¿Debo amar incondicionalmente a mis hijos?
¿Es posible amar a nuestros hijos sin importar lo que suceda? ¿Es común que dejemos de demostrar amor?
Diana Brante Morales
Fernanda era una niña extrovertida y muy alocada. Le gustaba salir con sus amigas y quedarse conversando hasta tarde, hacer pijamadas, enamorarse perdidamente del chico nuevo y hacer panoramas a largo plazo. Pero tenía un gran defecto: era común oír gritos salir de su departamento o escuchar a su madre decir lo avergonzada que se sentía de ella. Pasó el tiempo y Fernanda se transformó en la clásica adolescente rebelde, por lo que su madre decidió enviarla a vivir con sus familiares, lo más lejos que pudo. Desde ese día en adelante, Fernanda no supo más de su madre.
Benjamín tomó malas decisiones siendo aún muy joven. A sus cortos 15 años de edad ya se había visto involucrado en peleas callejeras, robos y posesión de drogas, por lo que nadie se extrañó cuando entró a prisión, siendo menor edad. Su madre tiene dos empleos para poder mantener a su familia, pero se hace el tiempo para visitarlo cada fin de semana, sin importar cuán cansada esté. Han pasado más de 5 años y ella sigue batallando para que liberen a su hijo, por lo que ella llama “un error de niños”.
En ambas historias, las madres debieron cumplir también el rol de padre en la crianza de sus hijos, por lo que trabajar era una necesidad, más que una opción. La madre de Fernanda decidió abandonarla para no seguir pasando vergüenzas; en cambio, la madre de Benjamín no dudó ni un segundo en entregar su apoyo y amor a su hijo.
Hoy, ambos jóvenes han crecido, ya son adultos y les corresponde tomar las enseñanzas de su pasado para construir su futuro. Benjamín les ha inculcado a sus hijos el decir siempre la verdad, procura mantener una relación de cercanía y confianza con ellos y les demuestra su cariño en cada momento. Fernanda decidió no tener hijos, pues solo serían una carga para ella.
Los hijos son el tesoro más preciado que se nos entrega en la vida, por lo cual, como toda joya, es necesario pulirle para que brille con mayor intensidad. Si les entregamos a diario nuestro amor, apoyo y confianza, sabrán que a pesar de sus errores podrán contar con nosotros, así estaremos criando adultos responsables y honestos. A veces como padres dudamos si estamos haciendo una buena labor o no en la educación de nuestros hijos, pero cuando se acercan a contarnos sus problemas y juntos buscamos una solución, nos damos cuenta que en realidad vamos bien encaminados.
Amor filial, amor incondicional
¿Hay algún momento en que sea necesario que nuestro amor esté condicionado?
No. El amor debe ser natural y no debe estar condicionado por circunstancias externas, ni por los sentimientos negativos del momento, o pasará a ser un capricho en vez de amor.
Padres conductistas: el daño que causan a sus hijos
¿Es posible amar a nuestros hijos incondicionalmente?
Sí. Como padres tenemos la capacidad de amar sin necesidad de retribución. Siempre veremos a nuestros hijos como los niños que fueron, aunque sean más altos que nosotros. No importa que tan bajo puedan caer nuestros hijos, siempre tendremos la misión y el placer de extenderles la mano para ayudar a que se vuelvan a poner de pie.
Recuerda que, como señala esta frase de Agatha Christie, “El amor de una madre por un hijo no se puede comparar con ninguna otra cosa en el mundo. No conoce ley ni piedad, se atreve a todo y aplasta cuanto se le opone”.