Que tus hijos te vean discutir, nunca pelear
¿Por qué es bueno que tus hijos te vean discutir, pero no pelear? Encuentra aquí la respuesta.
Denhi Chaney
La forma en que vemos el conflicto en la pareja está muy relacionada con el tipo de conflicto que vimos entre nuestros padres. Existen los dos extremos, aquellos padres a los que jamás se les vio discutir o pelear y, si existían estos conflictos, siempre eran a puerta cerrada. Y también están aquellos en donde la discusión y la pelea eran lo mismo: gritos y más gritos. Podemos llegar a pensar que la primera pareja les hizo un favor a sus hijos, sin embargo, es importante que los nuestros entiendan que discutir no es lo mismo que pelear.
Antes de señalar las diferencias entre discutir y pelear, es importante entender que las peleas suceden hasta en las mejores relaciones y que, hasta cierto punto, son inevitables (aunque no por eso dejan de ser destructivas). Así que mi propósito no solo es ayudarte a entender las diferencias, sino intentar que las diversas opiniones que se presenten en tu pareja, se resuelvan en discusiones y no en peleas. Con esto en mente, comencemos:
1. Es bueno que los hijos vean discusiones
Este es un punto controversial, sin embargo, es de suma importancia: estoy de acuerdo que no es bueno que los hijos nos vean pelear, pero pienso que es de beneficio para ellos que vean discusiones entre sus padres. De esa forma aprenden que está bien que existan formas de pensar distintas y que no se precisa agredir, para resolver tales diferencias. En psicoterapia, vemos que los pacientes que mejor han resuelto sus problemas fueron aquellos que vieron a sus padres discutir. Así que, si existe una diferencia de opinión con tu pareja y no te sientes cómoda en tener esa conversación frente a tus hijos, probablemente se deba a que no estás discutiendo, sino peleando.
2. El volumen es diferente
Puede que en una discusión alguien alce un poco la voz, aunque la meta es que esto no suceda. En cambio, en una pelea los gritos abundan. Queda claro que el volumen de voz es muy distinto en las dos situaciones.
3. Entender es la meta
En una pelea la meta es ganar, en una discusión el punto es entender. Cuando discutimos algo, buscamos entender el punto de vista de nuestra pareja aunque no estemos de acuerdo con lo que piensa; así mismo, procuramos validar lo que nuestra pareja siente, aunque no lo entendamos. Si llega el momento en que ya no nos importa lo que nuestra pareja tiene que decir, es porque ya no estamos discutiendo, sino peleando.
4. Utiliza tu inteligencia emocional
En una discusión, la pareja se tiene respeto mutuo; si el respeto se pierde en algún momento, rápido se pide perdón y se modifica el tono y ambiente de la misma. En una pelea, no solo se ha perdido el respeto, sino que cuanto más lastimada se vea nuestra pareja, mejor, pues significa que ganamos.
Las diferencias entre pelear y discutir no son tan pequeñas, ni difíciles de identificar; es importante reconocerlas no solo por el bienestar de nuestra relación, sino también para el beneficio de nuestros hijos. No toda diferencia es motivo de pelea, sino que puede resolverse en una discusión. Que sea tu meta resolver tus conflictos de pareja menos en forma de pelea, y más en forma de discusión. Tu pareja y tus hijos te lo agradecerán.