3 principios para que críes hijos resilientes

La resiliencia se define como la capacidad que tiene una persona para superar circunstancias traumáticas como la muerte de un ser querido, un accidente, etc.

Myrna del Carmen Flores

La Dra. Edith Grotberg autora del libro, La resiliencia en el mundo de hoy,_ considera, pensamiento con el cuál concuerdo, que los padres podemos enseñar a nuestros hijos a ser resilientes. En la actualidad es muy común encontrar jóvenes que se sienten perdidos ante cualquier conflicto o presión en cualquier ámbito de su vida, lo cual no sucedería si hubieran aprendido a ser resilientes desde una edad temprana.

Es conocido por todos que los suicidios entre los jóvenes de 10 a 24 años han ido en incremento en los últimos años. Esto, según los conocedores puede ser causa de la poca tolerancia a la frustración que los jóvenes tienen.

Tal vez te preguntes, ¿y de qué manera va a servir la resiliencia en la vida de mi hijo? Y la respuesta es simple, lo va ayudar a sobrellevar cada uno de los conflictos que en definitiva encontrará en su vida. Atención, la resiliencia no es una capacidad de resolución de problemas, es más bien un arma que le ayudará a enfrentar de manera precisa, la no resolución de estos. Cuando tu hijo se enfrente a una decepción amorosa, a un fracaso escolar o laboral, o a situaciones más complicadas, tendrá una fortaleza que lo ayudará a equilibrar sus pensamientos y sentimientos de manera que pueda incluso aprender y encontrar lo positivo de cada situación.

Tu hijo debe aprender tres palabras: tengo, soy y puedo.

1. Tengo (fortalezas externas)

Para ser resiliente, no es necesario que un niño tenga un IPad o la mejor consola de video. Un niño en el camino de la resiliencia:

• Debe tener adultos dentro y fuera del hogar que lo cuiden, lo amen sin condición y se lo demuestren, que le hagan sentirse protegido y confiado, que le proporcionen una estructura familiar sólida y a la vez que lo ayuden atener disciplina.

• Debe tener un ejemplo a seguir, una persona a quien admire, algo sumamente importante que quiera alcanzar, la fe en un poder superior que le ofrezca esperanza más allá de lo material, que le otorgue la fuerza interior necesaria para enfrentar los retos de la vida.

• Debe tener amigos. Asegúrate que tu pequeño no se encuentre aislado en la escuela. Convive con tus propios amigos que tengan hijos de la misma edad, de esa manera entenderá el valor de la amistad.

• Debe tener una buena perspectiva, apreciar todo lo bueno que tiene, y no enfocarse en lo que no. Tu propia satisfacción y aprecio por lo que tienes son el mejor ejemplo para que el niño aprenda a valorar lo que la vida le ha dado.

2. Soy (fortalezas internas)

Para ser resiliente, no es importante que el niño sea el mejor de su clase, ni el más inteligente, ni el más agraciado físicamente. Un niño en el camino de la resiliencia:

• Debeser un niño curioso lleno de preguntas. Si sabe que tú responderás con honestidad y paciencia a cada una de ellas, su confianza y deseos de aprender se incrementarán.

• Debe ser un niño alegre que sabe disfrutar la vida y se ama a sí mismo. Los juegos compartidos con sus familiares y amigos le enseñarán a disfrutar los buenos momentos.

• Debe ser autocrítico, capaz de fijarse retos acordes a sus capacidades y limitaciones. Debes hacerlo sentir apreciado en sus logros y ayudarlo a conocer sus debilidades.

• Debe serresponsable y autónomo. Dale obligaciones en las tareas del hogar acorde a su edad y compromételo a cumplirlas; la alimentación de una mascota es una excelente responsabilidad que logrará que el niño sea empático con las necesidades de los demás.

• Debe ser flexible a los cambios. Enséñale a aceptarlos como parte de la vida y a aprender a reemplazarlos por nuevos escenarios o metas.

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3. Puedo (fortalezas interpersonales)

Para ser resiliente no es necesario que el niño pueda hablar dos o tres idiomas o pueda dar el golpe perfecto del karate. Un niño en el camino de la resiliencia:

• Puede manejar y expresar cada uno de sus sentimientos sin temor a ser juzgado. Disfruta a su lado de sus momentos alegres y apóyalo en sus tristezas o enojos. Ayúdale a darle un nombre a lo que siente y a expresarlo de una manera positiva. Si le es necesario llorar permítele que lo haga, está a su lado y aprende a otorgarle silencio o palabras de aliento de acuerdo a su propia necesidad.

• Puede concentrarse en un objetivo y luchar por él, pero al mismo tiempo es capaz de reconocer cuándo ese objetivo es algo inalcanzable. Ayúdalo a hacer planes y llevarlos a cabo cuando sean posibles; a ser flexible ante los cambios que puedan generarse al llevar a cabo esos planes.

• Puede enfrentar situaciones adversas e incluso transformarlas en algo positivo. Discutan alternativas para la resolución de los conflictos. Descubran juntos el aprendizaje que han logrado a través de las dificultades que enfrentaron.

• Puede cuidar de sí mismo. Enséñale a cuidar su cuerpo a través del deporte, de la buena alimentación, establece reglas de protección fuera y dentro del hogar.

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• Puede entender los sentimientos y las razones de las personas que lo rodean. Si en lugar de juzgar a los demás le enseñas a comprender las motivaciones que las personas tienen para hacer algo, el niño aprenderá a desechar rencores y liberarse de prejuicios.

Todo lo antes dicho podría resumirse en tres acciones: comunicarnos con nuestros hijos, comprender sus necesidades y retos y, sobre todo, aprender a amarlos de una forma correcta, para ayudarlos a crecer, libres pero con raíces, sin prejuicios pero con valores, sin miedos, pero con conocimiento de los peligros. Aprender nosotros mismos a ser resilientes nos allanará el camino en nuestro propósito de crear hijos capaces de afrontar los problemas de la vida y de salir fortalecidos en el proceso.

Guía a tu hijo al éxito: enséñalo a lidiar con la frustración

Myrna del Carmen Flores

Myrna del Carmen Flores es maestra de inglés y madre de dos jóvenes. Puedes contactarla en