Cómo heredar a tus hijos un futuro impresionante, incluso siendo pobre

Hay un refrán que dice: "No puedes heredar lo que no está en tu hacienda". La verdad es que sí puedes, y aquí te digo cómo.

Oscar Pech

Una persona a la que quiero mucho puso en la dedicatoria a su tesis de licenciatura: “A mi padre quien, sin tenerlas, me dio el amor por las letras”. La declaración se me hizo un breve y hermoso homenaje a su padre, quien solo había terminado la escuela primaria. ¿Cómo era eso? Su padre, quien padecía de insomnio, noche tras noche, a lo largo de muchos años leyó de manera autodidacta libro tras libro y, pese a ser una persona sin ningún logro académico, se convirtió en una persona muy instruida. Te cuento esta historia y no puedo dejar de pensar en otra, que recientemente escuché narrar al doctor en leyes, Tad R. Callister:

Ben Carson: un hombre que surgió de barrios marginales

Ben Carson dijo de él mismo: “Yo era el peor alumno de toda mi clase de quinto grado”. Un día, Ben tomó un examen de treinta problemas matemáticos. El alumno que se sentaba detrás de él le corrigió la prueba y se la entregó. La maestra, la señora Williamson, comenzó a nombrar a cada alumno para saber cuál era su calificación. Finalmente, llegó a Ben. Como estaba avergonzado, murmuró la respuesta. La señora Williamson, creyendo que él había dicho “9”, respondió que era un gran progreso para Ben tener bien 9 de los 30 problemas. El alumno que estaba detrás de Ben exclamó: “¡Nueve no! No tiene ninguna correcta”. Ben cuenta que quería que la tierra se lo tragara.

Al mismo tiempo la madre de Ben, Sonya, afrontaba sus propios obstáculos. Provenía de una familia de 24 hermanos, había asistido solo hasta tercer grado y no sabía leer. Se había casado a los 13 años, estaba divorciada, tenía dos hijos y los estaba criando en los barrios marginales de Detroit. Sin embargo, era muy autosuficiente y tenía la firme convicción de que Dios le ayudaría a ella y a sus hijos, si hacían su parte.

Un día, su vida y la de sus hijos llegó a un punto decisivo. Se dio cuenta que las personas exitosas, cuyas casas limpiaba, tenían bibliotecas; esas personas leían. Después del trabajo regresó a casa y apagó el televisor que Ben y su hermano estaban mirando. Básicamente les dijo: Están mirando demasiada televisión. A partir de ahora pueden mirar tres programas por semana. En su tiempo libre irán a la biblioteca, leerán dos libros por semana y me darán un informe.

Los niños estaban sorprendidos. Ben comentó que nunca había leído un libro en toda su vida, excepto cuando se lo asignaban en la escuela. Protestaron, se quejaron, discutieron, pero todo fue en vano. Ben entonces reflexionó: “Ella expuso claramente la norma. No nos gustaba esa regla, pero su determinación por vernos mejorar cambió el curso de mi vida”.

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Y qué grande fue ese cambio. En séptimo grado Ben estaba entre los mejores de la clase. Obtuvo una beca y fue a estudiar a la Universidad de Yale, luego a la Escuela de Medicina Johns Hopkins, donde, a los 33 años de edad, se convirtió en jefe de neurocirugía pediátrica y en un cirujano de renombre a nivel mundial. ¿Cómo fue eso posible? En gran medida gracias a una mamá que, a pesar de que carecía de muchas de las ventajas de la vida, magnificó su llamamiento como madre.

Cómo heredar a tus hijos un futuro impresionante

Hasta aquí esa historia. ¿Quieres cambiar para bien el futuro de tus hijos? Aunque se enojen, apaga la consola de videojuegos, raciona el uso del teléfono móvil, la Tablet y la laptop. En tiempos tan complejos, con mucha inestabilidad, desempleo, carestía, hay algo que tú puedes hacer por tus hijos: vuelve a los principios elementales de la lectura de los grandes clásicos —no, no de best sellers, esos no le van a ayudar para nada en su futuro—, leídos en papel. Haz que escriban cartas a sus familiares, haz que sepan multiplicar y dividir sin una calculadora. Haz que aprendan otro idioma. Haz que tengan buenos modales y que sean diligentes. Haz que amen a su patria y a Dios.

Y no, nada de eso les va a asegurar un futuro exitoso en términos monetarios, pero créemelo: van a tener muchas mayores posibilidades de tener un éxito más integral. La vida me ha enseñado que la oportunidad es hija de la preparación. Y esa preparación mental, moral e incluso espiritual, es la mejor herencia que les puedes dejar a tus hijos. No lo olvides: las personas de verdad exitosas, leen.

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Oscar Pech

Oscar Pech ha dedicado su vida a la enseñanza, la lectura, la escritura y la capacitación en diferentes partes de la República mexicana. Es una persona profundamente comprometida con la familia y los valores morales.