Los milagros suceden. La natación la salvó de la silla de ruedas
La historia de Valeria Monserrat López Gómez a quien la natación le salvó de quedar en silla de ruedas
Arturo Leonardo
Con anterioridad he tocado temas respecto al apoyo que el deporte ha dado a diferentes personas. Uno de los textos que te menciono habla de la natación y cómo te puede ayudar a controlar el peso de tus hijos.
Ahora bien, quiero contarte otra historia que también tiene que ver con la natación. Esta es la historia de Valeria Monserrat López Gómez, una chica a la que la natación la salvó de estar en silla de ruedas. Te invito a que leas esta historia con cuidado: tal vez puedas encontrar una motivación para salir adelante ante algún problema físico que tengas.
La enfermedad
Valeria Monserrat López ha dedicado ocho años de su vida a la natación (tiene 16), pero desde hace muchos años batalla con el síndrome de Morquio. Este padecimiento le ha ocasionado ciertas anomalías en su esqueleto, que le provocaron talla baja o que también es llamado “enanismo”.
Además, el síndrome de Morquio también deformó su columna vertebral, le ocasionó pérdida de audición, además de problemas visuales, lesiones hepáticas, fallas en el corazón y en los pulmones, un panorama muy complicado e incluso, dramático. Para curar este padecimiento se requieren cuantiosos recursos. Algo así como 80 mil pesos (mexicanos) al mes, algo que no es cercano a muchas personas.
Según estadísticas, el síndrome de Morquio es una enfermedad muy rara en México, tanto así que únicamente siete personas la padecen, entre ellas Valeria, sin embargo, ella es la única que puede caminar, motivo suficiente para ver una luz al final del túnel.
El deporte como motivación
Ante el panorama desolador que tenía Valeria, sus padres decidieron actuar y metieron a la entonces pequeña de ocho años a clases de natación. Valeria indica que la actividad le gustó y además de verlo como deporte, tomó el nadar como un estilo de vida.
Valeria evolucionó en muchos casos por encima de su enfermedad y la natación, lejos de ser solo una terapia, le llevó a campeonatos europeos, entre ellos, a Glasgow, Escocia; donde compitió en un Mundial. Compitió en campeonatos juveniles en Sudamérica, Juegos Parapanamericanos (para atletas con discapacidades físicas) y actualmente es la nadadora número cuatro del mundo en la prueba de 400 metros estilo libre, categoría S6. Todo ello lo ha logrado a base de constancia y esfuerzo.
Dice ella: “La natación me ha dado demasiadas satisfacciones. No solo me ayuda a competir contra los demás, me ayudó a superarme a mí misma y me ha dado más confianza en mi persona”.
Considero esto último como lo más importante y por lo que te comparto esta historia. En muchas ocasiones las personas que tienen hijos o familiares con discapacidad, piensan que el mundo y las oportunidades se terminaron.
El deporte es una herramienta estupenda que puede, de manera literal, salvar la vida de las personas. En este caso fue la natación, pero bien se pueden evaluar otras opciones deportivas. Pero piensa en ti. Si sientes que tus circunstancias te limitan, piensa en esta historia y date cuenda de que siempre, siempre, siempre, el límite lo pone uno mismo. Si deseas ahondar más en este tema, te invito a leer los siguientes artículos.
Lee: Sus fracasos como hijo, ¿son tus fracasos como padre?
O también te invito a leer: “No puedo”. 4 formas de alentar a tu hijo a conseguir su objetivo