Nunca dejes de lado la humildad

La historia de Daniel Norris, deportista millonario que vive de la manera más humilde.

Arturo Leonardo

¿Qué harías si ganaras 2 millones de dólares al año? ¿Comprarte autos? ¿Viajar por el mundo? Quizá una de las primeras cosas que considerarías sería comprar una buena casa para ti y los tuyos.

Los tiempos actuales, muy complejos en su forma y fondo, obligan casi siempre a las personas a olvidarse de ciertos valores. Uno de ellos es la humildad, y vamos, en muchos casos no puedes culpar a las personas que buscan ver únicamente por sí mismos y presumen de tener lo que otros añoran.

Justo en este tenor hay que mencionar a los deportistas. Creo no soy el único que los considera privilegiados por ganar sumas millonarias por hacer lo que, en teoría, les apasiona. No es raro sentir enojo o preguntarse ¿qué pasa?, cuando en las noticias uno se entera que “fulano de tal” acaba de firmar un papel que le garantiza ganar el dinero que en nuestras vidas seríamos capaces de ver.

Entonces viene la presunción de lujos, mujeres, despilfarrar dinero; algunos deportistas se vuelven el peor ejemplo para un hijo o para un adolescente porque, siendo honestos, ¿cómo puedes enseñarle a un hijo el valor de un trabajo con ejemplos tan fuera de la realidad?

Cambiar el mundo desde una combi

Esto es lo que pretende, al menos en sus acciones, Daniel Norris, un jugador de béisbol de 21 años. Norris es parte de los Azulejos de Toronto y firmó un contrato con el que percibe más de dos millones de dólares al año, nada mal, ¿no? Seguramente a estas alturas del texto pensarás que Norris protagonizó alguna pelea en algún bar, o estrelló uno de sus múltiples coches deportivos; pero no, el muchacho vive en una combi Volkswagen Westfalia 1978 a la cual, por cierto, llama “Shaggy“.

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Daniel Norris compró a “Shaggy” en una suma muy por debajo de los millones que cuesta un auto deportivo. La combi de Norris es, literal, su casa: en ella duerme, se viste y la usa para desplazarse a los entrenamientos, e incluso a veces a los juegos.

Pero eso no es todo, a Daniel Norris alguien le dijo que podría tener muchos problemas si no sabe manejar su dinero. Es por ello que sus agentes tienen la indicación de hacerle llegar únicamente 790 dólares al mes, para sus gastos. “Es como el yin y el yang. Puede ser poco convencional, pero me siento bien con mi estilo de vida. En realidad, estoy más cómodo siendo pobre”, dijo Norris a un canal de Televisión.

Norris nació y creció en Tennessee, trabajó en una tienda de bicicletas, negocio de la familia y sus conocidos dicen que realmente nunca ha mostrado ambición por el dinero.

Lentes para el oro

La lección de Daniel Norris es interesante en estos momentos. Cuando el valor del dinero parezca ser, erróneamente, más importante que el valor de la familia o de ser feliz con lo necesario, llega entonces un joven hippie multimillonario a decirnos: “Oigan, vayan y cumplan sus sueños, pero no dejen que el dinero los transforme”.

Si te parece importante, cuéntales esta historia a tus hijos. Ayúdales a entender que, pese a que la lógica dominante en este mundo es aspirar a una vida con grandes lujos materiales, y hasta despilfarro, el dinero nunca será lo más importante, ni condición indispensable para la felicidad. Como dice Norris, nunca debemos permitir que el dinero, o la falta de él, nos transforme. Yo me uno a la filosofía Norrista, ¿y tú?

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Arturo Leonardo

Comunicador fanático de sus hijos a quienes les relata día a día sus aventuras de música y deportes, gusta de leer lo que se cruce en su camino, piensa que el acto más revolucionario que puede existir es el de reír.