Descubre la falsa autoestima
La falsa autoestima es una máscara que cubre lo que falta dentro de ti. Y tú, ¿tienes una falsa autoestima?
Marta Martínez Aguirre
Jimena grita desesperada “¡Ya voy!”, mientras el timbre suena. No quiere abrir y que la vean sin maquillaje; además, todavía tiene puestas sus pantuflas. A pesar de la alerta meteorológica por el frío polar, Patricio está en la vereda lavando el auto cero kilómetros que se ha comprado y, como si fuera poco, ha puesto a todo volumen la música de la radio. Gabriela se presenta donde quiera que vaya como la “Directora General” de la empresa donde trabaja; hasta sus hijos usan esa expresión para reírse de ella cuando rezongan: “La Directora General me ha llamado la atención”.
Las múltiples máscaras de la falsa autoestima
Jimena, Patricio y Gabriela no se conocen y, sin embargo, comparten el mismo problema: tienen una máscara que les impide ser felices. Jimena tiene la máscara de la belleza exterior, Patricio la de las posesiones materiales y Gabriela la del éxito profesional. Todas ellas tapan una sola cosa: falsa autoestima alta.
Cada día crece el número de personas que consultan pidiendo ayuda a escondidas porque temen que alguien sepa que una persona tan exitosa, bella y con grandes logros asista a terapia. Deja que descubran tus ruleros (tubos para el cabello); aunque no lo creas, detrás de esa persona siempre arreglada, sin una arruga, maquillada desde la mañana, a menudo se esconde una autoestima baja.
Muchas de estas personas no se aceptan a sí mismas y necesitan amarse a través de una perfecta apariencia externa. La mayoría de ellas puede llegar a entrar en pánico si alguien las descubre con los ruleros puestos, de pantuflas o con granitos en la frente. A veces pasan horas del día tratando de disimular un defecto, sus canas, o quien sabe qué.
Acéptate sin máscaras
Por eso, tú no confundas máscaras con belleza. Acéptate tal como eres y arréglate todo lo que creas necesario, pero no bases tu valor personal en la apariencia externa. La verdadera belleza surge cuando eres cien por ciento tú misma, sin máscaras. No escondas tu boleto, no necesitas tener un auto cero kilómetros para sentir que tienes valor, ni tampoco necesitas entrar en deudas para tener el último Smartphone.
Una persona con autoestima alta sube sin problemas al ómnibus, y no se avergüenza de mostrar su boleto. Una economía alta no es sinónimo de amarse a uno mismo. Presumir de las pertenencias, mostrar ante todos tus nuevas cosas materiales en las que te gastas todos tus ingresos, no es un reflejo de una autoestima alta si no de un problema serio de identidad. Invertir en posesiones materiales alimenta la falsa autoestima, pero se desmorona cuando una de estas pertenencias se rompe, se pierde, o se agota.
Tu delantal también vale, muchas personas se valoran a través de sus logros profesionales o laborales, de ese modo, solo a través de ese éxito pueden sentirse estimadas. El trabajo te puede dar seguridad, te permite pagar las cuentas, y mucho más, pero nunca puede fusionarse contigo para darte estima, porque si tu valor depende de ello, cuando llega el desempleo sentirás que te desmoronas.
“Soy empresaria, abogada, psicóloga, doctora, enfermera”, son títulos que designan un logro, pero no nombran tu valor como persona. Tu delantal de ama de casa también vale, porque tú no eres tu trabajo, tú eres ese ser único, singular e irrepetible que Dios soñó antes de enviarte a la tierra. No dejes que la falsa autoestima se refleje en tu espejo. Descubre tu valor dentro de ti. Este video te puede interesar.
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