4 razones equivocadas para contraer matrimonio

Te casas para ser pareja, no para tener una. Hay una gran diferencia entre quien sólo quiere un cuerpo para abrazar, y quien lo busca para amar.

Yordy Giraldo

Actualmente es posible observar como las relaciones se han ido polarizando, ya que mientras por un lado hay personas que están dispuestas a vivir juntas pero sin comprometerse en matrimonio, por otra parte están las que se casan sin ningún compromiso real ante su pareja. En ambos casos, ninguno parece estar dispuesto a pagar precio alguno por amor.

No sé cuál de los dos escenarios es más criticable, si los que quieren disfrutar dejando la puerta sin llave para poder huir a la menor provocación, o los que no dan a la “llave” ninguna garantía de seguridad. Finalmente, pareciera que ambos casos hacen sentir que su amor no es fuerte, auténtico y mucho menos duradero. Y es que, desde mi humilde opinión, lo que sucede es que no se tiene la menor idea de lo que significa estar casado y mucho menos de lo que implica sacar adelante un matrimonio.

Pareciera que las nuevas generaciones estuvieran mal aconsejadas por las que les precedieron, ya que generalmente el miedo a estar en pareja viene de ver relaciones mal llevadas, donde los problemas se ocultan bajo el tapete y las lágrimas se enjugan a escondidas en el baño. Relaciones que se impusieron en muchos casos por decisiones precipitadas o de pobre fundamento, que fueron mermando la credibilidad del matrimonio y las ganas de las nuevas parejas de intentarlo.

Es por esta razón que deseo compartir contigo algunas de las razones por las que en ocasiones se toma la decisión de casarte, siendo estos argumentos poco sólidos e insuficientes para mantener una relación de pareja estable. Argumentos que no aplican para llegar al matrimonio:

1. Casarte para que te laven las camisas o te den para el gasto

Decidir casarte implica el deseo de mantener un vínculo con una persona con la que te identificas en tus metas, tus gustos y sentimientos, ya que eso supone que te acompañará en el camino de lo que llamamos vida. Dar el “sí” suponiendo que esto te hará la vida más fácil, es un error y un sin sentido.

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2. Casarte para no estar solo

Si le tienes miedo a la soledad, te recomiendo que adoptes una mascota, ya que no hay peor soledad que la que se vive acompañado. Este sentimiento pesa mucho más en las almas vacías que en los espacios deshabitados, así que no apuestes tu estabilidad emocional a la compañía de alguien más.

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3. Casarte por los hijos

Lo mejor sería que nunca te enfrentaras a una situación así, ya que eso indicaría que hiciste las cosas un tanto al revés de cómo deberían ser. Dar a un hijo un hogar sin amor, puede ser un castigo y los niños no tienen ninguna culpa de eso. Lo mejor es pensar bien las cosas y ser responsable para no llegar a este escenario.

4. Casarte para tener pareja

Te casas para ser pareja, no para tener una. Hay una gran diferencia entre quien solo quiere un cuerpo para abrazar y quien lo busca para amar. No vayas nunca tras un cuerpo para poseer, ese tipo de incentivos pronto descubrirás que son pasajeros.

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Estar casados es crear familias, establecer hogares, dejar de ser una rama para ser raíz y tronco, por lo que es una cosa seria que no debe tomarse a la ligera. Un matrimonio es para que te transformes en el compañero de un otro; en una madre o un padre, en un refugio, en una persona confiable, generosa y comprometida con las decisiones y sentimientos propios y también de tu pareja. Un matrimonio que no te provoca esas cosas es un matrimonio que no debes trabajar mucho para lograrlo.

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Yordy Giraldo

Yordanka Pérez Giraldo, Cubana de nacimiento, mexicana por elección.