Un día del padre, sin padre
Muchas personas en el mundo tienen motivos para festejar el día del padre, pero hay otras tantas que no lo tienen. Si no tienes motivos, este artículo es para ti.
Laura Abbott
Desde que era pequeña, el día del padre era un suplicio. Sentía que todos tenían razones para festejar y me sentía excluida. La verdad es que si pasas por la situación de no tener un padre ―por diversos motivos: muerte, abandono, total desconocimiento―, el día del padre puede convertirse en una fecha poco grata en que la ausencia se vuelve más palpable.
Soy hija de madre soltera, jamás conocí a mi padre. Tuvo que pasar mucho tiempo antes de saber siquiera su nombre. No me creo especial por eso, aunque durante muchos años de mi infancia y mi adolescencia lo sentí así. Ahora soy conciente de que, lamentablemente, existen muchas personas en mi condición. Inevitablemente, no puedo dejar de sentir empatía por ti, si ésa es tu situación.
El doloroso día del padre
Sé lo doloroso que puede ser transitar por este mes en el que todos se encuentran felices y pensando en un regalo para papá. Sé lo difícil que es felicitar a otros que son buenos padres cuando no te puedes conectar con el sentimiento general, debido a que es algo que nunca pudiste disfrutar.
Sé lo triste que es que pregunten por tu padre y que debas dar respuestas que a veces no tienes. Imagino que, si tu padre murió, puede llegar a ser muy triste celebrar esta fecha sin su presencia. Ésta, como muchas otras fechas, se convierte en días difíciles de transitar porque simplemente todo el mundo está de un ánimo distinto al tuyo y te sientes casi obligada a sentir diferente de lo que sientes.
Siempre hay una figura paterna a quién festejar
Sin embargo, no tiene por qué ser siempre así. Siempre puedes elegir. Puedes elegir quedarte con ese sentimiento de carencia o buscar una nueva alternativa que pueda hacerte feliz. Puedes elegir quedarte en casa sufriendo o puedes elegir salir a celebrar aunque en apariencia no haya mucho para celebrar. Puedes festejar con un tío o con tu abuelo. Puedes celebrar con aquellos amigos en que el padre es una figura ejemplar.
Aunque no hayas tenido la bendición de tener un padre, o si pasas por la situación de haberlo perdido, eso no te impide reconocer que sí existen buenos padres y que hay muchos que llevan muy bien ese título. Te propongo que seas sensible a este tema y sepas reconocer a los padres maravillosos que existen en tu entorno y elijas celebrar con ellos este día.
En mi caso, tengo la fortuna de contar con un buen padre para mis hijos, y desde entonces esta fecha ha recobrado un nuevo sentido. Es algo maravilloso porque sé que mis hijos pueden disfrutar en toda su plenitud lo que yo no pude disfrutar. Mi alegría en estos días es doble: alegría por festejar el día del padre y alegría por saber que mis hijos son felices festejándolo.
Decide celebrar y ser feliz
Mi propuesta es que logres dar un vuelco benéfico para tu vida y que encuentres en este día un motivo de sanación. No tienes un padre a quien festejar. Uno propio y absoluto. Pero seguramente tienes la capacidad y la apertura para saber que se puede festejar la paternidad.
Encuentra los motivos y razones dentro de tu ser y sé generosa. Anímate a celebrarlo aunque no sea de la manera tradicional, y felicita a tus amigos y allegados. Ábrete a comprender que para muchos es un motivo de celebración y que tú puedes ser parte de ello. De esa manera ayudarás a sanar tu alma y sabrás, que aunque no tengas mucho que celebrar, tu espíritu puede acompañar a muchos otros que sí pueden, y ser feliz sabiendo que hay muchos padres maravillosos en el mundo.
No te quedes encerrada en tu carencia, mejor enfócate en la suerte de otros y disfrútala. Toma este día para celebrar el destino de los otros y olvida todo. Esto traerá más paz a tu ser y será mejor que vivir en la ausencia de lo que no pudo ser o de lo que ya no es. Únete a la mayoría y celebra sabiendo que celebras la vida y el amor.