El desarrollo de la creatividad: formando genios en casa

Una persona creativa siempre encontrará la forma, el medio y la manera de salir adelante y ser feliz.

Emma E. Sánchez

La niñez es sinónimo de imaginación e ilusión. Los niños pequeños no tienen limitaciones en su mente y la percepción que poseen del mundo es totalmente nueva y llena de descubrimientos. Sus sentidos están en la constante búsqueda de texturas, formas, colores y sabores; ellos están aprendiendo a conocer su cuerpo y buscan saber qué pueden hacer con él. En todo este tiempo y durante toda su infancia, es altamente recomendable ayudarles a desarrollar su creatividad, y cuando sean adolescentes no tendrás que preocuparte por ellos, pues tendrás la confianza que sabrán arreglárselas para salir adelante. Para ello, considera los siguientes consejos:

Procura tener en casa materiales simples como papel colores

Pinturas, palitos, botecitos llenos de cuentas, cartón, todo lo que creas puede serles de utilidad para crear. Puedes tener una caja grande o un mueble a la altura de los niños donde ellos puedan sacar y meter las cosas con facilidad; una mesita dedicada al trabajo sobre los proyectos les será de gran utilidad.

Reserva tiempo para juegos creativos

Así como organizas tiempo para clases extras, reserva tiempo para jugar en el patio, en un parque, salir a caminar llevando bolsitas para traer piedras, insectos para coleccionar o recoger hojas para luego secarlas en casa. Son muy buenas oportunidades para experimentar en la naturaleza, iniciarse en las ciencias y favorecer la imaginación. Aún recuerdo con cariño que mi papá y yo solíamos recostarnos en el patio para ver las estrellas. Fue en una noche así que me explicó cómo se mueve la tierra alrededor del sol y cosas del espacio, que aún continúan fascinándome. Deja que tus hijos jueguen a lo que quieran, que inventen sus juegos, que convivan con otros niños y se ensucien de ser necesario. Si te preocupa que maltraten la ropa, enséñales a usar delantal o simplemente reserva “ropa para jugar y divertirse”.

La gran regla en la creatividad: ninguna idea es mala

No podemos ni debemos burlarnos de las ideas de otros. A veces sin intención herimos los sentimientos de alguien porque nos reímos, o decimos palabras duras sin medir las consecuencias. Cuando veas un trabajo o proyecto, antes de emitir un elogio o una crítica, pregúntale al niño qué piensa él mismo de su trabajo y fortalece que él se sienta orgulloso de lo que ha creado.

Inventen juegos y actividades

Inventar juegos o hacer variaciones de juegos tradicionales es muy divertido, ¡los niños aman hacer este tipo de cosas!

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Establece un proyecto

Una colección de algo, clasificar hojas, aprender de un animal, crear una escultura o una pintura, preparar algo en la cocina, aprender a bañarse con los ojos cerrados, hacer un álbum de fotos, tomar las fotos, hacer una historieta, escribir, dibujar o grabar una historia, tejer un gorro, ¡en fin! ¡Hay tantas cosas divertidas!

Plantea un problema

Por ejemplo: “¿Cómo podemos organizar todos los juguetes?”. O bien, “Tenemos cierto presupuesto ¿qué podemos cocinar para la cena?”. Tú eres una mamá muy creativa y seguramente tendrás muchas ideas para discutir con los niños. Cuando hay problemas en el salón de clase, sentarnos juntos para comentar el problema, hacer sugerencias y buscar soluciones, favorece el desarrollo del pensamiento crítico, así como muchas otras habilidades; se crea conciencia y se propicia la reflexión.

Intenten experimentos caseros

En el mercado hay muchos juegos de biología o química que te pueden proveer de instrumentos e ideas básicas para luego continuar con las propias o las de tus hijos. Procura tener en casa una lupa, reglas, pinzas, imanes y todas esas cosas que a los niños les gustan y que pueden iniciarlos en el estudio de las ciencias.

Experimentar la vida descubriéndola

Baila con tus hijos toda la música que sea posible, recuéstate con ellos a disfrutar la noche, el clima, la música de otros países y de otros tiempos. Prueben comidas diferentes, busquen conocer personas de otras culturas, religiones y de todas las edades. Tus hijos no solo estarán preparados para desenvolverse con confianza en todos los escenarios que la vida les presente, sino que eso unirá todavía más a tu familia. Familiarízalos con la historia de otros países, su cultura, los idiomas, la música, el teatro y todas las expresiones y manifestaciones del hombre.

Como ves, para hacer todo esto, no se necesita dinero, se necesitan ideas.

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Emma E. Sánchez

Pedagoga y Terapista familiar y de pareja. Casada y madre de tres hijas adultas. Enamorada de la Educación y la Literatura. Escribir sobre los temas familiares para ayudar a otros es mi mejor experiencia de vida.