El poder del lenguaje en la vida de tus hijos
Vale la pena preguntarnos y reflexionar sobre el poder del lenguaje en el día a día y en el trato con nuestros hijos.
Marta Martínez Aguirre
Susana llegó preguntando por qué su hija siempre le daba esos problemas. De entrada, la escuché con paciencia y comprensión al verla tan desmotivada por las conductas de su hija, y luego procuré hacerle notar que hay palabras que se deben evitar cuando se trata de niños. Si un hijo crece escuchando de sus padres expresiones como: “Eres un dolor de cabeza”, construiremos esa realidad en nuestros hijos y veremos en ellos todo tipo de conductas desajustadas y disruptivas, en vez de enfocarnos en las cosas maravillosas que realizan.
Desde hace algunas semanas, vengo leyendo a Rafael Echeverría y pensé que sería interesante transmitirte algunas de las cosas que plantea. Quizá esto te ayude cuando te descubras elevando la voz y pronunciando amenazas a tus hijos para que te obedezcan. En este sentido y de acuerdo a sus planteamientos, es necesario que aprendas que el lenguaje es generativo.
1. El lenguaje genera posibilidades
Éstas tienen una relación directa con la forma en interpretamos los hechos. Estas interpretaciones se generan en las conversaciones que tenemos con otros o con nosotros mismos. Si le dices a tu hijo: “no creo que puedas lograrlo”, le estás poniendo el certificado de inutilidad comprobada, dado que estás anulando la posibilidad de que se anime a realizar algo o a cumplir una meta.
2. El lenguaje genera identidades
Expresar tu enojo con frases como: “me tienes harta” o “no puedo confiar en ti” afectará la identidad de tu hijo y se verá afectado por lo que dices, cómo lo dices y también por lo que callas. Por esta razón, antes de dejar que las emociones te dominen, piensa en las palabras que vas a dirigirles a tus hijos. La palabra “cariño” siempre tendrá mucho más poder que esos misiles verbales que destruyen su imagen.
3. El lenguaje genera compromisos
Las palabras nos llevan a la acción y a cumplir con aquello que decimos hasta alcanzar resultados. Por esto, ten en cuenta que cuando dices: “te prometo que llegaré temprano y luego hacemos las tareas escolares”, tu hijo tomará esas palabras como sagradas. De modo que no tomes a la ligera lo que prometes.
4. El lenguaje genera relaciones
Rafael Echeverría dice: “el carácter de toda relación está determinado por el carácter de las conversaciones que la sustentan”. Si cada vez que dialogas con tus hijos, luego de estar más de ocho horas fuera de casa, lo haces solo por el deber de ser madre cuando en realidad estás pensando en sentarte a ver televisión o conectarte a las redes sociales, te puedo asegurar que tu relación madre-hijo se verá afectada. Si haces todo lo posible por dedicar momentos para un diálogo atento y cordial, no hay duda de que la relación mejorará entre ustedes.
5. El lenguaje genera futuros diferentes
El futuro no es algo que está allá afuera sino aquello que se construye desde el presente. Por esta razón, expresiones como: “no veo que cambies en absoluto” generan un futuro fatal. Las conversaciones que tienes con tu hijo de alguna manera le permitirán construir un futuro distinto si están guiadas por la ternura y la confianza.
Palabras mágicas para definir el futuro de tus hijos
6. El lenguaje genera mundos distintos
Este punto es el resultado de todos los anteriores. Si deseas que tus hijos lleven una vida distinta a la que tú has tenido, comienza hoy por cambiar tus conversaciones, generar compromisos y crear posibilidades cuando converses con ellos.
Recuerda: lo que dices a tus hijos puede establecer una diferencia no sólo para su propia vida, sino también para la de los demás. Haz que tus palabras generen un arcoíris infinito de posibilidades y felicidad.