizando haciendo uso de su propio lenguaje y sus medios favoritos de aprendizaje.
El truco es descubrir cuál es el pasatiempo favorito del niño. Después se implementa la enseñanza de las emociones a través de este. El punto es que a la vez que se divierta, interiorice conocimientos. De esta manera, se quedarán grabados y podrán ser usados a lo largo de la vida.
9 actividades que te ayudarán a trabajar las emociones de tus hijos
Un artículo divulgado en National Association for the Education of Young Children , expuso que las emociones impactan la atención, la memoria y el aprendizaje. Además, son determinantes para construir relaciones sociales y para el bienestar general.
Así la situación, que los padres se involucren en ayudar al niño a desarrollar la inteligencia emocional desde la infancia, hace que la vida adulta de ese niño sea mucho más estable y saludable.
A continuación, encontrarás 9 actividades que ayudarán a los niños a manejar las emociones.
1 Diccionario de emociones
Muchas veces los niños no entienden cómo se sienten y no saben qué nombre ponerle a la emoción que experimentan. Tampoco pueden distinguir qué situaciones son las que desencadenan una emoción en particular.
Por ejemplo, el niño puede estar viendo una película infantil que le genera mucha tristeza; sin embargo, no sabe por qué llora. Esto puede suceder cuando aún es muy joven. Si el papá o la mamá dedican algo de tiempo para acompañarle a ver la película, podrá explicarle.
Luego de explicarle qué causó la emoción y el nombre de esta, el progenitor puede ayudarle a llenar un cuaderno con un dibujo o foto de un niño llorando y el nombre de la emoción.
Según la edad del niño, el padre puede ayudarle a reflexionar sobre esa emoción y que escriba cómo se siente al respecto.
2 Diario de las emociones
Esta actividad puede ser realizada cuando el niño ya puede leer y escribir.
Lo que los padres deben hacer, es motivar el niño a llevar un diario sobre los sentimientos que experimentó a lo largo del día. El niño tienen total libertad de escribir qué le provocó ira -por ejemplo- y cómo actuó al sentirla. También puede escribir las consecuencias de su emoción en él y en las personas a su alrededor.
Todo esto le ayudará al niño apersonarse de sus emociones; además, le ayudará a responsabilizarse de sus acciones, si es que estas tuvieron efectos negativos.
Que el niño esté en capacidad de analizar lo que sintió y las consecuencias, le ayudará a buscar autorregularse de manera consciente. Esto sin sentirse obligado o regañado por lo que siente.
3 Rincón de la calma
Otro recurso para que los niños aprendan a manejar mejor sus emociones es que en casa se disponga de un lugar que el niño asocie con tranquilidad. Podría tratarse de un rincón en su cuarto que le genere paz y le ayude a relajarse cuando se sienta molesto, angustiado o temeroso.
Podría tratarse de una pequeña carpa o tipi con una manta y algunas almohadas de colores suaves que le permitan recostarse y respirar hasta recuperar la calma.
4 Leer cuentos
Hoy día hay una gran cantidad de cuentos infantiles que están diseñados para ayudar al niño a aprender a manejar sus emociones.
Son tan fáciles de entender para los niños de cualquier edad, que entender las emociones se les hará divertido. Incluso, si los padres se quieren poner más creativos, podrían hacer una pequeña obra de teatro o asumir el papel de algún personaje de la historia para hacer la introspección de los significados más divertida.
5 Música y expresión artística
La interiorización y comprensión de las emociones también se puede hacer por medio de algunas canciones infantiles.
Lo que se hace es elegir algunas canciones que generen algún tipo de emoción en los niños. Por ejemplo, un vals podría evocar en el niño paz y tranquilidad. Un jazz o un blues podría generarle melancolía. Así se elegirían distintas canciones que el niño podría asociar a la alegría, ira o felicidad.
La canción elegida y que le genere paz, por ejemplo, será una herramienta para que sienta está emoción cuando lo necesite. Es ayudarle a canalizar sus emociones a través de una canción.
6 Frasco de las buenas noticias
Ya se trate de un recipiente de cristal o plástico, la idea es que el niño lo llene de trozos de hojas de papel en las que escriba o haga dibujos alusivos a las emociones que sintió ese día.
7 Mímica de las emociones
Esta actividad es divertida y simple de aplicar.
Solo consiste en apuntar diferentes emociones en papeles. Después, el niño deberá seleccionar una sin que sus padres o hermanos lo vean y él deberá representar la emoción allí plasmada.
Los espectadores tendrán que adivinar qué emoción está describiendo a través de los gestos. Quien logre adivinar la emoción, deberá ser el siguiente en hacer la mímica.
8 Teatro de las emociones
Esta actividad deberá ser trabajada en grupo.
Cada niño y padre se ayudará con marionetas y otros muñecos para representar una emoción en una historia de su propia creación.
9 Termómetro de las emociones
Lo que se hará es dibujar junto al niño dos termómetros en una cartulina. Luego, justo al lado también se pintarán rostros que expresen emociones.
El primer termómetro estará ligado a las emociones incómodas. Desde la apatía y la tristeza en la temperatura más baja, a los nervios, la ira y la rabia en la temperatura más alta.
El segundo termómetro estará ligado a las emociones más positivas. En la temperatura más baja estarán las emociones más relajadas, como la tranquilidad, la serenidad o el estar contento, a las más activas en las temperaturas altas, tipo felicidad, entusiasmo o alegría.
Cuando el niño sienta una emoción, se la que sea, deberá señalar en el termómetro indicado cómo se siente.
Ayudar a un niño a reconocer y manejar sus emociones, le ayudará a ser consiente de cómo se siente. Además, le permitirá expresarlas de una mejor manera y relacionarse mejor con las personas que ama.