Tres lecciones de valor que mejoraron mi relación con mis hijos
Nuestra responsabilidad de enseñar a nuestros hijos es compleja, y puede ser una bendición si desarrollamos una buena relación con ellos. Estas lecciones pueden ayudarte a fortalecer la relación con tus hijos también.
Anders Peterson
Si reflexionaras por un momento en la relación que tienes con tus hijos, ¿cómo la describirías? Esta es una pregunta que me he planteado últimamente y que me ha ayudado a pensar sobre las acciones comunes que empleamos como padres y que afectan directamente a nuestros hijos. Por ejemplo, ¿cómo actuamos cuando nos sentimos decepcionados? ¿Cuál es nuestra reacción cuando nos frustramos? ¿Cómo motivamos a nuestros hijos a aprender algo nuevo, a enfrentar desafíos, e incluso a mejorar una habilidad deportiva o artística? Los siguientes planteos me han ayudado a descubrir tres lecciones que han mejorado la relación que tengo con mis tres queridos hijos y que espero te puedan ser de ayuda para fortalecer la amistad con tus hijos:
Lección sobre cómo responder cuando los hijos hacen preguntas que parecen no entender
Durante mi reflexión personal sobre la relación que tenía con mis hijos, me di cuenta que había temas que yo evitaba hablar con ellos, porque estaba esperando “el momento adecuado”. Un ejemplo de esto me sucedió cuando una familia que apreciamos mucho nos dio la triste noticia de que iban a tramitar el divorcio. Después de meditar al respecto, observé que en algunas de las preguntas que mis hijos tenían se dejaba ver que habían pensado previamente sobre dicho tema porque esa familia tenía hijos de su edad, pero mi esposa y yo habíamos preferido no hablar al respecto porque considerábamos que tal vez no entenderían lo que les dijéramos. Una vez que nos sentamos a hablar y contestar sus preguntas, nos dimos cuenta que no sólo entendían la información que les dimos a su medida, sino que además pudimos demostrarles nuestro amor de padres a hijos.
Lecciones que aprendemos de los errores cometidos
esto es fundamental, porque cuanto más pronto nuestros hijos aprendan que “errar es humano”, les será mucho más fácil ser pacientes con ellos mismos y comprensivos con los demás. Cuando dialogo con mis hijos luego de que han cometido algún error, les recuerdo que cada día se nos presenta una oportunidad de ser mejores. Lo esencial, es cómo utilizamos dicha oportunidad para aprender cómo tomar buenas decisiones e identificar nuestras debilidades para superarlas.
Lecciones individuales sobre el éxito en la vida
al evaluar las mini-lecciones que podrían ayudar a nuestros hijos a lograr el éxito en lo que hacen en la vida, me he dado cuenta que hay tres principios esenciales que se deben tener en cuenta. Dichos principios son la constancia, la dedicación y la disciplina. La constancia les ayudará a entender que sin trabajo persistente, no es posible alcanzar un resultado satisfactorio. La dedicación les prepara para aprender que sin esfuerzo, no es posible apreciar lo que obtenemos por vía propia. La disciplina les ayudará a desarrollar la capacidad de sacrificar lo que les gusta hacer, por lo que tiene prioridad a fin de cumplir con objetivos personales.
De esta reflexión sobre las lecciones que he querido enseñar a mis hijos, he entendido que el tiempo que se nos requiera invertir como padres para establecer estos buenos hábitos, será recompensado. Esto será cuando veamos a nuestros pequeños hacer realidad sus sueños y convertirse en productivos ciudadanos cuando ellos crezcan, disfrutando una relación cercana con sus padres no sólo por un tiempo, sino por el resto de su vida.