Un amor de alto rendimiento requiere ser selectivo
Toda persona tiene la capacidad de tener un amor de alto rendimiento, siempre y cuando, seleccione correctamente a la persona a quien entregará el tesoro de su corazón.
Elizabeth González Torres
Desde hace algunas décadas ha venido surgiendo un fenómeno sumamente interesante en el deporte de alto rendimiento de la República de Cuba, mismo suceso que a nivel internacional ha llamado la atención en sobremanera debido a los resultados obtenidos ante la situación económica que vive dicho país. Varios expertos que han contribuido al avance del deporte cubano han revelado que esta evolución es producto de una concepción científica y selectiva, enfocada tanto al deporte como al deportista. Es decir, el deporte cubano es considerado como una ciencia que debe ser estudiada, analizada y ejecutada por científicos –deportistas- que sean seleccionados con la mayor precisión y cuidado. Sin temor a equivocarse, los expertos aseguran que la selectividad en el deporte de alto rendimiento es la clave para alcanzar grandes resultados.
El amor y el deporte: una analogía.
Probablemente te estés preguntando ¿Qué tiene que ver el amor con el deporte? ¿Qué semejanza puede existir entre lo descrito anteriormente con nuestra manera de amar? En el universo del amor, al igual que en el del deporte, existe, o debería existir, una clasificación que todo hombre y mujer tendríamos que tomar en cuenta al momento de decidir de quién enamorarnos y cuándo enamorarnos. Saber y comprender que el amor también se divide en amateur y de alto rendimiento nos haría cometer menos errores y elegir con mayor precisión.
Amor de alto rendimiento y Amor amateur
Todos los seres humanos, sin excepción alguna, estamos capacitados para ser practicantes del amor de alto rendimiento. Sin embargo, es importante reconocer que no todos decidimos amar al mismo nivel. Algunos prefieren ser practicantes del amor amateur: no comprometerse absolutamente con aquella persona a la que quieren, no desarrollar todas las cualidades que requiere una relación exitosa y no dedicar el tiempo necesario para alimentar los sentimientos que resguarda su corazón.
En el otro extremo, se encuentran aquellos que han decidido ser ejecutores del amor de alto rendimiento, los mismos que deciden ser fieles, amorosos, constantes y disciplinados en su relación: buscan ser mejores y hacer mejor a la persona que aman, conocen realmente su valor individual y entienden que también su corazón debe aprender a ser selectivo al momento de elegir a quien amará. La selectividad en el amortambién es la clave para que una relación amorosa sea realmente exitosa.
Es verdad que todos podemos tener un amor de alto rendimiento Pero, ¿qué debemos hacer para convertirnos en practicantes de esta clase de amor que muy pocos conocen?
1. Concócete a ti misma
Hay que reconocer cuáles son las capacidades, habilidades y necesidades que tiene nuestro corazón. Conversemos detenidamente con nuestros sentimientos y emociones, preguntémosles como se siente nuestro corazón, qué tan capaz es de ser leal, honesto, sincero, comprometido, respetuoso; qué necesita admirar en ese alguien a quien esté dispuesto a amar de manera profesional. Seamos capaces de reconocer si nuestro corazón no está lo suficientemente en forma y ejectitémoslo.
2. Disciplínate para amar.
Tenemos la obligación de ejercitar y fortalecer el amor, la pasión, la lealtad, el compromiso y el respeto por nosotros mismos. Antes de elegir una pareja es indispensable que busquemos tener la condición emocional y sentimental necesaria para aventurarnos a amar. Algunos podrían pensar que para amar nunca se está preparado, pero en cierta medida el amor, al igual que el deporte, requiere de una preparación intensiva que nos permita dar lo mejor de nosotros al momento de estar con alguien más, y precisamente para eso, necesitamos fortalecer nuestras cualidades, habilidades, emociones y sentimientos hacia nosotros mismos.
3. Encuentra a alguien a tu nivel.
Debemos buscar entregar el tesoro de nuestro corazón a otro practicante del amor de alto rendimiento. Al darnos cuenta del esfuerzo que hemos realizado para que nuestro corazón se encuentre en las mejores condiciones para amar, debemos tener la precaución de seleccionar a una persona que merezca nuestro amor; alguien que al igual que nosotros se haya esforzado por alcanzar un corazón sano, sincero, honesto, con ganas de amar intensamente, con ganas de cuidar y proteger a nuestro corazón, así como nosotros lo haremos con el suyo.
Finalmente, es importante aclarar que el amor nunca es discriminatorio porque permite que todos seamos amados, pero somos nosotros quienes debemos aceptar que en ocasiones tenemos que ser selectivos sobre a quién decidimos amar. Si de verdad queremos tener una relación exitosa, no podemos conformarnos con un amor amateur que a veces funciona y otras no, todo lo contrario, debemos entrenarnos de tal manera que nuestra única opción sea tener un amor de alto rendimiento.