3 claves para llegar a ser perfecto… en lo que tú quieras
Por diversión, como terapia ocupacional, para ser popular o por el mero gusto de hacerlo, practica el perfeccionamiento selectivo.
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Emma E. Sánchez
Si este artículo llamó tu atención, quiere decir que eres una persona inquieta que está constantemente en la búsqueda de superarse, mejorar y perfeccionarse. Sí, como lo leíste: perfeccionarse. Y si no me crees, pon a prueba esta sencilla Guía de Perfeccionamiento Selectivo.
Todos sabemos que los seres humanos no somos perfectos, pero sí perfectibles; esto es que podemos ir perfeccionándonos poco a poco, en una o varias facetas de nuestra vida y hasta en pequeños aspectos. Éstos, en conjunto y con el paso del tiempo, nos harán mejores personas: más relajadas, más cómodas con nosotros mismos y ¡muchísimas cosas más! ¿Estás lista?
1. Elige una tarea de tu vida diaria
Por ejemplo en tu trabajo, algo que hagas frecuentemente: archivar, escribir informes, llevar control de algo, lo que tú quieras y que creas puedes llegar a ser un experto en esa tarea. Algo sencillo y simple para comenzar. Cierta maestra, conocida mía, es una experta en el acomodo de materiales de un salón de clases ¡tiene un gran talento para hacerlo! No hay closet, gabinetes o salones completos que no luzcan increíbles cuando ella pasa por ahí: acomoda, clasifica, etiqueta y deja las cosas de tal manera que cualquier lugar se ve hermoso, y eso en una escuela es muy valioso. ¿Hay algo así que tú puedas hacer?
2. Tómate tu tiempo
Mejorar algo, requiere de observar e imaginar cómo podríamos hacerlo mejor, más rápido o simplemente eficientarlo. Toma unos minutos para observar detenidamente esa tarea que te causa problemas, piensa una solución y reserva un tiempo para poner en práctica tus ideas.
3. Hazlo con calma, placer y cuidado
Lo increíble de esto, es que cuando tienes una idea para mejorarte a ti mismo y el entorno donde te mueves o te desarrollas, se vuelve algo sumamente placentero y hasta terapéutico, en algunos casos. Conozco algunas pocas personas que han descubierto este secreto y, en la oficina por ejemplo, disfrutan su tiempo para comer, o de un tiempo extra fuera de su horario para hacer su ambiente y espacio más cómodo, bello y funcional.
Conocí a una secretaria que amaba las plantas y siempre tenía una plantita muy bella en su escritorio. Luego, regalaba a quien también gustaba de las plantas una pequeña y ella misma se ofrecía para regar y cuidarla; pronto el piso donde ella estaba se había convertido en el lugar más fresco, agradable y hermoso, pues las plantas daban una vida singular al lugar. Cuando ella se fue, las plantas desaparecieron y con ellas todo un ambiente especial. Tiempo después visité otra compañía filial de la primera, y al llegar me llamó la atención las hermosas plantas que había en el lugar. ¿Adivinan quién trabajaba ahí?
Sigue perfeccionándote
No es muy complicado, ¿verdad? Vamos ahora con algo más interesante: un talento, una característica de tu persona o una virtud que desees desarrollar en tu vida. Para que este perfeccionamiento resulte y se logre, deberás ser muy paciente contigo misma y concentrarte en una sola tarea a la vez. Conforme te sientas más cómoda, podrás enfocarte hasta en tres, pero no hay prisa: la mejora y el avance pueden y deben ser placenteros. Así lograrás que se vuelvan hábitos, costumbres, talentos, virtudes y cualidades que muchos disfrutarán, pero tú, principalmente, deberás ser el primero en hacerlo.
Perfeccionarnos poco a poco es posible, solo imagina algo que pueda hacerte aún más especial: un rasgo de ti mismo que ya tienes y que podrías todavía desarrollarlo mucho más. Dedica tiempo a hacer aquello que trae felicidad a quienes te rodean y dedica tiempo principalmente a hacerte feliz a ti misma. No pierdas tiempo admirando solamente a quienes han desarrollado sus dones, tú también puedes lograrlo.
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