¡Por los siglos de los siglos AMEN!
No se trata de escribir Amén en cada foto de Facebook de personas en desgracia, se trata de que de verdad y de corazón amen, porque la diferencia entre amén con acento, y amen sin acentuar es el amor.
Yordy Giraldo
Les contaré acerca de un día particular en la vida de mi esposo. Su mano derecha en el trabajo, quien es madre soltera, le dijo que tenía problemas con el papá del bebé y que debía renunciar para quedarse en casa. Mi esposo, que la tiene en alta estima por el gran trabajo que realiza, le propuso que trabajara desde la casa mientras ponía en orden su situación familiar.
Media hora más tarde, le tocó a él hablar con nuestro casero para decirle que ya no podemos seguir rentando el departamento, porque no nos alcanzaba. Nuestro casero le dijo: “A partir de ya, considera congeladas las rentas. Confío en ti y el año próximo cuando puedas nos ponemos a mano”. No, no estoy poniendo ni un punto, ni una coma más de lo que él dijo. La conclusión de mi esposo fue que cuando uno hace el bien, Dios nos recompensa, y yo le creo.
Hay quienes nacen con extraordinarios talentos, otros con fortuna económica, o con astucia y determinación, así como también hay otros a los que parece que todo conspira en contra de ellos; ellos hacen todo bien, pero una enfermedad los aparta del camino, una guerra, o una devaluación destroza todo lo que habían construido. Y un día descubres que necesitas ayuda, que solo, por más que te esfuerces, no puedes. El problema es que son pocos los que están dispuestos a ayudar y compartir.
¿Por qué te digo todo esto? Por caridad. Es indispensable hacer de la caridad un valor que practiquemos. Es importante que los albergues para personas, animales, los comedores comunitarios, las casas hogar, las clínicas comunitarias y tantas otras organizaciones que echan una mano a quienes lo necesitan continúen existiendo. Urge hacer fuerza común para impedir que los buenos deseos fracasen y entonces ya no haya esperanza. Una moneda en mano de una persona no hará gran diferencia, pero muchas personas colaborando cada uno con una moneda y en las manos correctas pueden cambiar muchas vidas. Existen, hasta donde veo yo, al menos tres maneras en que puedes ayudar:
1. Espiritual
A veces lo único que necesitamos es alguien con quien hablar, alguien que nos trate como personas y que nos recuerde lo mucho que valemos. Muchas veces para llegar a ser la mejor versión de nosotros mismos necesitamos de alguien que crea en nosotros.
2. Económica
Es la donación de dinero o mercancía que puede ser de utilidad para asistir a quien lo necesita. No se requieren grandes cantidades, toda ayuda es buena y hace diferencia. Lo importante es que sea algo que hagamos con regularidad.
3. Dando de ti
No sé si sea correcto el término, pero a lo que me refiero es donar tu tiempo para realizar tareas como limpiar, promover, preparar alimentos, hacer colectas, etc. Muchas veces las instituciones de ayuda no cuentan con lo suficiente para pagar por esta ayuda, así que los voluntarios se convierten en personas sumamente valiosas.
Muchas veces tememos estar apoyando a quién no lo merece, o que la ayuda no llegue a quien realmente lo requiere y quizá tengas razón, es una opción posible. Sin embargo, eso no es excusa pues tiene solución, por ejemplo apoyar organizaciones establecidas, pedir cuentas sobre el manejo de los recursos y los resultados, involucrarnos personalmente.
Humanidad es sentir afecto, comprensión o compasión hacia los demás. Esa es la base moral de nosotros como humanos, actuar como tal nos debería ser innato. No se trata de escribir Amén en cada foto de Facebook de personas en desgracia, se trata de que de verdad y de corazón amen, porque la diferencia entre amén con acento, y amen sin acentuar es el amor. Si te interesa el tema, te invito a que releas los siguientes artículos:
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