8 razones por las que nunca debiste casarte con él

Descubrir las razones por las que nunca debiste elegirlo como esposo, te ayudará a enfrentar con mayor fuerza y determinación tu proceso de divorcio.

Elizabeth González Torres

Un divorcio, más que un proceso legal, es un proceso de la vida al que —desafortunadamente— tú y toda mujer casada están expuestas. Al tomar la decisión de casarte, sabes de antemano que la relación que has decidido formalizar, puede funcionar o no. Por supuesto, siempre esperarás que marche de maravilla, sin embargo, cuando por distintos factores, circunstancias y decisiones tu matrimonio no funciona, debes detenerte a analizar una serie de puntos importantes.

Determinar en qué fallaste —individualmente y como pareja— durante el tiempo de tu matrimonio, es quizás el primer punto que debes enfrentar. No obstante, y más allá de saber que el pasado no regresa, es necesario que el análisis del problema no sólo se remonte al periodo de tu matrimonio. Es decir, debes evaluar aquellas señales y advertencias que —quizás— te hicieron dudar respecto a él, incluso desde el noviazgo. El reflexionar sobre aquellas discusiones, desacuerdos, momentos desagradables e incompatibilidades que percibiste mucho antes de casarte, te ayudará a entender, aceptar y afrontar mucho mejor dicho proceso.

Para ti, que ahora mismo estás sobrellevando una difícil separación, comparto contigo 8 razones por las que —probablemente— comprendas el por qué nunca debiste haberte casado con él.

1. Discutían constantemente

Si en el matrimonio discutieron con frecuencia, es probable que en el noviazgo también lo hicieran. No pienses que el compromiso que adquirieron fue el factor principal que dio fin a su relación. Todo lo contrario, comprometerse fue solo el motivo que terminó por acrecentar esa deficiencia previa a su matrimonio y que quizás, no quisieron ver a tiempo.

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2. No podías ser tú misma

Si al ser novios no podías hacer cosas tan simples como reír y llorar intensamente frente a él, era porque en gran medida, no existía la confianza que mantiene vivo a todo buen matrimonio. Ciertamente, la sensación de no sentirte libre en su presencia, solo se potencializó al momento de casarse.

3. Cuidabas en extremo cada acción y palabra que decías.

Si en el noviazgo tenías que cuidar cada una de tus palabras y acciones por miedo a que él se molestara, es seguro que en el matrimonio aquel temor creció lo suficiente como para fracturar la relación. Recuerda que no existe matrimonio exitoso, sin una pareja de cómplices y confidentes.

4. No mostraba interés por convivir con tus amigos y familiares

Su falta de interés por pasar tiempo con tus familiares y amigos —mientras no estuvieron comprometidos— debió haber sido una de las mayores señales de alerta de que la relación no iba del todo bien. El hombre que ama de verdad a una mujer, entenderá la importancia de tener una cordial relación con su familia y amistades.

5. No era atento

Si llegó a olvidar fechas y eventos importantes de su noviazgo, si pocas veces te obsequio alguna nota o una flor, si jamás te abrió la puerta del coche e incluso, si llego a olvidar tomarte de la mano mientras caminaban por la calle, era un hecho que sucedería lo mismo en el matrimonio.

6. No conocía tus objetivos en la vida

El que nunca se haya dado a la tarea de conocer tus sueños, metas y aspiraciones, fue una clara manifestación del poco interés que tenía no sólo por ti, sino por la familia que pensaban construir o que construyeron.

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7. Esperabas que cambiara

Después de cada discusión, conflicto o inclusive, de cada infidelidad de su parte, es probable que prometiera mejorar y cambiar y convertirse en alguien diferente una vez que estuvieran juntos para siempre. Sin embargo, eso nunca ocurrió, porque un hombre que es infiel en el noviazgo, es muy probable que lo sea en el matrimonio.

8. Falta de compromiso

Finalmente, si a lo largo su noviazgo él se fue llenando de excusas y pretextos para no dar el paso del matrimonio, si no sabía con certeza qué es lo que haría de su vida y por si fuera poco, se excusaba frecuentemente en las dudas y recelos que tenía respecto a ti, es obvio que él no era y no será nunca, merecedor de tu corazón, de tu vida y mucho menos de tu amor.

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Elizabeth González Torres

Es abogada egresada de la Universidad Autónoma Metropolitana. Actualmente estudia una licenciatura en Creación Literaria en la Universidad Autónoma de la Ciudad de México. Considera que el mayor tesoro que tiene en la vida es su familia.