Perderse el respeto, el primer paso para perderlo todo
Las relaciones acaban cuando acaba el amor. Y si hay algo que mata el amor en las parejas, son las faltas de respeto.
Yordy Giraldo
Un chiste sobre matrimonios dice que la principal causa de divorcio es el matrimonio, y sí, pero no. Resulta que definitivamente para que haya separación debe haber una relación, pero lo que lleva a que las relaciones terminen nada tiene que ver con estar casados. Las relaciones acaban cuando acaba el amor. Y si hay algo que mata el amor en las parejas, son las faltas de respeto.
Ese valor moral que debiera mediar las relaciones para que se den de manera armoniosa y que, como todas las cosas justas y bien cimentadas, debe ser mutuo. Si no, se convierte en un vínculo de sumisión y poder de uno sobre el otro, y eso en sí mismo ya supone una falta de respeto.
He ahí la importancia de saber la diferencia entre una convivencia sana y equitativa, o una que lastima la relación, sí, pero principalmente a las personas. Por eso es tan importante identificar qué tipo de relación tienes, para saber si es necesario que como pareja replanteen la forma en que se llevan.
Las 5 conductas más comunes que alimentan las faltas de respeto
1. Falta de autocontrol
El autocontrol es la capacidad de saber poner el freno de mano en el momento justo para que una discusión no se salga de control. Un carácter explosivo es la principal causa de estas conductas. Por ello, la solución es buscar controlar la ira y entender que no tienes derecho a dañar.
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2. Desconsideración
Llamo desconsideración a la falta de empatía para con nuestras parejas, dejando en sus manos una responsabilidad que debiera ser compartida. La mejor forma de eliminarla es dar en casa una educación igualitaria.
3. Humillación
Además de falta de respeto, es también una forma de violencia porque lo que se pretende con ella es denigrar a la otra persona. Avergonzar y ridiculizar es el objetivo. Los sentimientos de inferioridad son los que lo provocan. Una persona que humilla es una persona insegura de sí misma.
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4. Palabras inapropiadas
Los insultos son de hecho la falta de respeto más recurrente entre las parejas. No solo es la más frecuente, sino la que lesiona más, porque en todos los casos siempre va en aumento. Estas se dan por una educación carente de restricciones y consecuencias.
5. Chantaje y manipulación
Hay cosas que simplemente no se dicen. Creer que todo se vale, es el error más grande. En mi caso —por poner un ejemplo— por más enojados que estemos mi esposo y yo, tenemos prohibido caer en el chantaje de la separación. En primer lugar porque trivializa un tema demasiado trascendental. En segunda porque ¿qué dice de nuestra relación que ante cualquier problema, la solución sea terminarla?
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Una vez que has identificado que existe el problema, lo mejor es dialogarlo. A veces no nos gustan ciertas cosas pero las dejamos pasar, pero lo cierto es que el que calla, otorga. Es importante dejar en claro a qué aspiras en una relación. Sin embargo esto también tiene su chiste: que debas hablarlo no quiere decir que lo hagas en el instante en que los ánimos están caldeados. A veces rendirse es la mejor manera de ganar la guerra.
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Lo ideal es establecer desde un inicio lo que buscas, lo que esperas, lo que ofreces y lo que quieres. Sin importar si eres él o ella en la relación, si se dan situaciones que te molestan, te dañan, te ofenden no tienes que permitirlo. Perderse el respeto es muchas veces el primer paso para perderlo todo. Es tu derecho demandar un cambio, pero recuerda que el cambio muchas veces empieza por uno.
