Tener armas en casa es un problema, no una solución
"La cultura ayuda al pueblo a luchar con las palabras antes que con las armas". Guglielmo Ferrero
Yordy Giraldo
Hace un par de años fui a jugar Paintball, que no es otra cosa que un juego en el que debes “eliminar” a tu enemigo con armas que disparan bolas de pintura. Recuerdo que estaba escondida y tenía mucho miedo de que me descubrieran y disparan pues eso acabaría mi participación en el juego. De pronto, de la nada surgió uno de mis compañeros detrás de mí y simplemente me volteé y le disparé.
La escena es de lo más inofensiva puesto que era un juego; pero a lo que voy, es al hecho de que yo en mis nervios ni siquiera di oportunidad de saber quién era la persona que estaba detrás de mí, sino que actué movida por la adrenalina y el temor de que me eliminaran primero. Si esto pasa en un ambiente de esparcimiento, ¿te imaginas lo que ocurre en la vida real, cuando llevados por el enojo y el miedo tenemos a nuestro alcance un arma?
Cada vez son más comunes las noticias donde niños y jóvenes son víctimas o protagonistas de enfrentamientos armados debido a diferencias que podrían ser fácilmente resueltas con un poco de comunicación y buena voluntad. Si algo caracteriza a la juventud es su intrepidez, irresponsabilidad, y sin ánimo de ofender, su poco juicio y su voluntad a merced de sus hormonas. Poner armas a su disposición, mostrarles que cuando hay problemas la fuerza bruta es la opción, es dar permiso para que la violencia siga en aumento.
Ojo por ojo y el mundo acabará ciego, dijo Mahatma Gandhi, y es cierto, y más que cierto la realidad es que ni siquiera alcanzarían los ojos para cobrar todas las ofensas, sobre todo con la facilidad que tenemos en ofendernos.
Si la verdad nos incomoda, nos sentimos ofendidos; si nuestra voluntad es cuestionada, nos ofendemos más; si nuestros intereses se ven lastimados, pedimos los dos ojos o hasta la cabeza de nuestro “agresor” en bandeja de plata. Así pues, vamos por la vida dejando las cuencas vacías a todo aquel que nos afecte o creemos que nos afecta, que para muchos es lo mismo.
Es difícil ponerse en el lugar de los demás, decidir qué está bien y qué está mal; aunque nos gusta a la mayoría, no hace que tengamos razón. Sin embargo, me gustaría compartirte algunas de las razones por las cuales debes pensártelo dos veces antes de tener un arma en casa, especialmente cuando hay menores cerca.
1. Las armas son letales
Una vez que la accionaste no podrás deshacer lo hecho y tendrás que vivir toda tu vida con las consecuencias. Si buscas seguridad, mejor opta por algún sistema de vigilancia.
2. Los niños y jóvenes no tienen la madurez para manejarlas
Un arma puede ser muy atractiva para un niño o joven, y ellos no tienen la madurez necesaria para entender la responsabilidad y los riesgos que implica hacer uso de un arma. Por ello se corre el riesgo de que se les haga fácil solucionar sus diferencias atacando a quien consideran los ha agredido, y en el caso de los pequeños, pueden confundirlas fácilmente con juguetes.
3. Las armas muchas veces se accionan incluso sin querer
Es por ello que en ocasiones lo que parecía ser sólo un escarmiento puede convertirse en una desgracia de magnitudes incontenibles.
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4. Un menor que haga uso de un arma está cometiendo un delito
Se arriesga además a terminar con un expediente criminal cuando ni siquiera era su intención, lo que repercutirá en toda su vida.
5. Incluso cuando se sepa disparar, muchas veces los nervios nos traicionan
Lo que puede acarrear situaciones aún más complicadas. Existen casos donde los delincuentes han hecho uso de las armas de sus víctimas.
6. La violencia genera violencia
Y si así como tú, el resto del mundo se siente con el derecho a tener un arma, ¿te imaginas a todos disparando al unísono?
7. Muchas veces nos sentimos deprimidos
Tener un arma en casa puede provocar un desenlace irremediable, como por ejemplo los suicidios.
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No caigas en la tentación de tener un arma en casa, al hacerlo estás poniendo tu vida y la vida de tu familia en peligro, lo cual es completamente opuesto al sentimiento de seguridad y protección que se cree buscar.
