¿Padres e hijos que no hablan con confianza? Acá les ayudo
Si eres joven y te resulta complicado hablar con tus padres, debes leer esto. Si eres padre de un adolescente y quieres mejorar tu comunicación con él, debes leer esto.
Erika Otero Romero
Hablar resulta bastante terapéutico y más cuando se trata de sacar de dentro dolores y tristezas que poco a poco te van nublando la vista y dañando tu humor. Lógicamente, la acción de hablar con alguien no está limitada a la búsqueda de desahogo, sino que también es agradable compartir lo que te hace feliz, por ejemplo, un chiste o alguna hazaña o anécdota diaria, y más si la persona con la que lo haces está dispuesta a estar atento a lo que le estás comunicando.
Hablar con las personas de lo que te ocurre se vuelve un acto bastante natural cuando eres adulto y ya tienes algo de experiencia en eso de captar la atención de quién te interesa que te escuche. Pero cuando se es adolescente, hablar resulta a veces bastante engorroso, más aún cuando se trata de hablar con los padres. Esto surge debido a que los chicos y chicas temen ser malinterpretados en sus dudas, miedos, comentarios e incluso temen ser amonestados por lo que pueda llegar a salir de sus bocas en un momento de impulsividad y sinceridad extrema. De todas maneras, eso no cambia el hecho de que en ocasiones los hijos quieren hablar con los padres y hacerlo no por coerción sino porque de verdad quieren hacerlo.
En la comunicación familiar existen dos problemas tangibles: primero, los jóvenes no saben cómo acercase a sus padres para hablar con ellos en busca de compañía y consejo y segundo, los padres no saben cómo acercarse a sus hijos para aconsejarlos y atenderlos; así que eso será lo que abarcaré a continuación.
Joven ¿No sabes cómo acercarte a tus padres y hablar con ellos con confianza?
Lo primero que debes saber es que de parte de ellos puedes haber recibido algunas regañinas de vez en cuando y quizá —si lo piensas con detenimiento— te las hayas merecido, pero jamás lo harán con la intención de dañarte, así que hablar con tus padres siempre debería ser la primera opción. Si lo que deseas es aclarar dudas, miedos o consejos respecto a TODAS las temáticas de la vida búscalos a ellos antes de recurrir a uno de tus amigos, ¿por qué? Sencillo, los chicos de tu edad no han vivido y experimentado tanto como tus padres. Por lo tanto, aunque sus consejos pueden ser buenos, con seguridad les falta un poco de “ensayo y error” además de sabiduría. Por eso, si buscas ayuda, guía o consuelo, los únicos que de veras están preparados para proporcionártelos son tus padres.
El adolescente rebelde busca ser amado
Padre ¿Tu hijo adolescente no habla contigo?
1. Cambia tu actitud
Me refiero a que no te muestres presto a dar lecciones con ceño fruncido cada vez que tu hijo abra la boca para decir algo. Eso es lo que lo está alejando de ti.
2. Relájate y escucha sin juzgar a tus hijos adolescentes
Incluso cuando hagan preguntas difíciles de responder o te cuenten algo que hubieras preferido no haber escuchado nunca.
3. Recuerda que fuiste adolescente
Seguro hiciste locuras, no obstante de ese tipo de situaciones se aprende a vivir. Esas mismas situaciones forjaron tu carácter y tu persona y te permitieron sacar enseñanzas para el futuro.
4. Pon a tus hijos primero que cualquier ocupación extra
Esa es una de las tantas razones por las cuales los muchachos no buscan a sus padres para hablar con ellos. Seguramente porque en algún momento buscaron tu apoyo y tú los alejaste con un práctico: “ahora no que estoy ocupado”. Solo hazle saber que cualquiera que sea su necesidad, estarás ahí para ayudarle sin juzgarlo pero sí para ayudarle a corregir el camino.
Consejos para dialogar con adolescentes sin enloquecer en el intento
Además de lo antes expuesto, considera el hecho de que garantizar una buena comunicación padre—hijo desde la más tierna infancia. Esto se logra hablando de manera clara y sencilla con los niños sobre las cosas más simples o serias de la vida humana, sin misterios, sin cambiar el nombre de las cosas o las partes del cuerpo. Créeme, lo que NO le enseñas en casa, lo aprenderá fuera de ella.