Usa a los abuelos metiches a tu favor en la crianza de tus hijos
Si tus suegros -y tus padres- están constantemente buscando oportunidades de "apoyarlos" no lo tomes a mal, ¡aprovéchalos! sin poner en riesgo tu familia y matrimonio.
Emma E. Sánchez
¡Los abuelos aman a los nietos con locura y pasión! Hoy llegan a esta etapa con cuerpos fuertes y productivos. Muchos trabajan, estudian, viajan, hacen ejercicio, cuidan su cuerpo y sus facultades mentales están intactas, por lo que recibir y tener nietos en esta etapa de plenitud y madurez les da energía, ilusiones y mil deseos de hacer todo por y para ellos. Y es imposible no hacerlo. Ponte en su lugar y reflexiona que ya aprendieron sobre la vida, la crianza de los hijos y ahora reconocen que en algunos aspectos pudieron haberlo hecho mejor. Pero, prácticamente, tener y cuidar nietos puede volverlos ¡locos de remate!
En medio de toda esa locura los abuelos -y me incluyo- podemos perder la cabeza y cometer nuevos errores porque el amor y nuestras propias ilusiones nos ciegan. Quisiéramos poder estar en todo, enterarnos de todo porque nuestros nietos nos representan la máxima felicidad, el amor sin límites y una nueva oportunidad en la vida.
Tú, la madre joven, estás en medio de tus padres, los padres de tu marido, los niños, tu marido mismo y tus propios deseos, pero ¿sabes?, ¡tú eres la única que puede ponernos en orden a todos!
Y como buena abuela metiche, te voy a dar unas sugerencias que, claro, tú decides si las ponemos en práctica o hacemos lo que tú digas, ¡no hay opción! ¡Tú eres el capitán en este barco y nosotros tu fiel tripulación!:
Traza un plan de trabajo
Una mujer que sabe a dónde quiere llevar a su familia no encontrará pretextos, sólo tendrá razones para lograrlo. Junto con tu esposo hablen de lo que quieren para sus hijos, la forma en la que los educarán y el papel que los abuelos tendrán o no en su familia.
Si ustedes tienen claro esto, a los abuelos sólo nos queda acatar sus indicaciones. Nos va a costar trabajo al principio, pero nos acoplaremos.
Dales asignaciones
Los abuelos, en serio, queremos ayudar, tenemos la energía, el ánimo, el tiempo y los amamos, así que ¡danos algo que hacer! ¡Te lo suplicamos!
Tal vez un día a la semana podemos recoger a los niños de la escuela y llevarlos a casa con nosotros. ¿Necesitan pasar un examen? Podemos ayudar a que estudien o tal vez incluso pagar las clases extras por esta ocasión. Podemos enseñar a cocinar a los muchachos y a las niñas a cambiar una llanta, ¡hasta enseñarlos a manejar!
Si tú nos permites hacer algo por ustedes y por nuestros hijos estaremos muy felices de poder ayudarlos.
Los límites siempre ayudan
Así es, pon límites claros. ¿En qué? En la manera de educarlos. Seguramente tú tienes tus propias formas de disciplinar, dinos cómo y te apoyaremos y si nada más no coincidimos, pues sabremos hasta dónde debemos abrir la boca y la cartera para respaldarte y no boicotear las reglas de tu hogar.
Danos horarios, explícanos y cómo y si se puede, el por qué. Nuevamente, ten paciencia y si nos pasamos de la raya, no temas decirlo. Lo vamos a entender.
¡No te pases!
Cuando te digo que queremos colaborar y ayudar es cierto, podemos llevarlos al dentista, cuidarlos alguna vez para que ustedes salgan a cenar y pagar algunas cuentas, pero ¡no te pases! No somos niñeras a tu servicio o bancos con cuentas ilimitadas.
Ayudamos con los niños pero nunca serán nuestra responsabilidad, ¡son tuyos y de tu esposo! ¡Esa es la mejor parte de ser abuelos! No te enojes, es cierto, por eso debemos de ser muy claros y constantemente ponernos límites y hablar que esa es nuestra mejor parte, si tú lo permites, podemos compartirte nuestro gran tesoro: nuestra experiencia.
Se agradecida
Los abuelos, por mucha energía y salud que hoy tengamos, nos vamos a ir de tu vida y de la de nuestros nietos, es el orden de la vida. Nosotros lo entendemos cuando justamente la estamos pasando de lo mejor. Es como cuando éramos adolescentes y en lo mejor de la fiesta los papás llegaban por ti. Nos vamos a despedir cuando más felices seamos juntos. Por eso, es de lo mejor que disfrutemos juntos la familia, salir a comer todos a un restaurante con niños ruidosos por todos lados, ir al concierto del nieto que está aprendiendo a tocar el piano o al recital de ballet de la nieta de 3 años; ir juntos a recoger calificaciones, al cine y conocer a la primera novia.
Queremos ayudar, dinos cómo y permítenos disfrutar de nuestra bendita posteridad. Tú eres la mamá y eres el eslabón fuerte que une generaciones. Gracias por tu vida.