El riesgo de exigirle demasiado a tus hijos

Si eres una mamá que cree que una buena técnica para que sus hijos sean exitosos es la sobre exigencia, entonces debes leer el siguiente artículo. Te sorprenderá lo que encontrarás.

Erika Otero Romero

Sin importar la época o la calidad de vida que las familias puedan tener, siempre han existido padres que exigen demasiado a sus hijos. No es que sea malo exigirles a los hijos, no, pero hasta en eso debe haber límites, ya que en lugar de obtener como resultado que tus hijos sean disciplinados o exitosos, vas a encontrar que —a la larga— con ese tipo de trato se volverán muy dependientes de ti; te explicaré la razón.

Los resultados de pedir a tus hijos que hagan muy bien esto o aquello, va a hacer que sean obedientes. Y tú dirás: “¿Y qué tiene de malo que mis hijos sean obedientes?”. Pues nada, lo malo ocurre cuando la obediencia se reduce a que tus hijos esperen a pie juntillas que les digas qué hacer y cómo en todo momento, y que no elijan por ellos mismos, por miedo a equivocarse, a no complacerte o hacerlo mal.

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Algunas formas dañinas de ser exigente con los hijos

A continuación te expondré algunas maneras en que los padres exigen a sus hijos de modo que las reconozcas y así procures no repetir las mismas conductas que pueden ser dañinas para tu hijo:

1. Acelerar o forzar procesos

Hay padres que, en busca de que sus hijos sean los mejores y los primeros en todo, tratan de que hagan ciertas cosas antes de tiempo, por ejemplo hablar o caminar, cuando es bien sabido que todo tipo de desarrollo psicomotriz tiene su tiempo y es diferente para cada niño.

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Esto es contraproducente ya que sienten la necesidad de encasillar a sus pequeños e incluso recurren a médicos para saber qué es lo que está “mal” con sus hijos. Más aún, a veces consiguen que sus hijos sean diagnosticados con síndromes que no padecen en realidad.

2. Exceso de competitividad y cero tolerancia a la frustración

Otros padres exigentes llevan a sus hijos a ser en extremo competitivos, al punto que no se vale perder en ningún aspecto de la vida, ni siquiera en los simples juegos de mesa. Cando sus hijitos pierden, se enojan y llegan al punto de gritar y castigarlos por haber perdido. Como resultado el niño tiende a no aceptar de buen agrado la frustración y a no reconocer que a veces es necesario perder para aprender y superarse a sí mismo. Solo imagínate cómo será la adultez para un niño criado de esa forma.

3. El deseo de tener hijos perfectos

Y por último encontramos al padre que espera que sea su hijo quién cumpla con todas sus expectativas y que sea él quién alcance los sueños familiares frustrados (ojo: no las expectativas del pequeño, sino las del padre). De esa manera, no admite que su hijo sea dueño de su vida, sino que prácticamente le obliga a vivir una vida que no le pertenece. El resultado de ese tipo de crianza es un adulto frustrado e, incluso, el fracaso en su vida profesional y hasta en la familiar.

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Cómo criar hijos responsables sin exigirles de más

La buena noticia es que todo tiene una solución y si estás pecando en tu forma de exigir a tus hijos, acá te presento el truco para que no te excedas en el nivel de exigencia que aplicas con tus pequeños.

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1. No le pidas que todo sea perfecto

Enséñale que debe hacer las cosas bien y dar lo mejor de sí mismo, pero recuerda: lo mejor no siempre es perfecto. Permite que se equivoque, aliéntalo y apóyalo en sus fracasos, pero jamás dejes que se dé por vencido. Déjalo que tome aire y continúe adelante con sus metas.

2. Deja que sean ellos mismos quienes hagan sus propias elecciones

No elijas por tu hijo un deporte o actividad, permítele que sea él con sus gustos, juegos infantiles y comportamientos quien te diga qué le gusta y qué no; pregúntale si le gustaría ser mejor en eso que ama.

3. Incúlcale con amor que sea disciplinado

La disciplina junto a la perseverancia son las dos herramientas básicas de las personas exitosas. Ayúdalo para que encuentre una actividad que no solo sea de su interés, sino que además sea bueno en ella. Luego, impúlsalo para que sea dedicado y no abandone al primer obstáculo, de esa manera —pero sin excederse— el niño aprenderá a amar su actividad extra clase.

Ya sabes que no hay nada dicho respecto a la crianza de los hijos, solo procura dar amor y llenarte de paciencia, tus hijos se encargarán de darte felicidad extra.

Finalmente, te invito a releer: 8 consejos para ser una mejor mamá.

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Erika Otero Romero

Psicóloga con experiencia en trabajo con comunidades, niños y adolescentes en riesgo.