5 piedras para enfrentar tus Goliats cotidianos

Tu Goliat tiene el rostro y la fuerza del desempleo, la pornografía, la infidelidad, las facturas impagas, el alcohol que se resiste, el pasado que no te abandona. Aquí 5 idesa para derrotar tus Goliats.

Marta Martínez Aguirre

El joven David sacude su mano en el arroyo. Busca afanosamente una piedra: la quiere lisa. Ya tiene cuatro en su zurrón, pero sabe que necesita una quinta.

En el campamento se oyen los gritos. El fortachón peso pesado de Goliat está blasfemando a troche y moche. El campamento es un monumento de jabalinas, sudor y miedo.

Nadie se atreve a luchar contra dos metros noventa y siete de alto y unos cuantos kilos de músculos. Ningún hebreo se atreve a mirarlo siquiera a los ojos, hasta que David, llega con sus manos húmedas del agua y ve lo que nadie ve: una oportunidad para demostrar su fe en Dios.

David no ve el problema: David ve a Dios lidiando junto a ellos.

Cuando tu Goliat se metió en tu cabeza, pudiste sentir su musculatura y el peso de su armadura desafiándote. Te incrustó su mirada y sentiste miedo. Tu Goliat tiene el rostro y la fuerza del desempleo, la pornografía, la infidelidad, las facturas impagas, el alcohol que se resiste, el pasado que no te abandona. Tu Goliat se pavonea por tu dormitorio cuando no puedes dormir, en tu oficina cuando miras lo que no debes mirar, en tu cabeza cuando esos pensamientos te dominan. Es más: tú tienes tu Goliats, y tus hijos tienen los suyos.

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Pero cinco piedras lisas arrojadas por David fueron suficientes para terminar con el bravucón de la cuadra. Es más: a David no le bastó con derribarlo al suelo, corre hacia el gigante y toma su espada y le corta la cabeza. David no se contenta con intentarlo: corre y lo hace.

¿Cuándo fue la última vez que corriste y cortaste de raíz ese vicio por el sexo en la Internet, el faltar al trabajo, quedarte con el dinero de la caja, o endulzar tus oídos con las palabras de un amante? Tus Goliats pueden ser derribados si te animas a ir por cinco piedras lisas y luego te pegas una corrida y das un corte definitivo a lo que te acecha. Cada quién tiene que encontrar sus cinco piedras a su medida, pero si quieres que te las enliste, aquí están.

1. La piedra de la toma de conciencia

En primer lugar es fundamental que reconozcas que tienes un problema, analiza cuán dispuesta estás a superar ese gigante. Mientras no tomes conciencia que ese gigante afecta tu vida, seguirás atrapada y no podrás disfrutar de la vida.

2. La piedra de la ayuda

Sola no puedes. Lo has intentado muchas veces, pero has comprobado que te faltan fuerzas, por eso es fundamental que cuentes con el apoyo de las personas más íntimas. Tu familia, tu esposo, tus amistades deben conocer qué ocurre y cómo actuar para ayudarte a vencer tu propio Goliat. Una llamada de consuelo, de ánimo, pueden ser los mejores aliados para mantener a raya a tu gigante y alejarte de él.

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3. La piedra de la distancia

Si tu Goliat son las comidas a deshora no es muy recomendable que trabajes cerca de la cocina, si tu Goliat tiene el sonido de los juegos de azar, debes evitar entrar a ese comercio donde sabes que te ofrecen la posibilidad de jugar. La distancia es una piedra fundamental, evita las tentaciones directas sin aislarte del entorno.

4. La piedra de la persistencia

A medida que te enfrentes a tu Goliat, pasarás por momentos de avances y también de retrocesos. No trates de minimizar las recaídas, ni te digas “una vez no pasa nada”, porque entonces Goliat volverá a bramar cerca de tu nuca. Tampoco te martirices si has recaído, en lo posible enfrenta tu Goliat con el sostén de un grupo de personas que pasen por lo mismo, o un grupo de familiares y amigos que te animen a seguir adelante.

5. La piedra de la oración

Dedica tiempo a llevar a Dios tu Goliat. Antes del amén debes tener un trabajo previo de abrir tu corazón a Dios y volcar tus miedos por ese gigante que parece invencible. Quizás debas aprender a orar con mayor energía, profundidad y entusiasmo. Y si no sabes hacerlo, deja que Dios te enseñe a orar, Dios está siempre en el porche de la casa, toca tu puerta y te llama, sólo tienes que abrirla, eso es orar.

¿Goliats en tu vida? La historia de David es asombrosa, pero se transforma en poderosa cuando eres capaz de imitarlo. El Dios que ayudó a David, no tiene dudas de darte una mano.

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Marta Martínez Aguirre

Marta Martínez es de Uruguay. Posee una licenciatura en Psicología, y un posgrado en Logoterapia. Ama todo lo que hace y adora servir. Es especialista en atención psicológica domiciliaria. Contacto: