Una gran lección de vida: quien no te busca, no te extraña

Si alguien quiere estar en tu vida, permanecerá a tu lado aunque los separen universos enteros.

Erika Patricia Otero

Las más duras lecciones de la vida se aprenden a punta de ensayo y error; o por lo menos eso me pasó a mí.

A lo largo de la vida se pierden amigos, amores y conocidos; sin embargo, cada persona que llega y se va, deja grandes lecciones. Una de estas es que “quien no nos busca, no nos extraña“.

No se puede forzar a nadie a permanecer en nuestras vidas. Además, si algo debe quedar aún más claro, es que nadie merece que le ruegues por atención o permanencia.

Si algo aprendí en la última década es que las personas permanecen en nuestras vidas porque quieren. Caso contrario, cuando muestra poco interés y solo nos buscan cuando necesitan de nosotros.

Con el tiempo aprendes a respetarte y solo “conectas” con quien lo merece

Hay quienes dicen que no tenemos por qué ser indispensables en la vida de todos, en eso estoy de acuerdo. Argumento además, que pese a que no fuésemos indispensables, las personas bien podrían valerse de nosotros cuando necesiten. No, lo siento, pero no considero justo que te busquen solo cuando necesitan. Estás o no estás, punto, no hay chance a más.

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Lo anterior es igual a usar a alguien a según convenga, y no es válido. No somos cosas que se usan y desechan a placer.

Como personas, merecemos respeto. No podemos ir por la vida ajustando nuestros límites para permitir que nos sigan faltando el respeto. No, no es así; es preferible ajustar la vida a su ausencia, a tener que ajustar los límites, a su falta de respeto.

La realidad es que la indiferencia y el rechazo generan mucho dolor emocional. Es más, ser tratado con indiferencia estimula las mismas áreas cerebrales que el dolor físico; por lo tanto, puede ser insoportable de tolerar.

Es así que con el tiempo aprendemos a distanciarnos de quienes nos tratan con desdén. Además, aprendemos a mantener relaciones emocionales valiosas solo con quienes muestran un interés legitimo en nosotros.

Claves para aprender a distinguir si alguien te trata con indiferencia

A veces es difícil saber si alguien se está distanciando porque está muy ocupado o porque ya no le interesamos. Para descubrirlo, acá te dejamos algunas actitudes que te ayudarán a descubrirlo.

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Si esa persona especial se despreocupa en lugar de prestar atención

Lo común es que cuando alguien te interesa, muestre interés en saber de ti. Caso contrario, te ignorará y pasará de ti. El mensaje es directo: “me tienes sin cuidado”.

Está bien que las personas estén ocupadas y tengan sus propias vidas; tampoco es que se pretenda que el mundo gire en torno a ti, pero que te ignore tu pareja o la persona que consideras tu mejor amigo, ya es preocupante.

Que te dejen en segundo lugar y luego sí te presten atención es normal y tranquilizador; sin embargo, si esto pasa muchas veces seguidas, empieza a sospechar.

Cuestiónate sobre el tipo de relación que tienes, trata de aclarar las cosas y si al final concluyes que te están “descartando”, lo mejor es que pongas tiempo y espacio de por medio.

Estar a la defensiva

No es normal que las personas se pongan a la defensiva, a no ser que tengan “algo” de qué cuidarse. Por esto, cuando los encuentros se hallen manchados por actitudes negativas, acusatorias o críticas, es fácil intuir cómo se desarrollará la relación a partir de ese momento.

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Las relaciones donde hay interés por ti, están llenas de empatía y no de hostilidad.

Evitar aquellas conversaciones que se deben mantener

En las relaciones muchas veces hay momentos en los que las charlas se hacen muy serias. Cuando la persona con la que interactúas muestra interés en hablar contigo, sabes que se interesa en ti.

Las cosas son distintas cuando la otra persona es indiferente; es más, le da igual si te sientes bien o mal, cómoda o feliz.

Ser ignorado cuando lo que pretendes es arreglar una situación es desesperante. Que te traten con indiferencia hace que te sientas inseguro y poco valiosa. Nadie merecen que le traten de esa manera.

Es muy necesario que cuando alguien comience a tratarte de esa manera, pongas distancia de esa persona; de otra manera, tu serás la más perjudicada. No puedes permitir que alguien te trate como algo descartable. Mereces un mejor trato porque lo vales. Además reconstruir la autoestima rota por malos tratos es una tarea complicada.

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Como señalaba antes; no puedes ampliar tus límites para adaptarte a la falta de respeto por parte de alguien; es mejor ajustar tu vida a su ausencia. Todos podemos sanar relaciones dañinas, pero la que es más complicada de sanar es cuando has permitido que seas tú quien salga herida.

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Erika Patricia Otero

Psicóloga con experiencia en trabajo con comunidades, niños y adolescentes en riesgo.