Vacaciones: tiempo de sembrar
Solemos pensar que las vacaciones son solo para descansar. Y es muy cierto, pero también pueden ser el momento ideal para hacer un balance de nuestra vida y analizar qué cosas queremos cambiar de nosotros mismos y de nuestro entorno.
Maia Fernandez
Las vacaciones son una época ideal para descansar. Tiempo de cargar energía y disfrutar a nuestros seres queridos. Si te interesa superarte y triunfar en la vida, es fundamental que aproveches también ese tiempo para la reflexión y la introspección. Porque sucede que durante el año, con tantas ocupaciones, no nos da tiempo para detenernos y preguntarnos, ¿dónde estoy parado?, ¿es esta la vida que quiero?, ¿qué necesita mi familia?, ¿estoy repitiendo errores en mi relación de pareja?
Si bien estas son cuestiones que deben hacerse y responderse durante todo el año, en las vacaciones se dispone de más tiempo para analizar a profundidad nuestra vida. El relajamiento permite que la comprensión de todo lo que nos sucede sea más profunda y significativa. Y si a esto le sumamos el contacto con la naturaleza, con seguridad “nuestro silencio interior hablará”. Es posible disfrutar también de caminatas al aire libre y compartir las reflexiones con nuestro cónyuge e hijos.
En primer lugar, para que las vacaciones sean un momento de relax y podamos “mirarnos hacia adentro”, hay que observar cómo han sido nuestras semanas previas: ¿hemos enloquecido al querer preparar todo?, ¿el estrés que habíamos perdido vuelve, transformando la paz conquistada en un bello sueño?, ¿vivimos nerviosos?, ¿descansamos poco, y mal? Si asientes a estas preguntas es hora de aprender a aprovechar el día, a sacarle el máximo provecho. El no saber administrar el tiempo de forma correcta; el priorizar el trabajo aun cuando ya hemos cumplido demasiadas horas extras, nos llevan al estrés y a alejarnos de la familia. Por eso es importante saber planear las vacaciones perfectas.
Después de todo, si te organizas bien puedes hacer que tus vacaciones sean especiales y equilibrar tu vida, lo que se traducirá en mayor bienestar para ti y tu familia. Y esto tiene que ver con cómo organizamos nuestro tiempo. Es posible aprovechar las vacaciones para comenzar un nuevo estilo de vida. Hace poco, en una conferencia, una persona relataba que un profesor de la escuela secundaria a la que asistió le había contado un secreto que le cambió su vida: eran cuatro claves o cuatro maneras de administrar el tiempo que tuvieron gran incidencia para que comenzara a tener una vida más plena y feliz.
Por todo ello, ¿sabes cómo puedes vivir mejor, y sin estrés?, sigue estas cuatro recomendaciones:
1. El trabajo
No podemos eludir nuestras responsabilidades. Pero, ¿sabías que trabajando de una manera feliz y consciente no te cansas con facilidad? Esto sucede porque el cuerpo y la mente no gastan energía innecesariamente. Si no podemos parar de trabajar tenemos un problema, y si no sabemos cómo dividirnos y organizarnos también.
2. Haz algo nuevo
. Intenta cada día hacer cosas nuevas. Por ejemplo, un hobbie, saluda al conductor del autobús al que te subas, cierra los ojos para escuchar música, llama a una amiga de la infancia; juega y ríe más; inventa juegos para tus niños. Una persona que hace algo nuevo cada día va renovando su energía, permitiéndose imaginar nuevos desafíos que antes consideraba imposibles.
3. Cada día algo diferente
. Dicen que para estimular al cerebro es muy útil hacer cosas con la mano que menos usamos a diario; puedes probar, por ejemplo, con el lavado de los dientes. Si solemos levantarnos e ir directamente a la cocina habría que hacer antes ejercicios de respiración y estiramiento para llenarnos de energía. Programa más música de la que estás acostumbrado a escuchar. Si llegamos al trabajo siempre malhumorados, intenta entrar con una sonrisa y verás lo divertido que es ir por ahí desentonando con todo el mundo (como dice un viejo chiste). Si viajas en el automóvil todos los días, intenta regresar a casa por otro camino.
4. Ayudar a los demás
Este punto es quizás el más importante, y el que pasa más desapercibido. En la vida diaria nos solemos centrar en los problemas y poco nos acordamos de lo que les sucede a los demás. Ayudar no es solo dar una mano, sino también una sonrisa, escuchar de verdad o dar un abrazo. Es ponerse en el lugar del otro y actuar en consecuencia. Si se hace aunque sea una cosa para los demás, ese día no estará perdido.
Como ves, estos puntos son muy sencillos, pero no por eso dejan de ser profundos. El equilibrio no es algo imposible de lograr en tu vida. Por eso, haz los cambios necesarios para llenarte de armonía y felicidad. Las vacaciones, asimismo, no son solo para descansar, sino un momento para sembrar en nosotros y en nuestra familia todo lo que queremos cosechar a fin de año. Los frutos, tarde o temprano, demostrarán que el esfuerzo no ha sido en vano.