Tu hijo tiene 1 año y aún no camina ¿Debes ayudarlo?, los expertos responden
Alrededor de los doce meses todos los bebés quieren empezar a caminar. Entérate cómo ayudarlo sin interferir en su aprendizaje.
Fernanda Gonzalez Casafús
Los primeros pasos de un bebé es motivo de alegría y orgullo para los padres. Para el bebé es un hito trascendente que marcará una nueva etapa. Para ti, representará días enteros corriendo tras él, pues ahora ya no dejará de hacerlo. ¿Debemos ayudarlo a caminar o simplemente no interferir?
De acuerdo a la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos, los niños comienzan a caminar entre los 12 y 18 meses de edad. Como verás, no hay apuro en que tu bebé de sus primeros pasos, pues todos, tarde o temprano lo lograrán.
De nada sirve que a las madres nos digan que no comparemos a nuestros hijos porque todas, o casi todas, internamente lo hacemos. “Mi hijo caminó a los 8 meses”, “el mío al año”. Y mientras tanto, tú, que tu hijo ya ha pasado el año de edad y aún no quiere caminar, no sabes si sentirte culpable o salir corriendo ya a entrenar sus aptitudes al grito de “ven a mis brazos bebé”.
Cada niño tiene su tiempo
Lo cierto es que cada niño tiene su ritmo y su tiempo, y nosotras como madres podemos hacer mucho por ellos, pero sin interferir directamente en su desarrollo. La mayoría de los bebés van adquiriendo fuerza y coordinación mes a mes para que luego del año tengan la destreza suficiente para largarse solitos.
Mis hijos comenzaron a caminar sin apoyo entre los 10 y 11 meses. Obviamente me sentía (y aún me siento) orgullosa por el logro, pero reconozco que el estímulo y la motivación hicieron lo suyo (además del temperamento de mis pequeños).
Antes de largarse a caminar, tu bebé comenzará con algunas destrezas que lo prepararán para el gran paso, como ser rodar, gatear, arrastrarse o ir caminando tomándose de los muebles y sillas.
No debes preocuparte si tu bebé acaba de cumplir el año y aún no camina. Hay niños completamente sanos y normales que no caminan hasta el año y medio de edad. De todas formas, si tu hijo supera el año y medio o dos de edad, y aún no da señales de querer caminar, debes consultarlo con un especialista.
¿Debo ayudarlo?
No nos podemos resistir. Y seguramente te encuentres dándole tu mano para llevarlo a andar. Sin embargo, sólo debes hacerlo si él te lo pide, pues si opone resistencia podría ser perjudicial y frenar el proceso.
Hay una frase que dice que la mejor forma de ayudar a tu bebé a caminar es no ayudarlo. Hace un par de años atrás, cuando participaba en un foro de madres, conocí el método Pikler que muchas madres allí practicaban. Este método se trata de dejar completamente en libertad a tu bebé, sin necesidad de guía de un adulto y con todos los elementos que encuentre el niño a su alrededor.
Esta teoría demuestra que los bebés se mueven naturalmente y de forma espontánea en la búsqueda de su propio aprendizaje. Por lo tanto cualquier elemento que propongamos los adultos, como caminadores o andadores, no sólo están demás sino que son contraproducentes, y están desaconsejados por los expertos.
Un niño que tiene libertad en sus movimientos va generando una mayor confianza en sí mismo y una actitud más activa, positiva e interesada acerca de los elementos de su alrededor, lo que lo motiva aún más a levantarse y querer caminar.
Tu rol como guía
Nuestro rol como adultos es simplemente estar allí para evitar los peligros y acompañarlos cuando así lo requieran. Nuestra intervención puede hacer que el bebé adopte posturas para las cuales aún no están preparados y retrasar el proceso.
Puedes motivarlo a que se acerque a tí extendiendo tus brazos, colocando sillas más cerca, y vigilando todos sus movimientos para que esté fuera de peligro.
Esta es la forma en la que puedes ayudar a tu bebé a caminar
Déjalo descalzo: Está comprobado que los niños que están descalzos no sólo aprenden a caminar mejor y más rápido sino que ello beneficia su desarrollo motriz. Los zapatos están desaconsejados en los bebés pues dificulta el andar y no le permite sujetarse al piso.
Evita los peligros: Quita las cosas que pueden caer sobre su cabeza, coloca protecciones en las puntas de las mesas, quita del piso las alfombras con las que pueda resbalarse, y traba puertas y ventanas, entre otras acciones.
Evita los andadores y caminadores: Están desaconsejados por la Asociación Americana de Pediatría por la cantidad de accidentes graves que han ocurrido. Aún así, si decides usarlo, debe ser por pocos minutos al día y bajo la estricta supervisión de un adulto.
No lo fuerces ni obligues: Si tu bebé se para y te pide tu mano, dásela, pero déjalo que él marque el ritmo. Tampoco lo obligues a caminar si no se siente seguro. Recuerda que es un momento trascendental y tu bebé debe disfrutarlo tanto como tú.
La mejor manera de ver a tu bebé progresar es facilitarle su entorno y permitirles explorar. Y sobre todo, no olvides quitarle sus zapatos para que sientan el terreno donde pisan y afiancen el andar. Resiste la tentación de tomar de sus manitas y hacerlo caminar, pues él sólo te lo dejará saber cuando quiera hacerlo y cuando se sienta preparado.
Cada bebé se desarrolla a su tiempo, y antes de que te des cuenta estará corriendo por toda la casa sin parar. Hay una frase que me gusta y me divierte que dice “Pasamos los primeros 18 meses tratando de que un hijo camine y hable, y los siguientes 18 años tratando de que se siente y escuche”. Hay un tiempo para todo. Debemos relajarnos, disfrutarlo, y agradecer cada día por ver crecer a nuestro hijo sano y feliz.