¿Tu hijo adolescente quiere dejar de estudiar?
Un gran desafío actualmente en nuestra sociedad es poder transmitir a los jóvenes el gusto y la necesidad de estudiar. ¿Qué hacer cuando tu hijo adolescente te dice que quiere dejar la escuela?
Emma E. Sánchez
¿Tu hijo adolescente quiere dejar de estudiar? ¡Tranquila! No es el fin del mundo, no eres una mala madre, ni has fallado en tu función. Así que respira y vamos a reflexionar un poco sobre algunas cosas que puedes hacer, ¿de acuerdo?
1. Platica con tu hijo y concéntrate en el problema
Repito: platica con tu hijo. Escucha con calma. Mantén tu boca cerrada, tus oídos muy atentos y, si es necesario, toma pequeñas notas. El propósito es descubrir exactamente qué está sucediendo con tu hijo que le lleva a dar tal declaración. Encontrar la causa precisa y exacta, te ayudará a solucionar las cosas, por lo que, por favor, concéntrate en el problema. Bajo ninguna circunstancia te metas con tu hijo en el sentido de cuestionar quién es él, concentra tu atención en las circunstancias que pueden estar en torno a su desición.
Por ejemplo, si tu hijo te dice que está “cansado de estudiar”, habría que revisar sus horarios para dormir y levantarse, la comida que consume, su carga de trabajo escolar y extra curricular. Una vez que revisen estos aspectos, entonces hagan las modificaciones necesarias. Ten el cuidado de nunca decirle algo como: “Eres un flojo”, “Eres inmaduro”, “No sabes lo que dices”, “No sabes lo que quieres”, etc. Evita cualquier descalificativo. Recuerda: enfócate en la solución al problema, no en criticar a tu hijo. Despójate de cualquier actitud negativa o juicio hacia su persona.
Escuchar con verdadera atención e interés sus ideas, abrirá un canal de comunicación muy valioso que será particularmente indispensable cuando los verdaderos desafíos de la vida se presenten. La etapa del bachillerato podría ser una experiencia intimidante, así que presta atención a lo que sucede a su alrededor.
2. Hazle saber a tu hijo lo que esperas de él
Durante la adolescencia muchos jóvenes lo que están buscando es medir y hasta poner a prueba a los padres. Si has sido una madre constante desde la infancia, los hijos sabrán lo que esperas de ellos, cuándo y cómo. No bajes tus normas y siempre verifica que tus límites sean apropiados al tiempo de vida de tus hijos. Una regla para la familia puede ser que los estudios no se abandonan: se pueden posponer por causas realmente importantes, pero nunca se abandonan. Un joven no debe abandonar sus estudios o posponerlos antes de concluir la educación secundaria, y él debe saberlo desde que cursa la primaria. La ley así lo considera.
3. Decidan juntos y establezcan un plan de trabajo
Si ya han hablado y juntos han determinado que es conveniente para el joven dejar la escuela (cosa que es muy rara), debe establecerse un plan de trabajo y/o estudios alternos. Un plan que incluya el servicio en casa, ejercicio y otras responsabilidades. De lo contrario, podríamos estar dañando los procesos de madurez e independencia necesarios en todo ser humano.
Tal vez choque con tus paradigmas la idea de “perder un año escolar”, pero permíteme decirte que cuando los padres dan un acompañamiento sabio y prudente al joven, ese año aparentemente perdido, se convierte en muchos casos en un periodo de verdadero aprendizaje y madurez, especialmente para los varones.
Por último, recuerda esto: tu hijo es lo más importante. Conoce sus necesidades, sus pensamientos y procesos. Ayúdale a vivir en libertad, en independencia y, sobre todo, a hacerse responsable de las consecuencias de sus actos y decisiones.