Diferentes versiones, una sola Navidad
Tal vez desees hacer de esta Navidad un momento más especial para ti y para tu familia, donde nuevas tradiciones surjan. El espíritu será el mismo, aunque plasmado de otro modo.
Laura Abbott
Puede que por diversos motivos no te apetezca, o no puedas pasar una Navidad de la forma tradicional. Tal vez, este año, sientas deseos de modificar tus rutinas y te permitas ensayar en familia nuevas tradiciones que renueven el tan famoso “espíritu navideño”. Si es así, puedes buscar diferentes alternativas que se adecuen a tu conveniencia y deseo, para que ese día sea inolvidable para ti y tu familia.
He pensado en algunas opciones que quiero proponerte. Puedes elegir una, mezclar varias o implementar la tuya. Lo importante es que esta Navidad sea un motivo de unión familiar, en el que puedas agradecer lo mucho que tienes en tu vida:
Navidad comunitaria
Propón realizar, en alguna comunidad en la que participes (club, vecindario, iglesia, barrio, grupo de lectura, centro comunitario, etcétera) una celebración conjunta, en la que cada grupo familiar lleve alguna comida para compartir con todos. La reunión podría llegar a ser una buena excusa para que tú y tus hijos profundicen sus relaciones con otras familias.
Navidad solidaria
Conversa con los miembros de tu familia acerca de la posibilidad de organizar una celebración con estas características: que cada uno cuente cómo se imagina una Navidad solidaria, y proponga acciones a seguir ese día. Algunos ejemplos son: invitar a un amigo o una persona conocida y de la que saben que, por diversos motivos, está sola o alejada de su familia; planear labores comunitarias, asistir a un asilo de ancianos, a un orfanato, a un hogar de madres solteras, etcétera. Si lo conversan en familia con seguridad surgirán muchas opciones, de este modo podrán decidir cuál de todas se ajusta a las preferencias de todos. Incluso podrían proponer que el dinero que tienen designado para gastar en regalos, sea donado a alguna fundación o institución que ustedes consideren que trabaja por una buena causa.
Navidad sin regalos materiales
Sabemos que lo principal no son los regalos, pero es algo que, de todas maneras, esperamos, o que los niños sobre todo esperan. Sería maravilloso que decidieran entre todos ahorrar ese dinero y destinarlo a alguna acción familiar (viaje, salida o proyecto), o donarlo a algún organismo solidario. Otra opción sería escribir en tarjetas o papeles un regalo que se traduzca en un buen sentimiento o deseo para la persona que estamos agasajando. Por ejemplo: regalar una tarde de besos y abrazos, o “vale por una cena para dos”, o “por esta semana prometo no discutir”. Hay muchas opciones, la cuestión es echarle cabeza.
Navidad ecológica
Ahorrarás dinero, y harás algo por el planeta. Busca alternativas para adornar la casa y el árbol navideño con objetos hechos de material reciclado. Si tienes espacio para plantar o para colocar maceteros puedes tú mismo plantar los frutos que coman en Nochebuena. Sin duda, tendrán un dulce sabor en tu boca.
Navidad viajera
Elige algún destino de viaje. No tiene por qué ser costoso ni lejano. Incluso puede ser algún sitio en las afueras de tu ciudad. Un lugar que tenga algún valor sentimental para ti, o alguno que siempre quisiste conocer o que por su belleza natural agregue un punto más para disfrutar durante la celebración. Recuerdo una Nochebuena en la que elegimos acampar a las orillas de un río tranquilo, por la noche se veían las luces de los fuegos artificiales de la ciudad en la lejanía y tuvimos el más maravilloso espectáculo. En esta página http://www.booking.com/ encuentras miles de lugares para hospedarte en cualquier parte del mundo y a un precio al que puedes acomodarte según tus necesidades.
Navidad religiosa
Puede sonar redundante, porque es obvio que la Navidad es una festividad religiosa, pero lamentablemente en ocasiones se olvida el verdadero motivo de la celebración y nos perdemos en la compra de objetos innecesarios y en comer de forma abundante. Si sientes que has olvidado el origen y quieres recuperar el “verdadero espíritu de la Navidad”, te propongo que esa noche te acerques a tu templo, iglesia o lugar espiritual, y conmemores el nacimiento de Jesucristo con tus compañeros en la fe. Si tienes cosas para abandonar (actitudes, conductas nocivas, dolores, rencores) aprovecha para que también sea tu renacimiento. Si por diversos motivos no puedes hacerlo ambienta tu casa y tu mesa familiar para que ese día lo que prime sea el sentido religioso que quieras darle.
Las opciones son miles, utiliza tu creatividad y la de tu familia. Si te lo propones, llegarás a planear un festejo original en el que todos disfruten en mayor medida. Tal vez tu familia se entusiasme tanto con la opción elegida que, con el pasar del tiempo, termine convirtiéndose en una tradición familiar de la que todos se sientan orgullosos.