Los mentirosos no llegan a ser felices y se quedan solos

¿Quieres una vida colmada de tranquilidad y de personas que te aman y aprecian con sincero afecto? Entonces debes ser honesto, porque los mentirosos no llegan a ser felices y se quedan solos.

Erika Otero Romero

Basta una pequeña mentira para enredar la vida de una persona y volverla un completo desastre. Si a eso le agregamos que las mentiras tarde o temprano salen a la luz, o como suelen decir los ancianos: “Cae más rápido un mentiroso que un cojo”; bueno, la situación no pinta bien, pero para nada bien, y entonces la pregunta obligada: “¿Cómo voy a salir de esta?”.

Después de ocho meses de relación, Gustavo dio por terminado su noviazgo con Angélica. Habían sido amigos por largo tiempo, pero Angélica no lograba sentirse segura con él porque siempre tuvo demasiados secretos. En su presencia solía decir cosas a su familia o amigos que ella sabía que eran verdades a medias, o mentía con increíble facilidad a sus conocidos. Cuando Angélica descubrió las razones por las cuales él había terminado con ella, al principio, muy molesto por haber sido descubierto, la trató muy mal, ante lo cual ella solo optó por mirarlo con cara de lástima y se marchó esperando no volver a saber de él jamás. Luego de un tiempo, Gustavo intentó acercarse a Angélica, pero lo único que obtuvo fue un rechazo.

¿Qué pasa con los mentirosos y deshonestos?

En algún momento todos hemos dicho una mentira: algunos logran, con un poco de astucia, liberarse de ella, mantenerla por poco tiempo y la situación pasa sin mucho destello; pero no todos son afortunados, porque tras una mentira deben decir otra más complicada para encubrir la primera y así hasta que se convierte en una especie de bola gigante que, con seguridad, provoca una avalancha de problemas en cualquier momento.

Lo que suele ocurrir con una persona que es descubierta en una mentira es que pierde credibilidad y, a la larga, se quedará sola o quizá rodeada de un montón de personas que solo le hablan por cortesía y con ánimo de evitar problemas; tampoco le quedarán muchos amigos de verdad y solo atraerá gente con las mismas costumbres y vicios, además de enemigos.

La verdad te hará libre y feliz

Es diez veces mejor una verdad que duela a una mentira que provoque sonrisas. No hay nada más terrible que descubrir que te engañaron por largo tiempo o, peor aún, que a ti misma te descubran en una mentira inmensa: con seguridad –si no eres una cínica–, te avergonzarás y no encontrarás las palabras para disculparte por tu error; pese a eso, siempre es mejor demostrar a las personas que has lastimado –que por lo general siempre son tus seres queridos– que de veras te sientes mal y que por nada del mundo querrás volver a cometer el mismo error.

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Si lo piensas detenidamente, piensa acerca del tipo de ejemplo que serás para tus hijos o hermanos más pequeños de ser una mentirosa; por otro lado, si eres víctima de engaños no vas a poder quejarte porque no tienes la conciencia moral para exigir que no te hagan lo mismo que un día hiciste.

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La honradez siempre está en debate

Ahora bien, coloca en la balanza dos sentimientos: ¿cómo te sientes cuando engañas a las personas? Tal vez crees que has obtenido mucho a tu favor y eso no es que esté del todo mal, pero sabes bien la carga de miedo a ser descubierta o incluso chantajeada por alguien va a afectar tu salud mental y física, y ni se diga lo que podría ocurrir si te descubren.

Y ahora, ¿cómo vive la persona que procura ser honesta siempre? Vive tranquila, porque nadie podrá lastimarla o chantajearla; feliz, porque no tiene sobre sí sentimientos de culpa o personas que le desprecian por haberlas engañado; sus amigos y seres queridos lo apreciarán sinceramente. Entonces, ¿qué eliges?

Nunca olvides que siempre hay alguien detrás de ti, aprendiendo, tomándote como ejemplo a seguir; lo mejor que puedes hacer es ser una persona digna de imitar y que no tenga que esconderse de nadie por vergüenza, y menos ante sus hijos, su compañero de vida o sus padres.

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Erika Otero Romero

Psicóloga con experiencia en trabajo con comunidades, niños y adolescentes en riesgo.