¿Tu hijo confía en ti? esta es la mejor manera de lograrlo
Confiar en alguien toma tiempo, pero perder esa confianza ganada con esfuerzo cuesta solo un instante.
Erika Patricia Otero
Confiar es el trabajo de tener la esperanza de que otra persona no te va a traicionar ni decepcionar. Desde luego, confiar en una persona es algo que toma tiempo. Sin embargo, con los hijos la situación es diferente.
Al ser engendrados por amor y convivir contigo desde su nacimiento, que confíen en ti es algo que surge naturalmente. Lo que sí puede suceder es que tus hijos, por tus acciones, pierdan la confianza que depositaron en ti. Justo por esto es que debes procurar jamás perder esa fe ciega que ellos pusieron en ti, y decepcionar a una persona puede ser mucho más fácil que ganar su confianza.
Cómo ganar la confianza de tus hijos
Cuentas con la suerte de que tus hijos, por convivencia diaria, verán tus acciones y se harán un concepto de quiénes son ustedes como padres. Si sabes hacer las cosas, te ganarás con poco esfuerzo la confianza de tus hijos.
El primer paso para ganar la confianza de los hijos es respetarlos.
Habrá quien diga que no requiere que sus hijos confíen, que lo que importa es que le obedezcan. Esto es un gran error porque un hijo difícilmente obedecerá a un padre o madre que no respeta. Quizás de niño lo haga por miedo, pero en la adolescencia perderá el poco respeto que les tiene.
Justo de eso se trata, de que si deseas ser respetado, debes respetar a tus hijos. Y ¿Cómo se hace esto? simple: no defraudándolos.
Ten presente que tú no solo eres una figura de autoridad, eres además un ejemplo para ellos. Tus hijos van a notar tus fallas; tampoco se espera que seas perfecto progenitor. Si cometes errores, habla con sinceridad a tus hijos y explícales que puedes y vas a equivocarte. Enséñales que es válido que también fallen; que el truco de la vida es aprender de los errores y no volver a tropezar con la misma piedra.
Es cuestión de mostrarse ante sus hijos como personas sinceras con las que pueden abrirse y hablar francamente. Que no deben temer a ustedes y que siempre pueden recurrir a ustedes por su consejo y no serán juzgados. Cuando haces esto, les muestras que los respetas y en retribución los respetarán.
Dedícales tiempo, atención y esfuerzo
La tarea de ser padre o madre no es fácil. A ser padre se aprende conforme el hijo va creciendo. No se supone que los padres sean jueces de los hijos, menos cuando están aprendiendo a vivir.
Algo que un hijo tiene en mucha estima es que sus padres acepten y valoren sus esfuerzos y capacidades. Cuando los padres reconocen ese esfuerzo, los hijos se sienten motivados a esforzarse más.
Es claro que no todo lo que un hijo hace es perfecto. El truco de un padre sabio está en corregir a sus hijos con amor. Cuando lo hace, sus hijos sabrán que tiene un guía amoroso que jamás les dañará por sus errores; en cambio, les ayudará a corregir sus fallos y a ser mejores cada día.
Ahora bien, los hijos también necesitan que los padres les dediquen tiempo de calidad. Esto para que entre ellos puedan divertirse, aprender y tener muchos recuerdos familiares. Esto permitirá a los padres conocer mejor a sus hijos por sus acciones y decisiones.
Respeta su privacidad
Otra manera de ganar la confianza de los hijos es respetar su privacidad. Hay padres que hacen del tiempo con los hijos un interrogatorio, y no debería ser así. En su lugar, si un padre habla sobre cómo se siente, le mostrará a sus hijos que confía en ellos. A la vez les está enviando el mensaje de que ellos pueden hacer lo mismo.
El truco es respetar lo que sea que sus hijos quieren compartir con él o ella; sin generar presión para que hablen de lo que no quieren o se quieren reservar para ellos. Es así como el hijo cada vez estará más dispuesto a hablar francamente sin miedos y reservas con sus padres.
El camino más rápido para que tus hijos dejen de confiar en ti
Seguramente, por tu propia experiencia tuviste vivencias que te hicieron perder la confianza que tenías en otras personas. Basta solo una mínima acción para distanciarnos de ese amigo que no respetó que tú confiaras en él.
Con los hijos pasa lo mismo. Lo peor es que es una acción que muchos padres pasan desapercibida. Consiste en romper sus promesas y engañar engaños.
Piensa en esto. Cuando eras niño, tus héroes más cercanos eran tus padres; bueno, cuando empiezas a ser más independiente, se abre un mundo de posibilidades ante tus ojos. Te das cuenta que muchas cosas que tus padres te dijeron eran reales o no.
Darse cuenta que hubo por ahí uno que otro engaño puede o no ser grave dependiendo del tamaño de este. No es lo mismo darse cuenta que no es Santa quien trae los regalos, a descubrir que eras adoptado. Sé que el ejemplo es muy radical, pero es necesario.
Pasa lo mismo cuando le dices a tu hijo que irás a su presentación escolar y que se quede esperándote. Rompes su corazón porque de verdad el niño quería que fueras a verlo. Es así como de a poco quiebras la confianza que depositó en ti mientras crecía.
Puedo decir con felicidad que sé lo que es poder confiar en mis padres. Ellos siempre nos mostraron que eran personas de fiar. Siempre pudimos acercarnos a ellos para hablar de lo que nos perturbaba o interesaba y jamás mi hermana y yo nos sentimos juzgadas.
Hacer que los hijos confíen en ti no es tan complicado como parece. Solo debes bajar de tu pedestal de padre y ponerte en el de aprendiz de la vida junto con tus hijos; ellos te lo van a agradecer.