5 consejos que toda madre que trabaja debe seguir, si ama a su familia

Trabajar, ser mamá y esposa, no es tarea sencilla. Con frecuencia podemos perder el balance en nuestras vidas. Considera estas recomendaciones para evitarlo.

Emma E. Sánchez

De mis veinticinco años de casada, veinte he trabajado. Continué con mi vida profesional una vez que la menor de mis hijas entró al preescolar; y, bueno, ella está próxima a entrar a la universidad y yo sigo trabajando. Durante todos estos años, me he encontrado con diferentes desafíos y dificultades, he vivido diferentes etapas de mi vida, matrimonio e hijas; he cometido errores y he tenido aciertos que quisiera compartirte para que tú también logres éxito en tu vida profesional y no pierdas a tu familia, ni a ti misma en el intento.

1. Usa una agenda familiar

Un calendario grande que pueda estar a la vista de toda la familia, especialmente de los adultos de casa, te puede salvar de muchas confusiones y problemáticas familiares. Programa y agenda en ese calendario tus horarios de entrada y/o salida del trabajo, tus guardias y/o actividades extras. Anota también las de tu esposo, niñera y adultos que vivan en casa, cuyos horarios y actividades tengan influencia en la mecánica familiar.

Anota las actividades de los niños, los paseos, reuniones familiares, etc. Escribe todos aquellos detalles que deban saber quienes viven en tu casa: teléfonos de emergencia, recomendaciones, etc. Yo solía incluir la comida que se prepararía cada día, las asignaciones de cada miembro de la familia y los teléfonos de las mamás de los amigos de mis hijas. No olvides reservar un tiempo para tu familia y un tiempo para tu esposo. Un grave error es no comunicar información asertiva con la familia.

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2. Reuniones familiares semanales

Reúnanse un domingo por la noche, o cualquier día de la semana donde todos puedan asistir. Incluye a los niños y a los abuelos, hablen de las cosas que se harán esa semana y lo que a cada quien le corresponde hacer. Escucha y atiende sus necesidades, tomen acuerdos juntos y procuren involucrar a todos los miembros de la familia. No cometas el grave error de tomar decisiones sin ellos o pretender hacer todo tú sola.

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3. Respeta horarios

Ya sean de tu casa o del trabajo; llega a tiempo y también haz todo lo posible por salir a tiempo del trabajo. También en casa sé respetuosa de los horarios de los miembros de tu familia; muchas mujeres cometemos el error de abusar de la confianza y el tiempo, porque se trata de nuestra familia.

4. Consulta con la familia situaciones laborales importantes

Antes de aceptar un ascenso, un cambio de horario y cosas así, haz lo posible por consultarlo o informarlo a los de tu casa. Tal vez pienses que es un logro por el que has estado trabajando y que lo mereces, por ello no hay razón para consultarlo con tu esposo o seres queridos. Quizá piensas que tú te manejas sola pero, créeme, por muy bueno que todo se vea, si tienes oportunidad, es mejor consultarlo y entonces juntos tomen decisiones.

Muchas veces nos deslumbramos por cosas que no valen la pena, habrá otras que suenan y son muy buenas, pero tal vez haya que dejarlas pasar. También hay otras que tal vez no suenen tan perfectas, pero que son ideales para tu familia. Sé prudente, piensa en la familia hasta donde sea posible, escucha tu corazón y entonces ¡actúa!

Siendo madre joven recuerdo haber dejado ir una excelente oportunidad de trabajo, era justo lo que yo había soñado y, tras consultarlo con mi esposo y haberlo reflexionado, dije no. Mis niñas eran pequeñas, me necesitaban y aunque pudiera pagar a alguien que las cuidara, yo no estaba dispuesta a sacrificar mi maternidad y perderme su infancia. No fue fácil, me sentí triste por algún tiempo, pues pensé que jamás volvería a tener una oportunidad así. Pero al paso del tiempo, descubrí que tomé la mejor opción: la infancia y formación de mis niñas nunca regresó, pero oportunidades de excelentes trabajos tuve, y más de una. Ten fe y piensa tus propias prioridades.

5. Nunca te olvides de ti

Cuando eres una mujer que trabaja, tus horarios se reducen. Te levantas muy temprano y te acuestas muy tarde; comes mal, o lo que puedes, y llega un momento en el que tú desapareces del mapa. Yo cometí ese error. Me descuidé terriblemente física y emocionalmente. Recuperarme a mí misma ha sido una de las cosas más complejas que he tenido que enfrentar. No cometas mi error. Cuida tu peso, tu salud, tu arreglo personal, tus amistades y, por favor, ámate muchísimo. Si tú estás bien, lo estarán quienes te rodean. ¡Te lo garantizo!

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Emma E. Sánchez

Pedagoga y Terapista familiar y de pareja. Casada y madre de tres hijas adultas. Enamorada de la Educación y la Literatura. Escribir sobre los temas familiares para ayudar a otros es mi mejor experiencia de vida.