En la crianza de los hijos, no cometas estos errores

Quiero pensar que es el apuro y rapidez de estos días y no el descuido y la ignorancia lo que hace que los nuevos padres cometan estos errores tan terribles con sus niños. ¿Te platico cuáles son y cómo evitarlos?

Emma E. Sánchez

Hace muchos años, mi padre me encomendó cuidar el nacimiento de unos pollitos muy especiales para él. La tarea era sencilla: los huevos estaban en la incubadora y en cuestión de horas, los cascarones comenzarían a ser quebrados por los pequeños piquitos de los pollos; una vez que salieran del cascarón yo debía ponerlos en otra área donde pudieran hidratarse y descansar. La tarea era relativamente fácil, pero yo me aburrí pronto, mi caricatura favorita iba a iniciar pronto y ¡los pollitos tardaban demasiado en salir del cascarón! Entonces, tuve una gran idea: Comencé a quitar el cascarón que rodeaba a cada uno de los pollitos y en cuestión de minutos los pollitos estaban fuera de él y con agua para que se hidrataran cuando quisieran, así que me fui a ver mi programa favorito. Cuando mi papá llegó a casa, encontró la tragedia: los pollitos estaban tirados y muertos de deshidratación. ¿Qué sucedió? Simple, al romperles el cascarón evité que sus piernas se fortalecieran y por ende, no pudieron tener la fuerza para caminar e hidratarse. ¿Sabes?, el error que yo cometí cuando niña, lo he visto repetir por muchos padres, no con pollos sino con sus hijos. A continuación te explico algunos de esos errores:

1. No les permitas experimentar adversidades

Te pongo un ejemplo: tu hijo comienza a caminar y bajo ninguna circunstancia permites que caiga. Una cosa es evitar que se lastime y otra, intervenir con los procesos naturales por los que debe pasar para lograr un desarrollo armónico. ¿Sabías que el miedo se aprende? Cuando el bebé cae, volteará a ver tu cara y según lo que lea en tu rostro reaccionará, si te espantas, él lo hará también, si lee seguridad y alegría, buscará levantarse para intentarlo una vez más o gateará hacia tus brazos para seguir ejercitándose como preparación a caminar. Lo mismo sucede en cada aspecto de la vida, no caigas en el error de la sobreprotección.

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2. Acostumbrarlos a que siempre harás las cosas por ellos

¿Has escuchado hablar de los pies pequeños en las mujeres chinas? En las clases sociales altas, se tuvo por costumbre vendar los pies de las niñas de tal forma que no les pudieran crecer, esto como muestra de que esa niña pertenecía a una clase social alta y por lo tanto no requería de trabajar… ni de correr, divertirse o hacer cualquier otra cosa. Si tú ves las fotos de esos pequeños piececitos, podrás notar la terrible malformación que sufrieron los huesos y sus músculos deshechos, ¡hermosos pies hechos para andar por este mundo totalmente atrofiados!

Cuando impides a tus hijos trabajar en casa, ganarse las cosas, cocinar, limpiar, vestirse solos o inclusive padecer algunos dolores, les estás haciendo lo mismo que a los pies chinos: los estás atrofiando física y mentalmente. Hay algunos testimonios de mujeres chinas que habiendo quedado en la pobreza originada por la revolución, tuvieron que aprender a trabajar para sostenerse a sí mismas. Muchas de ellas murieron en el intento ya que, aunque lo necesitaban, no podían hacerlo. Tú no vas a estar toda la vida con tu hijo, prepáralo para que sea feliz e independiente cuando tú ya no estés.

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3. Tratar igual a todos tus hijos

Cada niño en este mundo es único e irrepetible. En las grandes escuelas, por cuestiones prácticas (y equivocadas) estandarizamos la enseñanza y la evaluación para todos los niños por igual, sin embargo, en casa tienes la gran oportunidad (y el deber) de criar, educar y enseñar a tus hijos según sus propias características y necesidades. No cometas el error de “estandarizar” a tus pequeños, aprende y respeta su personalidad. Si, en todo caso, tu pequeño es hijo único, cuántas más razones tendrás de prepararlo para vivir en un mundo competitivo y sin contemplaciones particulares.

Tómate el tiempo necesario para criar y educar, no corras pretendiendo ganar tiempo. Recuerda esta regla en la crianza de los niños: “tiempo invertido en la infancia, tiempo ganado en la adolescencia”, ya que el tiempo que no inviertes cuando tus niños son pequeños, de adolescentes te lo cobrarán. Ojalá que estás sugerencias puedan serte de utilidad, te las comparto ¡de todo corazón!

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Emma E. Sánchez

Pedagoga y Terapista familiar y de pareja. Casada y madre de tres hijas adultas. Enamorada de la Educación y la Literatura. Escribir sobre los temas familiares para ayudar a otros es mi mejor experiencia de vida.