6 cosas que nadie te ha dicho sobre la pérdida de un ser amado

La muerte es vista como un gran misterio, esto la hace difícil de asumir. Este artículo te ayudará a re descubrir algunos aspectos que te ayudarán a superar la muerte de tus seres queridos de manera menos dolorosa.

Erika Otero Romero

La muerte es algo absurdo y a la vez, poético. Pese a que es tan natural como cada amanecer y algo por lo que todos los seres vivos debemos pasar, irónicamente es una situación a la que nunca nos acostumbraremos, ni nos damos fácilmente al dolor que implica.

Si a lo antes dicho añades que cada fallecimiento de un ser amado tiene un significado y un dolor diferente, dependiendo de los lazos afectivos que te hayan unido a esa persona, es un hecho que cada muerte es —por así decirlo— una experiencia dolorosa que fue, es y será única en tu existencia.

Con todo lo anterior expuesto, hay algunas cosas que me gustaría mencionarte respecto a la pérdida de un ser amado y que probablemente nadie te ha dicho; éstas pueden ayudarte a sobrellevar el duelo.

1. Después de la pérdida, lo que más te ayuda es desahogarte

No ganas nada con soportar en silencio o aparentar fortaleza cuando estás sintiendo que tu mundo se hunde o que ya no tiene sentido seguir adelante, debido al dolor que te genera la muerte de tu ser amado. Lo mejor que puedes y debes hacer, es sacar todo tu dolor; bien sea hablando con alguien de tu confianza, llorando a solas o escribiendo en un diario tus sentimientos respecto a la experiencia.

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2. Un día y luego otro

No pretendas superar todo de un día para otro. Vive un día a la vez, ya que cada día trae su afán. Te darás cuenta de que poco a poco irás aceptando la muerte de tu ser amado y acostumbrándote a la ausencia. No es que lo olvides, solo que el dolor va dando paso a la aceptación.

3. Dale tiempo al tiempo

En lo personal, creo que no hay mejor cura para el dolor de la muerte de un ser amado, que darle la oportunidad al tiempo para que haga su trabajo. Va muy unido al punto anterior, ya que por más que te esfuerces en apresurar la superación del dolor y no hacer el duelo de manera adecuada, solo vas a sufrir más de lo necesario.

4. Recuerda los mejores momentos y enseñanzas

Por irónico que parezca, recordar las vivencias de buenos momentos junto a nuestro ser amado fallecido, con el tiempo te dará tranquilidad. Esto se debe a que tendrás la certeza de que supiste aprovechar el tiempo que tuviste a su lado y aprendiste todo lo que podías y debías de esa relación.

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5. Perdónate por lo que hiciste y no hiciste

Esto es algo muy importante, ya que es conocido por todos que si no se obra bien con una persona, y ésta muere de manera intempestiva, el sentimiento de culpa por lo que no se hizo o se hizo mal va a estar ahí latente en tu vida, como una espina dolorosa. Perdónate, seguramente tu ser amado que ya no está aquí, también te ha perdonado.

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Por otro lado, a sabiendas que la muerte es casi que lo único seguro en la vida de todos, lo mejor que puedes hacer es que cada relación que tengas sea valiosa y significativa para ambos, tanto que no haya cabida para lastimar a nadie. Pero si eso ocurre, entonces no permitas que tu relación se vea manchada por el rencor: perdona y pide perdón. Con esas simples y a la vez difíciles acciones te evitarás cagar el peso del remordimiento durante toda tu vida.

6. Acepta la muerte, no la veas como un tabú

A estas alturas de la vida, aún hay personas que ven la muerte como si fuera una maldición. Cuando una persona ve la muerte como si fuera una peste, más le cuesta hacerle frente y superarla. Plantéate la muerte como un paso más en la vida; cuesta mucho, lo sé, pero te aseguro que aunque el dolor no será menor, sí tendrás la garantía de que superarlo será menos duro.

Es doloroso perder a quien se ama. Pese a eso, tenemos la esperanza y el consuelo de haber disfrutado y aprendido cosas maravillosas de quienes se han ido. Además, según tus creencias podrás tener la certeza de volver a verte con tus seres queridos.

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Erika Otero Romero

Psicóloga con experiencia en trabajo con comunidades, niños y adolescentes en riesgo.