La timidez es una enfermedad. Tú puedes curarla en casa
Con estos simples pasos, ayuda a tu hijo a ser más seguro de sí mismo. Si la timidez es una enfermedad, puedes curarla en tu casa.
Erika Otero Romero
La timidez es un sentimiento y emoción bastante molesto, y con el que hemos tenido que lidiar en algún momento de la vida. ¿Qué es? Un estado anímico que afecta a las relaciones personales; se le considera una pauta de comportamiento que limita el desarrollo social de quienes lo experimentan dentro de su vida cotidiana.
No es una enfermedad. ¡Pero se siente como tal! Genera una sensación de inseguridad o vergüenza en uno mismo en situaciones sociales nuevas, e impide o hace difícil entablar conversaciones y relacionarnos con los demás.Niños, adolescentes y adultos la sufren; digamos de manera jocosa, que es un mal que no discrimina a nadie.
Pero, ¿es un problema? Me atrevería a decir que sí, desde muchos puntos de vista. Queremos que nuestros hijos sean independientes y seguros de sí mismos, que luchen por sus metas y tengan una vida autosuficiente, y sorprendería darnos cuenta cuántos niños han sido muy inseguros y temerosos para enfrentarse a situaciones que los puedan llegar a exponer de manera pública. Si la timidez es una enfermedad, puedes curarla en tu casa. Podría decirse que sí, veamos:
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¿Quieres que tu hijo tenga buenos amigos? Debe ser seguro de sí mismo.
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¿Deseas que sea querido, amado y respetado? Si deseas que encuentre el amor lo ideal es que confíe en su forma de ser.
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¿Quieres que tenga una profesión exitosa? Entonces debe creer en sí mismo.
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¿Quieres a la vez que transmita a sus hijos ese sentimiento de seguridad? Enséñale a confiar en sí mismo.
Si las respuestas a las anteriores preguntas es sí, entonces estás preparado para apoyarlo y enseñarle a creer en su propia persona, y eso se logra de manera progresiva desde pequeño:
- Los bebés pueden ser tímidos. Seguro has visto a un bebé ocultando su cara a un desconocido, mientras que a otros bebés los verás sonreír y saludar a todo el mundo, incluso a los desconocidos; es natural. Suele ocurrir que con el tiempo y la crianza, o el ejemplo de sus padres, el pequeño adquiera confianza en sí mismo y ese “miedo a los desconocidos” de cuando era bebé disminuya hasta desaparecer.
- No debes forzar a tu hijo a interactuar con personas que no conoce o que conoce poco. Pídele, no obstante, que dé muestras de educación con las personas: “Buenos días”, “Gracias”, “Por favor”, de esta manera vencerá paso a paso la timidez.
- Ayúdalo a “enfrentarse” a su temor. Aún recuerdo vivamente cómo mi madre me incentivaba para que hiciera pequeños mandados; yo sentía morir tan solo de imaginarme que el tendero me iba a recibir el recado, y me negaba de manera rotunda, ¡odiaba ese tipo de tareas! Y no porque el tendero fuera malo, sino porque temía que algo me saliera mal; para mi sorpresa no fue tan difícil como creía, y eso me ayudó poco a poco a ser más independiente y menos tímida.
- Anímalo a responder a las preguntas que le sean planteadas por otras personas. Y a la vez, no te olvides de felicitarlo en privado cada vez que supere sus dificultades. Su seguridad debería llegar progresivamente mediante estos intercambios que, de manera paulatina, serán más amplios y espontáneos.
- Invita a uno de sus amigos a alguna actividad que les guste a ambos y lentamente amplía su círculo de amistades; esto podrá ayudarle a apreciar el contacto con otros niños.
- Si tu hijo está en edad escolar y antes no era tímido debes estar atento, pues el bullying u hostigamiento escolar pueden ser los causantes de esta situación; cuida si llega con golpes o rasguños, o cómo va en sus calificaciones, o si se ha vuelto agresivo o retraído, y corta esta situación de raíz.
- Busca ayuda profesional. Si se te hace difícil comprender la razón de la timidez de tu hijo, busca apoyo de un psicólogo. Siempre es bueno descartar algún tipo de trauma de la infancia o enfermedad mental o física, pues aunque no lo creas la timidez puede ser la manifestación de un recuerdo que tu pequeño haya reprimido.
- No llames “tímido” a tu hijo. Es decir, no lo “etiquetes”, pues algunos estudios demuestran que los niños a menudo crecen obedeciendo a las etiquetas que se les ponen. Si, como padre, en ocasiones haces énfasis en que tu niño es tímido, eso podrá llevarlo al empeoramiento de ese rasgo de la personalidad.
Según el médico pediatra Eduardo Cruz Avilés, “la timidez es un rasgo de la personalidad que puede, a veces, ser un trastorno de conducta; que afecta a la autoestima del niño, causándole malestar y sufrimiento y pudiendo crearle problemas en el desarrollo social y personal. Para combatirla hay que ayudar al niño a potenciar su autoestima, y para ello recalcar sus cualidades y aptitudes, darles amor y cariño, sin sobreprotección, y enseñarles a expresar sus sentimientos. Los padres deben hacer sentir al niño que es muy competente y capaz; y deben enseñarle las habilidades de las que carezca”.Recuerda, una situación, buena o mala, si es compartida será más placentera o resistible; finalmente, esa es solo una de las partes de pertenecer a una familia.