Un niño desobediente es un niño desmotivado
¿Te sientes desesperada porque tu hijo tiene actitudes desafiantes, agresivas o negativas? ¿Buscas una solución urgente? ¿Y si te dijera que la tienes en tus manos?
Marilú Ochoa Méndez
Si tu hijo ha tenido comportamientos inapropiados en público, seguro has sentido las miradas inquisidoras de muchas personas sobre ti. Has escuchado los suspiros y los has visto voltear la cabeza con negación, casi compadeciéndote.
Ojalá que no hayas permitido que una crítica te desmoralice. Estas personas desafortunadamente han olvidado lo que es ser niño, o lo que es convivir con uno.
Ellos piensan que los padres somos perfectos. Seguro ellos nunca han alzado la voz de manera inapropiada. Seguramente ellos han dejado siempre su lugar de trabajo limpio, recogido e impecable. O nunca han gritado con rabia a quien sienten que les ofende o molesta.
Esto debe ser así, porque sí
Y es que es una tendencia común en las personas, el generalizar. Nos ayuda a comprender la realidad, nos ayuda a ubicar en nuestros moldes mentales lo que nos sucede y lo que sucede a otros. Así, las personas tienden a afirmar que las mujeres somos sensibles, los hombres fuertes y los niños difíciles.
Esta situación genera problemas si actuamos con base en nuestro esquema mental y no con base en la realidad.
La autora estadounidense, L. R Knost, nos aporta una frase bellísima para aclarar lo que quiero compartirte:
“Muy seguido, los niños son castigados solo por ser humanos. No les permitimos tener mal humor, tener malos días, malos modos o actitudes desafiantes. Sin embargo, los adultos los tenemos todo el tiempo. Ninguno de nosotros es perfecto. Tenemos que dejar de presionar a los niños para que tengan un nivel de perfección que no podemos alcanzar nosotros mismos”
Un niño desobediente es un niño desmotivado
Tu hijo no es malo. No ha elaborado planes maquiavélicos para sacarte de quicio, ni busca sacarte el coraje cuando llegas del trabajo con la moral baja. Tu hijo te necesita. Él actúa como actúa por diversas razones:
1 Así actúas tú
2 Quiere decirte algo
3 Así es su fase de desarrollo
Si tu hijo encaja en el perfil de “niño desobediente”, conviene buscar a cuál de los tres puntos que te cito arriba responde su comportamiento. Para ello, te sugiero hacerte estas preguntas:
¿Notas que el comportamiento que te inquieta es un “espejo” a ti mismo o alguien mas, cercano a la familia?
¿Has pensado que más que un “ataque” por parte de tu hijo, comportarse así sea una señal de alarma para conseguir algo de ti?
¿Y si sales de lo que tú sientes frente a su comportamiento y procuras pensar qué pasa en el corazón de tu hijo para que actúe precisamente de esa manera? ¿Ha experimentado tu hijo un suceso externo que haya detonado comportamientos inapropiados? ¿Ha habido algún cambio, preocupación familiar o crisis que pueda explicarlo?
Otra solución, la empatía
La empatía es simplemente, ponerte en los zapatos del otro. Imagínate que eres un niño, con la capacidad cerebral aún incompleta (¡el cerebro se desarrolla de manera completa hacia los 25 años!), ¿cómo te sentirías si te trataran como tú tratas a tu hijo?
Aquí, aplica la regla de oro: Trata a los demás, como te gustaría que te trataran a ti.
En las mayores crisis, cuando tu conocimiento sobre psicología infantil te falle, y no encuentres lógicamente qué hacer frente a una situación, la empatía siempre podrá salvarte y darte criterios oportunos. ¿Cómo hacerlo?
Imagina que tú eres ese niño pequeño con una situación comprometedora. ¿Qué te gustaría que hicieran por ti? ¿Cómo te gustaría que te trataran? ¿Ya lo tienes? ¡Justo de esa manera debes tratar tu a tu hijo!
La llave de oro: formar el corazón
En ocasiones, cometemos el error de buscar que nuestro hijo se porte mejor, haciéndolo sentir mal. Reclamamos, golpeamos la mesa, gritamos. ¿Pero entonces qué hacer?
La madre de familia y escritora Betsy Hart, nos sugiere en su libro Sin miedo a educar varios tips prácticos. Te comparto algunos:
1 Hijo, estoy de tu lado
Esta realidad parece obvia, pero no lo es. Y de acuerdo al testimonio y reflexiones de la autora, quien sufrió una separación de su esposo cuando sus hijos eran pequeños y ha forjado una relación familiar inigualable, es muy importante dejarle claro a nuestro hijo que estamos siempre de su lado. Si él asimila a profundidad que las acciones que realizamos son porque nos interesa su bien, su crecimiento y su felicidad, cambia enormemente su recepción a nuestras decisiones y exigencias.
2 Hacer lo correcto porque está bien
Existe una gran tentación, educar a los hijos de manera reactiva. Esta manera no es ideal, porque solamente corrige ciertos comportamientos y no le enseña nada, sino a “no hacer enojar a los padres”.
Otra manera de enseñar a los hijos, es considerar cada momento del día como una oportunidad de educar, de formar el corazón y mente de nuestros hijos. De esta manera, cada situación, cada llanto, cada llamada de atención, buscará mostrar a nuestros hijos la separación entre lo correcto y lo incorrecto.
Para conseguir esto, es importante informar al niño de la intención: ayudarlo a ser una persona de bien.
En este camino, la intención es evitar que hagan las cosas por miedo a un castigo, por no recibir un grito o hacer enojar al papá. La idea es que lo hagan porque lo comprenden, porque es lo correcto.
Sé el adulto en que quieres que se convierta tu hijo
El escritor y experto en administración y superación personal Stephen R. Covey dice que “tus actos siempre hablan más alto y más claro que tus palabras”. Este caso se nota con mas claridad en nuestros hijos, cuyos ojos inquietos constantemente contrastan nuestras palabras con nuestras acciones, nuestras intenciones educativas, nuestra constancia y nuestra coherencia de vida.
Es mas fácil modelar un comportamiento adecuado en nuestros hijos si nosotros nos esforzamos continuamente en hacer vida lo que les estamos pidiendo.
Algunos consejos
La psicóloga madrileña Johannes Ruiz nos brinda algunos tips que te compartimos:
1 Procura educar con disciplina positiva, es decir, la apertura por tu parte a escuchar y atender conscientemente las necesidades de tu hijo
2 Busca la conexión con tu hijo en los momentos en que manifieste rebeldía o tenga comportamientos disruptivos
3 Busca elaborar con ellos planes de mejora. Que lo haga toda la familia, de esa manera todos se sentirán llamados a hacerlo.
4 Cree en sus capacidades y ayúdalos a descubrirlas. Evita salidas fácil como decir que tu hijo es “malo”. Invita a tus hijos a descubrir de qué son capaces. Ellos confían principalmente en ti, por la manera en que les hables tú forjarán su autoestima. Cuida su corazón como el tesoro más grande.
Tienes en tus manos el destino de esos seres pequeños y maravillosos. Recuerda, el amor es lo mas valioso que les darás, tiene la ventaja de que crece más mientras más se da, que hace nuestra vida más llevadera y le da un sentido profundo a nuestras acciones.
Ama, y nunca más dudarás qué acción tomar con tus hijos cuando tengan comportamientos desafiantes.