Transforma hoy tu matrimonio con estos 4 conceptos
Actualmente, la tasa de divorcio está por las nubes a nivel mundial. Pero tú puedes tomar la iniciativa para mejorar tu actitud, y quizás, modificar el destino de tu matrimonio. Decídete a mejorar y no te sumes a la estadística.
Katie Nielsen
A veces, estar casada es simplemente muy difícil. La tasa de divorcios en los Estados Unidos no sería del 50% del total de los matrimonios si fuera fácil. Hay días en los que tu cónyuge hace algo que te hace pensar que se está volviendo loco. O momentos en los que piensas que sus quejas constantes se han vuelto insoportables. Es precisamente en estos momentos en los que es importante recordar que tú puedes tomar control de la situación.
No puedo cambiarlo a él, solo puedo cambiarme a mí
A pesar de que te gustaría tener una influencia impresionante sobre tu esposo, él todavía tiene el control total de sus acciones y tomará sus propias decisiones ya sea que le des consejos y sugerencias o no. Concéntrate en lo que sí puedes cambiar. Cuando tu marido olvide por tercera vez esta semana enjuagar el lavabo después de afeitarse, piensa en cómo puedes comunicarte de manera efectiva con él sobre el tema o cómo puedes cambiar tu reacción ante la situación. Cuando se le pase darte un piropo por tu nuevo vestido o peinado, trata de pensar en cómo puedes demostrarle las formas en las que te gustaría que se te tome en cuenta. Asume una mayor responsabilidad tú misma para hacer que tu matrimonio funcione. Lo más seguro es que haya varias cosas que tú haces que él desearía que cambiaras también.
Si te dejas llevar, la corriente los separará
Sheila Gregoire, autora del libro “Amar, Honrar y Limpiar” una vez leyó acerca de un experimento realizado en la costa de Brasil. “Los científicos,” dijo ella “tiraron dos botellas en el medio del océano mientras iban en un barco, exactamente al mismo tiempo. Las botellas tenían estos mensajes dentro: “Contactar a este número de teléfono para recibir una recompensa.” Sólo 100 días después de que fueron tiradas, una apareció en la costa de Ecuador (al noroeste); y la otra no fue encontrada durante un año, pero con el tiempo fue localizada en Tanzania (al otro lado del Océano Atlántico y cerca de la punta de África).
Gregoire usó este experimento como una analogía de cómo funciona el matrimonio. Puede ser que las dos personas empiecen en el mismo lugar, pero a menos que hagan un esfuerzo consciente para permanecer juntos, se alejarán. Es algo natural, pero no es inevitable. Gregoire explicó que los esposos y esposas deben “hacer cosas juntos —cualquier cosa— todos los días. Asegúrense de reír juntos. Encuentren pasatiempos en común, cualquier cosa con tal de estar juntos. De lo contrario, se encontrarán en lados opuestos del planeta, sin siquiera darse cuenta de cómo sucedió.”
Mira el 80 por ciento, no el 20 por ciento
Otra idea es dar un paso atrás y analizar tu matrimonio. Haz una lista de todas las cosas que te gustan de tu pareja. ¿Qué es lo que hace tu cónyuge que te hace feliz, reír o te hace sentir amada? Douglas A. Abbott, que tiene un doctorado en Estudios de Niños y Familias, habló sobre un hombre casado que estaba complacido con el 80 por ciento de las cualidades de su esposa. Algunas de las cosas que mencionó eran: “ella es una buena cocinera y ama de casa, compartimos muchas de nuestras actividades favoritas y sabe administrar su tiempo sabiamente” y agregó además una serie de otros atributos positivos. Sin embargo, a él no le gustaba que ella hubiera subido de peso, que no fuera tan atractiva como cuando era joven, y que no disfrutara de socializar tanto como él. En lugar de centrarse en el 80 por ciento de su mujer a quien realmente amaba, ese hombre optó por tramitar un divorcio debido a ese miserable 20 por ciento que le molestaba.
Trata de aplicar esto a tu propia relación. Piensa: ¿Las cosas que te molestan de tu cónyuge son solo parte de su 20 por ciento? y ¿Qué pasa con el otro 80 por ciento que lo hacen una gran persona? Tal vez, todo este tiempo has estado enfocándote en las cosas equivocadas.
Hazlo por ti misma
Hay días, en mi casa cuando el caos y el desorden se acumulan tanto que no lo soporto más. Entonces es cuando me decido a ponerme los guantes de trabajo y hacer limpieza a fondo. ¿No estará mi esposo complacido cuando llegue a casa del trabajo y vea qué tan reluciente y limpia está la casa? Así que barro, sacudo el polvo, limpio y lavo, pensando todo el tiempo qué sorpresa maravillosa será para él. Entonces cuando mi marido llega a casa, agotado por el trabajo, se deja caer en el sillón y enciende el televisor sin mirar a su alrededor ni una sola vez. Recuerdo claramente una vez que me molestó mucho que él fuera tan desagradecido. Ahora, he llegado a la conclusión de que hay algunas cosas que hago solo por mí. Me gusta limpiar porque disfruto de un hogar ordenado. Me gusta preocuparme por tener una cena caliente y bien preparada porque disfruto de una buena comida.
Al aplicar estos consejos te darás cuenta de que tus expectativas serán mucho más razonables para ti y para tu marido y que no te decepcionarás con facilidad cuando no te felicitan de inmediato por tu arduo trabajo. Recuerda que no hay nadie perfecto y que tu esposo también es humano.
Traducido y adaptado al español por Miriam Aguirre del original en inglés “4 thoughts that will change your marriage” de la autora Katie Nielsen