Un niño inquieto no es forzosamente hiperactivo, pero…

La energía que los niños tienen puede manifestarse de diferentes maneras. Sin embargo, hay ocasiones en las que el nivel excesivo de ímpetu podría ser un indicador del trastorno de hiperactividad.

Cindy Peterson

¿Te preocupa que tu hijo hable sin cesar en una situación fuera de contexto? ¿Tienes dudas cuando sus impulsos parecen estar fuera de control? ¿Es común que no termine una actividad que ha comenzado y se enfrasque en otra? Algunas de estas preguntas quizás te permitan reflexionar sobre su manera de ser y su comportamiento. En uno de sus artículos, la escritora y licenciada Julia Tort, explica que por lo general los padres tienden a prejuzgar el comportamiento de los niños y toman decisiones según su perspectiva, a fin de darles una respuesta emocional inmediata. La autora explica incluso maneras de evitar la pérdida de control al responder a las necesidades de los hijos. ¿Cómo podemos aplicar esto cuando los niños son inquietos en exceso? Una buena noticia es que ¡no es imposible!

El niño es activo por naturaleza

Los niños pequeños por lo general son activos por naturaleza, debido a que tienen mucha energía y les gusta expresarse de manera verbal. Su mente está enfocada en “el aquí y el ahora”, por lo tanto, es natural que te preocupes si toman decisiones arriesgadas, tal como saltar desde un lugar alto (silla, cama o muro) o cruzar la calle sin detenerse a ver el tráfico.

La diferencia entre actividad (o energía) e hiperactividad

Existe una creencia general de que cuando un niño tiene mucha fuerza y vuelca gran energía a su manera de hablar, comportarse y movilizarse, se debe a que es hiperactivo. No obstante, la hiperactividad abarca otros indicadores más complejos. Las siguientes cuatro indicaciones pueden auxiliarte al momento de observar si tu hijo es activo (enérgico) o hiperactivo:

El temperamento que demuestra

Los niños en general demuestran decepción, tristeza o enojo al enfrentar una situación conflictiva o sufren alguna pérdida. Esto es natural. Pero si tu hijo se enoja con facilidad al perder en un juego o agrede sus pertenencias y las ajenas sin motivo aparente, debes prestar atención.

El control de sus impulsos

Esto está relacionado con lo anterior: la mayoría de los niños enérgicos y activos pueden demostrar un alto grado de impulsividad.

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Las actividades físicas que realiza

Los niños inquietos tienen mucho vigor y asumen con entusiasmo las actividades que realizan, pero pueden controlarse. Presta atención a la manera en que tu hijo procede, y si tiene dificultades para controlar sus impulsos podría tratarse de un caso de hiperactividad.

La atención que dedica y la concentración

Si tu hijo es capaz de realizar más de una tarea a la vez, y logra tener dominio sobre lo que está haciendo, es probable que pueda cumplir con múltiples actividades al mismo tiempo. Esto le permite, además, emplear sus energías de modo eficaz. Por ejemplo, si se le dificulta mantener su atención fija en una tarea, concentrarse en las conversaciones o en una película que esté mirando, entonces fíjate en la frecuencia con que esto sucede, porque podría tratarse de un caso de hiperactividad.

Si tienes dudas sobre la posibilidad de que tu hijo padezca el trastorno de hiperactividad (TDAH), te sugiero que consultes al pediatra que lo atiende. El Internet también ofrece sitios informativos sobre cómo proceder. Tu decisión de ayudar a tu hijo será uno de los mejores obsequios que le podrás brindar.

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Cindy Peterson

Cindy Peterson es madre de tres hijos y trabaja como Maestra de Educacin Especial en una escuela pblica. Ella disfruta de pasar su tiempo libre con su familia y amistades realizando actividades al aire libre y sirviendo en la comunidad.