Castidad. El valor de esperar hasta el matrimonio
Cuando decides esperar para tener relaciones íntimas, estás formándote en la escuela del amor auténtico, porque tu deseos de intimidad no estarán basados en el afán de poseer al otro, sino en la entrega total.
Marta Martínez Aguirre
La palabra “castidad” parece estar prohibida en la mayoría de los escenarios actuales. Tanto en los ámbitos educacional, psicológico y social; pero sobre todo entre adolescentes. En esta etapa tal vez, incluso, esté proscrita. Sin embargo, la castidad es un valor que sigue vigente.
Decidir no tener relaciones íntimas no es solamente una decisión que atañe a los creyentes o fanáticos religiosos. También es una decisión que muchos toman basados en el proyecto de un amor para toda la vida y en aras de un compromiso de establecer una familia.
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El doctor en medicina, Jokin de Irala, dice que el valor de la espera: “Es un acto de amor que se materializará en el momento de entregarte por primera vez a esa persona con quien has decidido compartir tu vida y construir una familia”.
Un noviazgo basado en el valor de la espera es una oportunidad única para profundizar en el compañerismo, el respeto, el afecto y el conocimiento mutuo. Cuando decides esperar para tener relaciones íntimas estás formándote en la escuela del amor auténtico, porque tus deseos de intimidad no estarán basados en el afán de poseer al otro, sino en la entrega total.
El amor y sus manifestaciones
Muchos dicen que si “hay amor, todo se vale”. En realidad, no hay que confundir el amor con sus expresiones. El amor, más allá de todo, es también una decisión moral. Y valorar la espera es una decisión que manifiesta la profundidad de tu amor por la otra persona.
Conócete para amar a plenitud
Es esencial que te conozcas, que reconozcas tus debilidades, tus puntos frágiles; quizás empiezas a descubrir que hay áreas de tu cuerpo más sensibles a otras y tal vez, por el contrario, no reconoces tus límites. Conocerte permitirá saber tus brechas y de ese modo ejercer el autocontrol.
Dialoga con tu pareja
Establezcan normas entre ustedes, por ejemplo no permanecer a solas mucho tiempo, no estar en una habitación cerrada, no quedarse a dormir fuera de casa en la misma habitación, etcétera.
Habla de tu intimidad, expresa cómo te sientes frente a determinados gestos, los contactos, etcétera. Es de suma importancia que expreses todo aquello que te incomode o te genere ansiedad.
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Un tropezón no es una caída
Si por alguna causa, tu pareja y tú han traspasado las normas educativas y religiosas o personales que se han establecido, no desistas, y si caes, levántate, habla con quien corresponda y empieza otra vez. El arrepentimiento genuino sana todas las heridas y da fuerzas para avanzar.
Una vida de oración y fe
Mantén tu fe en alto, no dejes de orar y de pedirle a Dios fuerzas para cumplir tu tiempo de espera. La oración mueve la perilla de la puerta que te comunica con Dios y enseguida sientes el anuncio de bienvenida de Jesucristo; además, si lo haces con total sinceridad, su gracia sobrenatural se derrama sobre ti y toda tentación se resiste con mayor facilidad.
Comparto contigo este video para que reflexiones. Es de la productora audiovisual Dos Cincuenta y Nueve Film, cuyo deseo es que los jóvenes se atrevan a ser verdaderos amantes, eligiendo el valor de la espera.
Deseo que disfrutes al pleno tu noviazgo y que puedas respetarte, respetar al otro y, en especial, valorar la espera para una entrega total de alma, mente y cuerpo.