Liderazgo y maternidad van de la mano

Una madre líder, una mujer que ejerza su liderazgo en todos los aspectos de la vida. ¡Necesitamos más mujeres así!

Emma E. Sánchez

Las mujeres que tenemos la oportunidad de trabajar fuera de casa, con frecuencia recibimos entrenamientos, capacitación y muchas enseñanzas con respecto a liderazgo. Algunas inclusive desarrollamos puestos ejecutivos y ocupamos puestos de “liderazgo”, manejo de personal y dirección, y en verdad que podemos llegar a ser altamente efectivas. Sin embargo, al volver a casa muchas veces olvidamos esas enseñanzas o principios y, de esa manera, perdemos la enorme oportunidad de desarrollar las habilidades de un líder en nuestros hijos y hacer más eficiente nuestra vida familiar.

A continuación encontrarás algunos principios básicos que puedes retomar, enseñar e ir implementando en tu hogar. Son fáciles de aprender y practicar ¡ya lo verás!

1. Ser agradecido

Esto es, expresar gratitud por lo que tu esposo e hijos hacen por ti y para ti y para otros. No se trata de decir “gracias” por todo lo que sucede. Incluso no se trata de solo decir las “palabras mágicas”: por favor y gracias tantas veces como sea necesario. Sino que va más allá: es sentirse genuina y sinceramente agradecido por lo que esa persona es, hace, o dice. Hace unos pocos días, la despachadora de gasolina de la estación que frecuento, mientras llenaba el tanque, me contaba los problemas que su hija adolescente le causa. Esta joven confío en mí para contarme su padecer y desahogarse. Yo busqué darle ánimos, pagué mi cuenta y le di las gracias. Ella me interrumpió diciendo. “No hay de qué; es mi trabajo”, dijo, refiriéndose al trabajo como despachadora. Entonces yo le dije: “¡No! Gracias por el esfuerzo que haces por tu hija, ella pronto hará lo correcto, ya lo verás”. Arranqué el auto y me fui. Mi tercera hija, también adolescente, que me acompañaba observó y escuchó la conversación, volteé hacia ella y le dije: “Dany gracias por todas las buenas decisiones que tomas, te agradezco mucho por todo tu esfuerzo”. Las lágrimas brotaron en ella y en mí. Sé agradecida, diario hay alguien que tendrá mejor día por tu atención, por supuesto, pero cuando tú te esfuerzas por ser agradecido, tú te conviertes en una persona más humilde y dispuesta a aprender y ayudar. Y eso es ser un verdadero líder.

2. Desarrolla buenos hábitos

Ya sabes, los que tus padres y maestros se esforzaron por inculcarte cuando eras pequeña. Saludar, acomodar tu silla, levantar tus trastes y utensilios de la mesa, dejar limpio tu lugar, ser puntual, ser limpio y aseado, cuidar tu aliento, lavar tus manos y dientes, cambiar a diario tu ropa interior, (sí, así como lo leíste) comer con cubiertos, saludar, ser amable y servicial…¡y la lista no tiene fin! Escoge uno o dos hábitos y desarróllalos hasta que puedan ser un sello característico de ti. Recuerda: un buen hábito es la marca de una persona educada.

3. Trabaja en tu autodisciplina

Dominar no solo tu carácter, sino tu mente, tu boca y tu cuerpo. Sí, ya sé lo que estarás pensando: ¡Eso es muy difícil! Lo sé, y estoy de acuerdo contigo. ¡Créeme! Yo lucho contra mí misma a diario. Me esfuerzo por dominar mis pensamientos o refrenar mi lenguaje. No es nada sencillo, pero poco a poco he tenido algunas mejoras. Haz algo de ejercicio, ponte metas sencillas y poco a poco tú estarás en control de ti misma, eso te hará un apersona confiable y fácil de querer seguir y emular.

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Cada día se encarece más ese tan necesitado autodominio

4. Invierte tiempo en buscar soluciones no culpables

Amo la frase que dice “No permitas que los problemas sean más importantes que las personas”.

Aprende a ofrecer disculpas a tus hijos, y ellos crecerán más sanos

Un líder no es quien dirige. Es aquel que inspira a otros a superarse y buscar la felicidad. Sé la primera en superarte a ti misma y ser feliz. ¡Tu familia lo agradecerá!

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Emma E. Sánchez

Pedagoga y Terapista familiar y de pareja. Casada y madre de tres hijas adultas. Enamorada de la Educación y la Literatura. Escribir sobre los temas familiares para ayudar a otros es mi mejor experiencia de vida.