Trucos psicológicos para comprender las relaciones con los demás
Los seres humanos a veces somos indescifrables, pero con la herramienta adecuada siempre sabremos amar y respetar al otro.
Erika Patricia Otero
Empezamos a relacionarnos con otras personas desde que tenemos pocos días de vida. Es que tan pronto nacemos, empezamos a conocer a gente. Primero están nuestros padres y hermanos; luego, llegan los abuelos, tíos y otras personas cercanas a nuestra familia. Sin embargo, la interacción real con otras personas se da cuando comenzamos a relacionarnos con niños de nuestra misma edad.
Algunos niños van a guarderías desde que tienen unos pocos meses; otros en cambio, comienzan a ir teniendo 1 o 2 años. Algunos otros niños conocen a otros pequeños de su misma edad cuando comienzan a ir al jardín de infantes. Como sea que se dé ese primer paso al mundo y la vida real, lo cierto es que tarde o temprano todos pasamos por esto.
Ahora bien, es un hecho que hay personas a las que se les hace más fácil hacer amigos que a otras. Esto ya tiene mucho que ver con su personalidad (forma de ser). Sin embargo, esta también puede adecuarse según sea la necesidad de cada uno en un momento específico.
Una buena noticia es que no importa que tan diferente seas de los demás, ya sean familia o no; hay “reglas” que sí o sí aplican en todos nosotros. Esas “reglas” psicológicas te ayudarán a comprender la forma de pensar de otros respecto a ti. Conocerlas te ayudará a comprender a los demás, saber de quién debes alejarte y a quién debes conservar en tu vida. A continuación te daré a conocer algunas, quizás las más relevantes.
1 Siempre juzgamos a los demás por como somos nosotros
¿Te encontraste alguna vez que alguien dijo de ti algo que no te gusta? La reacción a algo que no es cierto es enojarse y reclamar. Pero, ¿qué ocurre si te digo no hay nada más infructuoso que eso? Lo que pasa es que las personas, todos nosotros, nos reflejamos en los demás. Juzgamos a los demás por la manera en que nosotros actuamos.
Pasa en todos los lugares que se presten a un intercambio social. Por ejemplo, es habitual leer en redes sociales cosas como: “¡Ah! tanto que despilfarras dinero en lujos y no le das estudios a tus hijos”. La persona que hace ese tipo de acusación no sabe nada de tu vida. Al juzgarte, en realidad -inconscientemente- se está juzgando a ella misma.
Este actuar se llama proyección. Es un mecanismo de defensa inconsciente que sale a flote en los momentos en que la persona se siente atacada. El asunto es que quien se ataca es ella misma. Podemos engañar a todos los que nos rodean, menos a nosotros mismos. Por eso, al sentirse atacado, trata de protegerse y agrede a la persona en la que se siente proyectado.
2 Te caen mal las personas que tienen aspectos que odias en ti
Acá está en acción el mismo mecanismo de defensa anterior (proyección). Se llama también ley del espejo.
Cuando alguien te cae mal y no sabes la razón, analiza qué aspecto de esa persona en particular resalta más. Tal vez te desagrade porque notaste que dice mentiras. Quizás la razón por la que te molesta es que es muy coqueta, o tal vez te parece odiosa.
Pues bien, todos los aspectos por los cuales te cae mal alguien, en realidad los tienes tú. Como odias esa parte de ti, la ves en ella y es mucho más fácil mostrar desprecio por los demás y alejarlos, corregirte.
3 Cuando alguien quiere opacarte, tiene baja autoestima
Algo que suele ocurrir en las relaciones cercanas es que de frente alguien te trate mal sin tener una razón. La verdad es que aunque para ti puede no haber una razón evidente, la hay.
Una “amiga” tratará de opacarte si siente que a tu lado ella es insignificante. Esa persona en cuestión siempre dirá que ella y lo de ella es mejor que lo tuyo: su casa es más grande y bella; sus hijos más talentosos; su ropa siempre es la más cara. Sin embargo, esa actitud oculta un sentimiento de inferioridad gigantesco. Lo que busca es hacer que te sientas menos para sentir que te supera.
4 Si alguien está interesado en ti, no dejará de mirarte
Esta es solo una señal de atracción. Sin embargo, si a eso le sumas que la dirección de su cuerpo se incline hacia ti, que cuando te tiene de frente te mire fijamente a los labios; entonces, está más que confirmada la atracción.
5 La persona que siempre se muestra feliz y hace bromas, tiene una gran carga de tristeza
Una forma de ocultar la depresión es mostrarse ante los demás como la persona más jovial y graciosa del mundo. Quien más ríe y parece divertirse en una reunión, es quien más necesita apoyo porque está lidiando con una profunda tristeza.
6 Una persona que se siente impotente, siempre levantará su voz para hacerse escuchar
Pocas veces elevar la voz es igual a estar enojado; esto es más bien señal de frustración. Alguien que comienza a gritar en medio de una charla, aunque esta no represente un ataque, demostrará que se siente frustrado porque o bien no le ponen atención o cree tener la razón.
Una buena técnica para hacer que baje la voz, es que tú no le sigas el juego; es decir, empieza a hablar en voz baja, así la persona tendrá que bajar la suya para poder escucharte.
Estas son solo apenas unas pocas señales psicológicas y del lenguaje corporal que te ayudarán a entenderte y a los demás. Si las tienes en cuenta, te evitarás problemas innecesarios, sabrás a quién mantener cerca y a quién sacar de tu vida.