¡Haría lo que fuera porque mi hijo me dejara dormir!

Podemos aguantar muchas cosas como padres, pero cuando nuestro pequeño decide no dormir, ¡es complicadísimo! Si harías lo que fuera por que tu bebé te deje dormir, sigue leyendo.

Marilú Ochoa Méndez

No dormir lo suficiente, es una situación sumamente desgastante que puede ocasionar problemas de diversas índoles. Es algo que podemos aguantar un día, tal vez unas semanas, pero llega un momento en que se vuelve muy complicado continuar con la vida normal cuando nuestro bebé no logra conseguir patrones normales de sueño. ¿Qué podemos hacer en situaciones como ésta?

En ese estado de cansancio y agotamiento mental, lo primero que buscamos es una solución rápida, algo efectivo, probado y casi mágico que por fin, nos permita dormir. Ahí me encontraba yo, embarazada de mi segunda hija, cuando mi primogénito tenía apenas tres meses. Mi hijo mayor dormía terriblemente mal, lloraba casi todas las noches sin razón aparente y yo estaba muy asustada. ¿Cómo iba a atender las labores de mi casa, procurar a mi marido e hijos, si no podía dormir? Fue entonces cuando me encontré con un libro que prometía maravillas: siguiendo unos patrones muy establecidos, mi hijo se acostumbraría en menos de dos semanas a acostarse y dormirse solo durante toda la noche. ¡Era justo lo que necesitaba! Y entonces caí.

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Caí redondita. Leí el libro dos o tres veces, hablé con mi esposo y preparé rigurosamente todo lo que el autor indicaba. Recuerdo que el día que elegimos para comenzar, lloré. Sabía que tenía que dejar llorar a mi hijo varias horas, cosa que me dolía pero me convencí que lo hacía por él, “quería que durmiera como debía ser”, “iba a ayudarlo”, “habría más orden en mi vida” (o eso me decía para hacerme la fuerte). Así, me armé de valor, y —como robot— seguí cada uno de los pasos.

El primer día, mi hijo lloró todo lo que pudo durante cuatro horas, se hizo popó y vomitó. Mamá lo dejó en su cama, le dijo que lo quería, le cantó una canción y se fue. Pude ir cada cinco minutos a verlo, pero no podía tocarlo ni acercarme mucho a él; luego debía salir solamente para sufrir viendo el reloj, mientras pasaba el tiempo reglamentario para poder atenderlo.

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Este tormento duró once días, al final de los cuales, mi hijo quedaba rendido y se dormía al terminar la rutina que armé de acuerdo al libro. Esto me duró un mes, porque cuando su hermana nació, algo en este método maravilloso dejó de funcionar, y volví a lo que debí haber hecho en un principio: escuchar a mi bebé, abrazarlo todo lo que podía y tenerlo junto a mí para satisfacer su llanto y la necesidad que tenía de estar conmigo. ¿Cómo sobrellevar esta etapa entonces?

El sueño del bebé es un proceso evolutivo

Los bebés no necesitan que nadie “les enseñe a dormir”, ellos solos aprenden cuando están listos. De la misma forma que aprenden a caminar cuando su cuerpo tiene la fuerza suficiente, así aprenderán a dormir. Pero, ¿entonces qué hacer ante esta terrible situación, que nos ha convertido en zombis? Aquí te comparto algunos consejos al respecto.

1. Tu bebé quiere decirte algo

Tal vez no eres consciente de ello, pero tu bebé no llora para molestarte, sino porque algo necesita. El reto es poder descifrar qué es lo que tu pequeño quiere decirte, a través de su llanto. ¿Necesitará que estés menos estresada? ¿Ha habido algún cambio drástico en su ambiente, de los últimos días a la fecha? ¿Está enfermito? ¿Acabas de regresar a trabajar?

2. Utiliza tu sentido común

Es perfectamente normal y entendible, que estés desesperada y cansada a morir. Es el momento de pedir ayuda. Trata de dormir cuando tu bebé duerme o pide ayuda para descansar durante el día en tanto pasa esta etapa y mientras tanto, escucha a tu corazón. Como madre de ese bebé, solo tú sabes lo que debes hacer y no, para lograr que duerma. Tu esposo y tú decidirán lo que mejor les acomode a través del diálogo y del amor.

3. Colecho

Dormir con tu bebé, amamantarlo acostada y darle tu calor, son formas de colechar. Esta práctica es una muy buena opción para ayudar a tu bebé y permitir que mamá duerma mejor. No hay que levantarse por las noches, el bebé tiene cerquita de él al pecho de mamá y se arrulla mientras come.

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4. Establecer una rutina de sueño

Es importante que ayudes a tu bebé a detectar cuándo es de noche y es momento de dormir. Evita los ruidos fuertes, habla en voz baja y pon música suave. Trata de siempre hacer lo mismo antes de acostarlo y si se despierta por la noche, primero intenta calmarlo estando acostado, si no funciona, levántalo y ayúdalo a arrullarse, pero evita en la medida de lo posible que haya luces o ruidos fuertes que lo activen.

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Dormir es un proceso relajante y reparador, así que ayuda a tu bebé para que aprenda a vivirlo de esta manera. Haz que este proceso de aprendizaje sea lo más amoroso y pausado. ¡No desesperes!, es algo pasajero. Si quieres más consejos, consulta www.dormirsinllorar.com

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Marilú Ochoa Méndez

Enamorada de la familia como espacio de crecimiento humano, maestra apasionada, orgullosa esposa, y madre de siete niños que alegran sus días. Ama leer, la buena música, y escribir, para compartir sus luchas y aprendizajes y crecer contigo.