Ser madre: un estado perpetuo de preocupación
Si como madre te preocupas por todo y ya no sabes qué hacer, estas pautas te serán de ayuda.
Denhi Chaney
Estoy convencida que uno no sabe bien lo que es la preocupación real hasta que se tiene un hijo. Desde que tuve a mi primer niño, darme cuenta que soy responsable por su vida y que crezca bien, me cayó como un gran peso sobre mi espalda; y aunque ya es más grande, la preocupación no se acaba, solo cambia. Me preocupa lo que come, cómo ocupa su tiempo, cuando se enferma, si siento que está atrasado en algo, cuando no me obedece, en qué escuela meterlo, cómo disciplinarlo, etcétera. La lista es enorme, ¡y ahora con dos es aún mayor! En efecto, parece que ser madre es estar en un estado perpetuo de preocupación.
Aunque no podemos evadir todas las preocupaciones que nuestros hijos nos dan, no toda la preocupación que sentimos es justificable. Muchas de nosotras –sí, me incluyo– nos preocupamos más de la cuenta, al grado de olvidar disfrutar de muchos momentos como madres y relajarnos. Es por eso que te ofrezco algunos consejos para que el ser madre no sea un estado perpetuo de preocupación.
Ajusta tus expectativas, sé mejor madre
Ante todo respira
Cuando se presente una situación de posible estrés, es importante que respires. El respirar ayuda a que baje la adrenalina y que tomes las cosas con más calma. Recuerda que tomamos mejores decisiones como madres cuando podemos pensar mejor y esto no es posible cuando sentimos demasiado estrés a causa de la preocupación. Inhala y exhala continuamente hasta que te sientas un poco mejor.
Esto también pasará
Algo que busco recordarme cuando algo “malo” sucede es que esto, como todo en la vida, también será pronto cosa del pasado. No te voy a mentir y decirte que el pensar esto hace que el presente cambie, pero tu habilidad para lidiar con él sí. Esto me lo tuve que recordar apenas la semana pasada cuando todos nos enfermamos por segunda vez en menos de un mes, me dije que la semana siguiente todo esto se iría; y sí esta semana estamos ya mucho mejor y agradezco no haberme estresado tanto ya que no hubiera ayudado.
No todo se puede controlar
Creo que lo que me da más preocupación son aquellas cosas que no puedo controlar, pues aquellas que sí, siento que al menos puedo hacer algo al respecto (al no tener control pienso que no puedo hacer nada). Sin embargo, esta noción es falsa ya que aunque no puedo influenciar que las cosas cambien, sí puedo cambiar cómo me siento y ayudar a mis hijos a controlar lo que ellos sienten. Ahora intento que cuando existe algo fuera de mi control, en lugar de luchar acepto que no puedo controlarlo y con eso también acepto que preocuparse no me ayuda en nada.
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Ten mejor humor
Es muy difícil estar preocupada y de buen humor al mismo tiempo. Si siento que la preocupación está ganando busco hacer alguna actividad que ayuda a ponerme de buen humor, muchas veces la preocupación desaparece o disminuye.
Que no te gane la preocupación, y con ello la oportunidad de disfrutar más tu papel de madre y tus hijos. Mientras no es posible no preocuparse en absoluto, este no tiene que ser un estado perpetuo en tu vida.