Tu niño NO está feliz en la guardería cuando demuestra estos síntomas (atención mamás)
No todos los niños son felices en la Guardería. ¿Cómo puedo ayudarlo a que se adapte a esta nueva rutina? Descubre si es normal o no que tu niño muestre tanto rechazo al Kinder.
Fernanda Gonzalez Casafús
Con la idea de que los niños socialicen o aprendan nuevos hábitos y rutinas muchos padres mandan a sus niños a la guardería aún cuando no han cumplido la edad obligatoria para escolarizarse. En muchas ocasiones el niño necesitará una adaptación para sentirse confiado con su maestra, sus compañeros y su entorno nuevo. Sin embargo no siempre la adaptación es exitosa y los pequeños a veces suelen mostrarse muy molestos a la hora de ir al kinder, lloran y manifiestan que no quieren ir. Cuando ésto sucede tienes que replantearte ciertos puntos para saber por qué el niño no quiere ir a la guardería y, en un caso extremo, analizar si es necesario enviarlo o no.
Según el pediatra español Carlos González, defensor de la crianza con apego y el respeto por las necesidades del niño, las Guarderías es algo de esta sociedad moderna y no se trata de una necesidad del niño sino más bien de sus padres o cuidadores. Ningún niño de menos de 4 años necesita obligatoriamente ir a una guardería para relacionarse con sus pares, sino que hasta esa edad lo ideal es que se fortalezca el vínculo con su propia familia. No quiere decir ésto que las guarderías son malas para los niños, sino que no es una necesidad natural sino impuesta por la sociedad.
Aún así, si necesitas enviar a tu hijo a una Guardería porque necesitas ir a trabajar y no tienes con quien dejarlo presta atención en la elección del centro maternal, habla con quienes serán sus maestras, pregunta acerca de las actividades, de las pautas de educación que siguen en la institución, y deja en claro cualquier particularidad que quieras que sepan de tu hijo.
No siempre los niños son felices en las guarderías. Tal vez envíes a tu hijo a los 2 años y no tengas ningún inconveniente o tal vez te pase como a mí, que envié a mi niña a los 3 años y medio y aún hay días en que llora y no quiere ir.
Lo ideal entonces es primero averiguar por qué no quiee ir y durante cuánto tiempo mantiene esa postura. Si pasan muchos días en que llora y manifiesta su disconformidad tendrás que indagar si existe algún factor externo; preguntale a tu niño o niña si alguien lo molesta, o si hay algo en particular que le desagrada. También conversa con la maestra a solas para establecer y averiguar si pasa algo que a tu niño no le esté gustando.
Algunos síntomas y comportamientos te ayudarán a demostrarte que tu hijo no quiere ir a la guardería y que ello lo está estresando en su vida cotidiana. Si alguno de estos comportamientos se prolonga en el tiempo tal vez debas preguntarte si el establecimiento es el adecuado para tu hijo, si hay algún cambio en el hogar que le esté afectando a nivel personal, o si lo sacas y lo mandas el año próximo cuando unos meses de maduración emocional hagan lo suyo.
Lo que debes saber es que estos comportamientos son muchas veces más normal de lo que creemos y a veces sólo con ponernos firmes y explicarles que en la guardería aprenderán cosas lindas y harán amigos, el niño poco a poco irá ganando confianza.
Las primeras semanas de guardería pueden ser traumáticas para toda la familia. Algunos de estos comportamientos son normales y ceden poco a poco a medida que el niño se va adaptando a una nueva rutina de vida.
Llora cuando llega el momento de partir hacia la Guardería
Es uno de los comportamientos más normales. La excitación que le provoca al niño saber que por un tiempo se verá separado de su madre o su padre le genera gran ansiedad y angustia. Con el tiempo aprenderá que es sólo un momento y luego volverá a casa a jugar con su familia.
Se volvió más dependiente y tuvo algunos retrocesos
Con este comportamiento está diciendo que quiere más atención. Quiere comprender por qué lo depositan en la guardería cuando antes estaba en casa jugando. Habla mucho con tu hijo, explícale y cuéntale de los beneficios de ir a la guardería. Puede ayudar contarle acerca de tu experiencia en la guardería cuando eras pequeño, así el niño verá que empatizas con sus sentimientos.
Cambios en el carácter
A veces los niños se muestran enojados y no saben muy bien cómo manifestarlo. Tal vez también lo encuentres más triste de lo normal, o cabizbajo. Recuerda que entrar a la guardería supone un gran cambio en su vida, por lo que está tratando de lidiar con todos estos sentimientos. Valida esas sensaciones y no las minimices. Acompáñalo, dile que sabes que está algo molesto porque no quiere ir a la guardería pero que tú sabes que poco a poco será algo divertido y querrá ir siempre.
Así y todo, si algunos de estos comportamientos se perpetúa durante muchas semanas sería prudente evaluar algunas cuestiones de fondo y estar atentos para identificar si se trata de algo pasajero que va mejorando con el tiempo o si, por el contrario, muestra cambios negativos que van empeorando (se vuelve a orinar en la cama, está muy enojado y pega, no logra conciliar el sueño o tiene pesadillas, no hay un sólo día que no entre sin llorar, etc.). En este último caso, busca ayuda y consúltalo con un profesional. Tal vez decidas no mandarlo hasta el próximo año, y eso también estará bien.
Nunca desatiendas a tu hijo en su forma de comunicarse y apóyalo en cada paso. Crecer no es fácil. La guardería supone un antes y un después en la vida de un niño. Sigue siempre tu intuición y verás que estarás eligiendo el camino correcto.